¡Emboscan y masacran a Policías Estatales!
|- La Secretaría de Seguridad Pública (SSP) guarda silencio, no ha dado informe oficial de los hechos

VERACRUZ, Ver.- Una vez más estalla una brutal masacre en la entidad veracruzana, cuando al parecer fueron asesinados cuatro policías estatales en la autopista Nautla-Cardel, desafortunadamente es la misma Secretaría de Seguridad Pública (SSP) guarda silencio y se desconoce de manera oficial lo que pasó en estas acciones.
Tras varias horas desde la emboscada que acabó con la vida de dos mujeres policía, identificadas como “Jaguar” y “Cleopatra”, así como de otros dos oficiales masculinos. El ataque fue quirúrgico: un comando armado interceptó su camioneta RAM 2500 HEMI 5.7 (un vehículo de lujo propiedad del delegado de la Policía Estatal en Cardel, conocido como “El Perry”) y los ejecutó sin margen de respuesta. Pero el saldo de la masacre no terminó ahí: Octavio “N”, enlace jurídico de la SSP, fue secuestrado en el mismo atentado.
“¿Por qué estaban ahí? ¿Por qué en esa camioneta?”, fueron las preguntas que muchos veracruzanos se hacían y las respuestas no llegan. El hecho de que los oficiales viajaban en un vehículo ligado directamente a un alto mando de la SSP añade una capa de opacidad al caso. ¿Eran objetivos específicos o víctimas colaterales de una pugna interna?

El ataque tiene todas las señales de un ajuste de cuentas meticulosamente planeado. No fue un enfrentamiento ni un asalto fortuito: fue una ejecución. Y la pregunta que nadie en el gobierno quiere responder es quién dio la orden y por qué.
Operativos sin resultados: la ceguera oficial ante un Veracruz en llamas
La respuesta del Estado fue inmediata pero ineficaz. Helicópteros de la Policía Estatal, despliegues de la Guardia Nacional, la Marina y la SEDENA… pero ni un solo detenido. Los agresores desaparecieron sin dejar rastro, como si hubieran contado con la ventaja del tiempo y del conocimiento del terreno.
El patrón se repite: operativos reactivos, espectáculos mediáticos y ninguna estrategia de contención real. El sur de Veracruz está sumido en el terror del cobro de piso, mientras el norte –Poza Rica, Tuxpan y Tihuatlán– se ha convertido en un campo de cacería donde los negocios y los empresarios huyen, y ahora, incluso los policías son ejecutados en emboscadas de precisión quirúrgica.
El hecho de que la camioneta perteneciera a “El Perry” no es un detalle menor. ¿Por qué un delegado de la SSP tiene a su disposición un vehículo de lujo? ¿Por qué sus subordinados viajaban en él el día del ataque? ¿Qué relación tenía con el grupo emboscado? ¿Por qué viajaban con productos de madera en la batea que también se consideran de lujo?


