Ejecutan a una mujer en calle de Coatepec

XALAPA, Ver.- Los vecinos de la calle Tlanalapa escucharon la terrible ráfaga de balas que terminó con la vida de una mujer de nombre Vicky “N”, donde como en muchas ocasiones los agresores escaparon sin dejar rastro, deslizándose entre el llamado “Pueblo Mágico” donde día a día crece la violencia que no distingue género ni geografía.

Elementos de la Policía Estatal y Municipal acudieron al lugar, acordonaron la escena del crimen y esperaron el arribo de los peritos. Servicios Periciales realizó el levantamiento del cuerpo y lo trasladó al SEMEFO. A su alrededor, los vecinos miraban con desconcierto y rabia contenida. Algunos grababan con sus teléfonos. Otros, simplemente lloraban.

Los familiares de la víctima llegaron al sitio con el rostro desencajado. La reconocieron entre los flashes de las patrullas y la mirada fría de los agentes. No hubo palabras, solo gritos ahogados y preguntas sin respuesta.

La Policía Ministerial ha iniciado la investigación correspondiente, pero hasta ahora no hay detenidos, ni móviles confirmados. El silencio oficial se suma a la impotencia ciudadana.

En Coatepec —emblema turístico, cafetero y cultural del centro veracruzano— la violencia se ha infiltrado por grietas que las autoridades insisten en minimizar. Lo que antes era un caso aislado hoy parece parte de una tendencia preocupante que empaña su reputación y pone en entredicho la seguridad de sus habitantes.

Organizaciones civiles y activistas feministas ya han comenzado a exigir que el crimen sea investigado con perspectiva de género, pues en un estado como Veracruz, donde los feminicidios han sido históricamente minimizados, la justicia tarda y, muchas veces, no llega.

El asesinato de Vicky “N” no puede ser uno más en las estadísticas. No en una calle como Tlanalapa. No en un lugar que presume su paz para atraer turistas. No sin exigir a las autoridades resultados, no simulacros.

Porque cada mujer asesinada es una herida abierta en el tejido de la sociedad. Y Coatepec, por más títulos y colores coloniales, no está exento del infierno que viven muchas regiones del país.