La planta mexicana que sirve para tratar las varices y mejorar la circulación sanguínea     

Farid Becerra

Martínez de la Torre, Ver.

La herbolaria mexicana es reconocida a nivel mundial. Descubre la planta que ayuda a tratar las várices y a mejorar la circulación sanguínea de forma natural.

El romero, cuyo nombre oficial es Rosmarinus officinalis, además de ser una planta aromática popular en la cocina, es un remedio tradicional utilizado en diversas regiones de México para tratar múltiples padecimientos.

Planta que ayuda a tratar várices y mejorar a circulación

De acuerdo con el Atlas de las Plantas de la Medicina Tradicional Mexicana de la UNAM, esta planta tiene un lugar destacado dentro del conocimiento herbolario por sus múltiples aplicaciones terapéuticas. Entre sus usos más comunes se encuentra el tratamiento de las várices y problemas circulatorios, además de muchas otras dolencias.

Una planta con múltiples aplicaciones terapéuticas

El romero se usa de forma tradicional para tratar una amplia gama de padecimientos. Según la UNAM, se le atribuyen propiedades para aliviar:

  • Várices
  • Hemorroides
  • Dolor de corazón
  • Agotamiento
  • Calentura
  • Espanto
  • Infección
  • Jaqueca
  • Mareo
  • Menstruación
  • Nervios
  • Tos
  • Útero
  • Vómito
  • Dolor o malestar en el vientre

Esta amplia gama de usos evidencia el papel del romero como una planta integral en los tratamientos tradicionales, especialmente en comunidades donde la herbolaria forma parte del saber cotidiano.

Tratamiento tradicional de las várices y la circulación

Uno de los usos más destacados del romero en la medicina tradicional es su aplicación para aliviar los síntomas relacionados con las várices y mejorar la circulación sanguínea.

Aunque no se describe de manera detallada el mecanismo de acción ni el proceso fisiológico, sí lo categoriza como una planta que ayuda en estos casos, lo que sugiere un reconocimiento empírico de sus efectos benéficos sobre el sistema circulatorio.

Es común que se combine con otras plantas en tratamientos compuestos, lo cual es característico en la práctica herbolaria tradicional: aprovechar sinergias naturales para potenciar efectos curativos.

Formas de preparación tradicionales

El romero se utiliza en diferentes presentaciones y aplicaciones, que varían de una comunidad a otra. Las más comunes son:

Infusión: las hojas se hierven en agua para preparar un té que puede beberse caliente, especialmente en casos de agotamiento, nervios o malestar general.

Baños o lavados: las ramas o infusiones se agregan al agua de baño, sobre todo cuando se busca tratar afecciones relacionadas con el útero, el vientre o la circulación.

Fomentos y cataplasmas: también puede aplicarse externamente en forma de compresas o preparados, según las prácticas de cada región.

Uso combinado: en muchos remedios, el romero se mezcla con otras plantas para potenciar sus efectos. Este tipo de mezclas son comunes en los tratamientos para problemas circulatorios o del sistema nervioso.

El conocimiento sobre cómo y cuándo usar cada preparación ha sido transmitido por generaciones, lo cual le da una profundidad cultural y práctica a su uso medicinal.

Consideraciones culturales y precauciones

El Atlas de la UNAM no menciona contraindicaciones específicas para el uso del romero, pero es importante tener en cuenta que, como cualquier planta medicinal, su consumo debe hacerse con conocimiento o supervisión, especialmente si se combina con otros tratamientos o si se padece alguna condición delicada.

Además, la información presentada en el atlas se basa en testimonios recogidos en distintas regiones del país, por lo que puede haber variaciones en cuanto al uso, dosis y combinación con otras plantas.

Un tesoro de la herbolaria mexicana

El uso del romero para tratar várices y mejorar la circulación no solo refleja su valor medicinal, sino también su relevancia cultural dentro del conocimiento tradicional mexicano. Este saber ha sido documentado y preservado gracias al esfuerzo de instituciones como la UNAM, que han recopilado y validado prácticas que han sido fundamentales para la salud de muchas comunidades.

Explorar el potencial del romero desde una perspectiva tradicional es también una forma de reconocer la sabiduría ancestral y el valor de las plantas nativas o naturalizadas en nuestro territorio.