Menor apuñala a su padrastro con arma blanca en Córdoba

CÓRDOBA, Ver.- Lo que parecía una tarde ordinaria en una vivienda situada tras el Mercado La Isla, a un costado del bulevar Agustín Millán, se convirtió en un episodio de violencia doméstica que estremeció a vecinos y puso en evidencia la creciente tensión social en los núcleos familiares de la ciudad.

Fue este martes cuando un adolescente, presuntamente bajo el influjo de estupefacientes, irrumpió en el domicilio exigiendo a gritos que su madre le preparara alimentos. La negativa de ella, marcada por el cansancio y el miedo acumulado, encendió una mecha que terminó en sangre.

Según los testimonios recabados por autoridades, la situación escaló cuando el padrastro del menor intervino intentando contener la agresión verbal hacia la mujer. En un giro súbito, el joven desenfundó un cuchillo de cocina y atacó directamente al hombre, causándole al menos dos heridas punzocortantes en la espalda.

Durante el forcejeo, el padrastro logró arrebatarle el arma al agresor, quien cayó al suelo golpeándose la cabeza contra una superficie dura. Ambos quedaron lesionados.

Vecinos y familiares, alarmados por los gritos y el caos, acudieron de inmediato para separar a los involucrados y evitar una tragedia mayor. Minutos después, patrullas de la Policía Municipal y Estatal llegaron al sitio, junto con paramédicos, quienes prestaron auxilio a los heridos.

El joven fue asegurado y trasladado a los separos municipales, donde se determinará su situación jurídica, mientras que el padrastro fue ingresado a un hospital de la ciudad, en donde permanece bajo observación médica tras recibir varias suturas.

Este caso reaviva el debate sobre la salud mental, el consumo de drogas entre menores y la violencia silenciosa que muchas veces germina en hogares rotos. Las autoridades no han informado si se presentarán cargos formales, aunque ya se inició una carpeta de investigación para esclarecer los hechos y deslindar responsabilidades.

Córdoba, una ciudad sacudida por la inseguridad y los conflictos sociales, suma así un nuevo episodio de violencia intrafamiliar que deja una herida más profunda: la del tejido social fragmentado.