Enfrentamiento entre policías deja un muerto en Tomatlán

  • Otro elemento quedó herido de impactos de bala

TOMATLÁN, Ver.- El silencio de la mañana en El Encino fue interrumpido por una ráfaga de disparos que resonaron entre las cañadas. A mitad de la ruta rural que conecta Cruz Verde con San Martín, un enfrentamiento armado —no entre criminales y autoridades, sino entre elementos de la propia Policía Municipal— dejó un saldo inquietante: un agente muerto, otro herido, y un pueblo entero atrapado en la incredulidad.

La noticia se propagó como pólvora: un supuesto altercado interno, aún no esclarecido, detonó el tiroteo entre miembros de la corporación policial. El nombre del policía caído aún no ha sido revelado oficialmente, pero vecinos de la zona reconocieron su vehículo particular abandonado junto al cuerpo sin vida, cubierto por una lona azul colocada apresuradamente por los primeros respondientes. El agente herido fue trasladado al hospital regional de forma urgente y permanece bajo resguardo.

La zona fue acordonada por elementos estatales, quienes mantienen una distancia cautelosa, en tanto que la Fiscalía Regional no ha ofrecido una postura oficial más allá de confirmar que ya inició una carpeta de investigación. A diferencia de otros episodios de violencia que afectan a Veracruz, este caso coloca a los cuerpos de seguridad como protagonistas del conflicto, un hecho que pone en tela de juicio la estabilidad interna de las fuerzas municipales.

Los motivos exactos del enfrentamiento permanecen bajo secreto, pero fuentes cercanas al Ayuntamiento —quienes solicitaron anonimato por temor a represalias— hablaron de tensiones acumuladas al interior de la corporación: acusaciones de corrupción, rivalidades por control de zonas rurales y un historial de impunidad.

“La policía de Tomatlán es una caja cerrada. Nadie sabe quién está realmente al mando y todos temen hablar”, dijo un habitante de Cruz Verde, testigo indirecto del operativo posterior al tiroteo.

Ante la gravedad del hecho, escuelas de nivel básico y medio superior reforzaron medidas de seguridad. Padres de familia acudieron a retirar a sus hijos de los planteles, mientras que algunos comercios cerraron sus puertas a media mañana por temor a una nueva escalada de violencia.

Tomatlán, ubicado en la región montañosa central de Veracruz, ha vivido en relativa calma en comparación con otros municipios más afectados por el crimen organizado. Sin embargo, esta aparente tranquilidad se ha visto quebrada por un suceso que despierta dudas más profundas: ¿qué ocurre dentro de las corporaciones policiacas? ¿Quién vigila a quienes se supone que deben protegernos?

A falta de información oficial transparente, el vacío lo llenan la incertidumbre y el miedo. Y mientras la comunidad espera respuestas, una familia llora a un policía muerto a manos, presuntamente, de sus propios compañeros.

Lo que pasó en El Encino este martes por la mañana no es solo un episodio aislado de violencia. Es un espejo que devuelve una imagen incómoda de lo que ocurre cuando el Estado pierde control sobre sus propios brazos armados. Y es también un recordatorio de que en zonas olvidadas del país, la línea entre orden y caos es más delgada de lo que parece.