AL COMÚN DE MEXICANOS CONFUNDE CUANTO SE DIGA SÍ O NO, QUE LA GN PASE A LA SEDENA
|60 SEGUNDOS
RAUL GONZALEZ RIVERA
AL COMÚN DE MEXICANOS CONFUNDE CUANTO SE DIGA SÍ O NO, QUE LA GN PASE A LA SEDENA
- El presidente Nayib Bukele, de El Salvador, encamina ya pasos ilegalmente para convertirse en dictador, al anunciar que buscará su reelección en el próximo año de 2024
Ahora que la Guardia Nacional pase o no a depender de la Sedena, trae consigo una confusión en el grueso de mexicanos, acostumbrados toda la vida a que sus políticos una vez rechazan y otra aceptan lo que para aquellos les provoca confusión, tal vez por desconocimiento, ignorancia histórica o que sea producto de necedades y ocurrencias.
Vaya usted a saberlo, pero el narrativo de los periodistas, analistas, pensadores, filósofos y activistas y defensores de los derechos humanos, en cualquier época, era que los soldados no podían salir a la calle para realizar tareas de guardianes de la seguridad pública.
Inclusive, aquí en la aldea, el mayor Herrero, cuando se inauguró el colegio de policía, advertía los riesgos de sacar a las fuerzas armadas como policías para garantizar la seguridad de ciudadanos en la arteria pública. El riesgo, decía el milite en retiro, se debía a que los soldados obedecen, no están preparados para negociar o socializar y son bastante efectivos cuando de someter se trata.
Pero veamos, en el 2006 el presidente Felipe Calderón Hinojosa, mostró un especial trato para con las fuerzas armadas, gustaba uniformarse como comandante supremo que era de los ejércitos de tierra, aire y agua, viajaba en una unidad militar y en el curso de su sexenio, sugirió que fueran soldados, quienes realizaran la función de policías para ver por la prevención de los delitos que se cometían en la calle.
Sin embargo no acababa de revelar tal proyecto, que toda la oposición, la de la supuesta izquierda y la derecha del PRI, se mostraron en contra, condenaron al mandatario panista y que no le enderezaron, al grado de tener que abortar un proyecto, pues además los críticos de entonces, señalaban que el viejo régimen tenían con don Porfirio Díaz, el ejemplo del militar que había aprovechado a las fuerzas armadas para perpetuarse por espacio de 34 años en ejercicio del poder de poderes.
Sin embargo, cuando Enrique Peña Nieto asumiera la presidencia algo semejante le ocurrió. El rechazo de la supuesta izquierda, ayuna de convicciones, vocación de servir al pueblo y carente de una filosofía de apoyo a las grandes masas populares, no le permitió al último mandatario tricolor afirmar que los militares y marinos, se posesionaran de la calle y la hicieran de policías para resguardar la ansiada paz social.
Por supuesto, que ambas fuerzas cada que se ponían las cosas color de hormiga, eran sacadas de sus cuarteles- se dice que ilegalmente- para realizar trabajos de inteligencia policiaca, capturar a malosos y delincuentes, porque la incidencia de los delitos, aumentaba objetivamente de manera preocupante. Así sucedió durante la última docena trágica docena representada por los gobiernos albiazul y priista.
En la hora actual, cabe rectificar el camino, como lo admitió el propio presidente López Obrador, pero de ello a que una veintena de funcionarios de los primeros niveles jerárquicos, diputados federales y algunos senadores, que se rasgaron las camisetas en un pasado no remoto, condenando siquiera la idea de mandar oficialmente al ejército a la calle, hoy día, sin sonrojo alguno se manifiesten como celosos padrinos de la toma de decisión llevada a la práctica de manera irregular, pero ahora, a un paso de consolidarse con una medida legal y legítima para que los uniformados de verde y los marinos, lleven a cabo tareas de guardianes del orden público en las ciudades del interior del país, además de estar alertas para defender la soberanía nacional, frente a potenciales ataques e intervenciones del extranjero en territorio azteca. Al tiempo.
MAJESTUOSIDAD, ÁNIMO Y SANA ALEGRÍA QUE SE VIO LEJANAMENTE, VOLVIÓ A MEXICANOS LA NOCHE DEL 15
De no ser por la enorme manta colocada a lo alto de los cien metros de altura que tiene la Estela de luz en la ciudad de México, para demandar el esclarecimiento de cien mil desapariciones y más de 130 mil víctimas mortales a manos de la violencia, la noche del último 15 habría sido con corte de orejas y rabo, como en el toreo.
La fiesta en memoria de la patria azteca resultó espectacular, para los miles de mexicanos chicos y grandes que se dieron cita en el zócalo de la ciudad de México. Los tigres del Norte y todo el elenco que acompañó la ceremonia del Grito, hizo reír, divertirse y volver a recrearse con la música nuestra, debido a que la gente hubo que refugiarse prácticamente, por espacio de dos años, con motivo de la epidemia del coronavirus que mató a más de 350 mil personas oficialmente, y contagiara a cerca de cinco millones de mexicanos de todas las edades y condiciones sociales y económicas.
Ya se sabrá conforme trasciendan los días siguientes, si la epidemia de la Covid 19 continúa con su acecho de enfermar a quienes en esa Noche histórica se reunieron como sucede cada año, en la celebración más importante y recordada por millones de aztecas, que aunque desconocen pormenores de la gesta que le dio al país independencia y soberanía, por la escuela o la lectura que hacen los menos de los libros y los medios impresos, principalmente, alcanzan a dimensionar la importancia e impacto que cobró el hecho de haberse separado al México convulso de hace poco más de 200 años, del coloniaje a que estaba sometido por los gobiernos extranjeros, particularmente el español.
El mensaje presidencial, inédito con una fuerte dosis de citas que por vez primera se acusan en su presentación.
Y los invitados del régimen procedentes del extranjero, que por pura curiosidad, las minorías identifican plenamente, porque del resto nada absolutamente. Empero, fueron las autoridades mexicanas anfitrionas de un puñadito de personajes, se dice, con características de ser ideológicamente de izquierda, para desgracia, en un país, donde precisamente las ideas políticas no suelen aplicar con la seriedad ni seguridad de que las pueda lucir aun dentro de suelo azteca, como fuera.
La izquierda, la derecha y la ultraderecha, alguien se pregunta en el aula de la escuela preparatoria como pueden ser identificadas, cuando la masa popular antes y ahora, mayoritariamente sigue siendo pobre y la clase media, justamente trata de conservar su estatus, no conforme con que le cuesta avanzar y si es fácil la expectativa, de que se vaya a pique. La clase en el poder y la dueña del dinero, por favor, sigue siendo la misma de siempre, no de hace 36 años, sino la que tiene sus orígenes o raíces como mínimo con el porfiriato y los hombres y mujeres dueñas del dinero, desde entonces.
Aun a los mexicanos letrados, nada les ilustró que se anunciara que vino la hija de Ernesto Che Guevara, porque fue aquel hace más de 50 años o el ex presidente Evo Morales, ex dictador de Bolivia y el señorón, lo saben solamente en algunas escuelas de ciencias políticas del ex presidente de Uruguay José Mojica, el mandatario que conducía su propio “vochito” para ir de su residencia a palacio, sin guaruras ni guarda-espaldas sus demás familiares, auténtico político, orador de talla internacional y que rechazara cuando sus paisanos se lo propusieron su reelección presidencial.
FUNERALES DE LA REINA ISABEL II, POR SUPUESTO QUE CAEN EN EL RIDÍCULO, PERO ES SU PRIMER MUNDO
Increíble pero cierto, la llamada familia real de Inglaterra todavía mantiene firme los lazos con una burguesía convertida en monarquía constitucional por siglos, aunque en este momento de crisis económica aun de las potencias mundiales, los hermanos de las colonias que habitan de amamantar al régimen en cuestión molesten e irriten a las mayorías del resto de la tierra, que son pobres y habitan bajo sistemas de dictadura o democracias simuladas.
Más de una semana de honras y fúnebres y continúan arribando los aviones supersónicos y carruajes del lujo más extremo, para presentar sus viajeros, numerosos presidentes, primeros ministros y jefes de estado sus condolencias a una reina, que inusitadamente también ostentó siempre el brillo de ser una mandataria fresca y creíble por la friolera de 71 años. En México, seis años resultan muchos para millones de aztecas metidos en esos sexenios hasta el cansancio, hartazgo y aburrimiento.
Pues bien, que tiene el sistema de monarquía constitucional, que en el último adiós para la reina Isabel II, pudo reunir a más de 750 mil personas, muchos de los cuales procedieron de infinidad de naciones del mundo desarrollado, pero igual, del continente americano, con la asistencia del presidente Jeo Biden, de los Estados Unidos de Norteamérica.
A la soberana no fueron pocos los ingleses y demás analistas del resto de Europa Occidental, quienes la calificaron, como una dama excepcional, estoica y que supo conducir la diplomacia, la economía y el intercambio turístico y comercial con la inmensa mayoría de naciones del resto del mundo europeo de occidente y los países de América Latina y las potencias llámese de Estados Unidos, de la China fundada por Mao Tse Tung o el Japón.
Lo cierto es que el poderío que ejerce Inglaterra en el resto de naciones del mundo europeo desarrollado, tienen que ver con la mano atingente, dura, pero serena de una mujer que supo interpretar a sus pueblos y rendirles, cuando las condiciones así lo demandaban, al grado de modificar o cambiar formas y modos de vida de quienes por ende, no son los pobres que existen en América Latina y los pensadores y analistas e intelectuales, que disfrutan de alguna forma de las mieles de un régimen que combina un ministerio encargado a un civil y la monarquía de siglos, que ha satisfecho anhelos, aspiraciones y buenos tiempos de millones de europeos, cultos y una economía doméstica media alta. Al tiempo. Es todo.