Si te enojas con facilidad podrías tener baja tolerancia a la frustración: aprende a identificarla

Las redes sociales, el Internet y la tecnología nos han facilitado la vida. Ahora ya es más fácil comunicarnos unos con otros, hacer las compras u ordenar comida. Y aunque aparenta no tener desventajas, en realidad sí las hay.

Una de ellas es volverse menos paciente y más ansioso si las cosas no se dan como esperamos. Si cuando eso pasa te enojas tanto que no puedes controlarte, podrías tener baja tolerancia a la frustración. ¿Sabes a qué se refiere esto?

¿Qué es la baja tolerancia a la frustración?

Para definir esto, primero es necesario entender qué es la frustración. Se trata de una emoción que combina la impaciencia, la rabia o la tristeza cuando una situación no resulta de acuerdo a las expectativas.

La frustración es una sensación completamente natural con la que nos enfrentamos desde que somos niños; como cuando tus papás se negaban a comprarte un dulce y como respuesta recibían un berrinche de tu parte.

Aprender a manejar la frustración es necesario para afrontar los retos del día a día. Sin embargo, no todas las personas tienen la misma capacidad de hacerlo, lo que se define como baja tolerancia a la frustración.

De acuerdo con Psicología y Mente, la baja tolerancia a la frustración es la poca o nula capacidad para soportar las circunstancias que causan frustración. Es decir, las personas que tienen esta condición reaccionan de una manera poco adecuada o inconveniente ante las dificultades que se les presentan.

En pocas palabras, quienes viven con baja tolerancia a la frustración se les complica lidiar con el estrés, la incomodidad, las situaciones inesperadas o los resultados pocos favorables.

Consecuencias de la baja tolerancia a la frustración

La baja tolerancia a la frustración puede hacer que los individuos se vuelvan irritables, iracundos y hostiles con terceras personas.

También puede provocar que sean dependientes de alguien más, impacientes o extremadamente pasivos y que no sientan motivación para cumplir sus objetivos.

¿Por qué se presenta?

Cuando somos niños, es normal tener una baja tolerancia a la frustración, pero con el desarrollo psicológico y emocional poco a poco se aprende a controlarla.

Sin embargo, los infantes que tienen padres sumamente permisivos o que responden a cualquiera de sus demandas sin pedirle nada a cambio pueden volverse poco tolerantes a la frustración.

¿Cómo aumentar la tolerancia a la frustración?

Los expertos sugieren identificar cuál es el origen de la frustración y por qué resulta tan insoportable. También es recomendable aceptar que la frustración y el fracaso son parte de la vida, y que pueden ayudarnos a crecer como personas.

En algunos casos, la terapia es necesaria para aprender a controlar la frustración y llevar una vida normal.