HÉTOR YUNES LANDA Y LOS TRÁNSFUGAS DEL PRI ESTATAL

60 SEGUNDOS

RAÚL GONZÁLEZ RIVERA 

HÉTOR YUNES LANDA Y LOS TRÁNSFUGAS DEL PRI ESTATAL 

            Cuánta razón le asiste al líder de Movimiento Territorial, Héctor Yunes Landa, cuando en el colmo de los colmos, a una reunión de asociados priistas, aparezcan también los personajes que coquetean y hasta se convierten en correos de lleva y trae con otras fracciones partidarias, a los cuales llama traidores y a empujones tienen que echar de sus reuniones políticas.  

            Estos son otros tiempos. El priismo en la aldea también se encuentra en la lona. Llevaba más de 30 años de ser un partido palero de los hombres que ocupaban las carteras del poder público. Sirvió y formó parte de gobiernos que acabaron por hundir la esperanza de todo un pueblo por vivir en armonía, paz social y a la distancia de las prácticas delincuenciales.

            Levantar a un partido moribundo o permitirle la expectativa de que pueda recibir la vitamina que le permita sobrevivir con alguna dignidad, es el reto que tienen los socios del priismo, de lo que queda de una membresía que traicionó a los veracruzanos, olvidó el discurso de Plutarco Elías Calles e hizo caso omiso de la sentencia que aquí en su cara dictó don Jesús Reyes Heroles a sus dirigentes estatales.

            “Se renueva el PRI o muere”, le dijo el jerarca mayor del partido tricolor, en aquella histórica fecha al grupo de porros que por asalto llegó a usurpar la dirigencia estatal del partido tricolor, en un gobierno cuyo titular, desconocido en tierras veracruzanas, requería de posicionar una imagen y su nombre.

            De siempre, los carroñeros socios priistas mostraron distancia con dirigentes que, como Reyes Heroles, Gustavo Carvajal Moreno o Demetrio Ruiz Malerva, se proponían afianzar un partido cercano a la gente, así que toda una pandilla de malos políticos, carentes de oficio pero ávidos de ganar dinero fácil, sumaron ambiciones y se montaron en un liderazgo sin ofrecer una ideología, que careció de principios y a la doctrina se la pasarían por el arco del triunfo.

Al final del día se mostrarían como lo que fueron, simples bandoleros de una política que en esas condiciones debía sucumbir. Comentaba el maestro Francisco Gutiérrez y González, a sus alumnos en las aulas de la ex Facultad de Periodismo de la Universidad Veracruzana.

Héctor Yunes Landa prometería un trabajo partidario diferente, así que como funcionario público, senador de la república y ahora diputado federal, podría advertirse que es uno de los últimos personajes que llamó a las cosas por su nombre, cuando el régimen estatal, al que perteneció, enturbió el camino, dejó de ejercer un gobierno para la gente y muchos de sus funcionarios pagarían con cárcel, aun sin una sentencia condenatoria, sus presuntas comisiones delictuosas.

Objetivamente, la advertencia para que un priista traidor saliera de una concentración de socios de Movimiento Territorial, se constituye en un mensaje para todos los oportunistas y acomodaticios asociados tricolores, que a lo largo de los últimos 40 o 50 años amamantó el dinosáurico partido, porque un rescate auténtico de la maquinaria en ruinas del priismo necesitaría correr de sus filas a muchos más tránsfugas y traidores, y la mencionada sigla bien podría quedar sin un solo militante probado y consciente, de ahora en delante para servir al pueblo.

DÓNDE ESTAN AMBIENTALISTAS QUE EXIGÍAN NO A LAGUNA VERDE 

Se acabaron los grupos de ambientalistas, les ganó la criminalidad y los feminicidios, a grado tal que aquellos quedaron en la guarida del silencio sospechoso.

Por varios años los grupos de ecologistas –se decían– salieron a la calle, tomaban la plaza Lerdo cada fin de semana y elevaban el tono de sus voces para demandar la clausura de la planta nuclear de Laguna Verde.

El gobierno federal, a través de la gerencia regional de la CFE, objetaba tal pretensión aduciendo que la nucleoeléctrica para nada representaba peligro alguno para la vida humana, fauna y flora, sino todo lo contrario, que el 3 por ciento de la energía eléctrica que generara sería para beneficiar a los consumidores de la entidad veracruzana.

Algo a semejanza de los excedentes petroleros que demandó el profesor Rafael Arriola Molina para las ciudades veracruzanas del norte, porque todos ellos se iban a la caja de caudales de la Federación.

Ocurría con los grupos de ecologistas y ambientalistas, lo mismo que con tantas organizaciones de supuesto corte social, cuyos líderes reconocidos cuando se iniciaron pobres y que llegaban a las redacciones de los diarios de la ciudad, para rogar espacios, una vez que se encumbraron forraron las alforjas y se transformaron en verdaderos verdugos de horca y cuchillo, se embozaron, no salieron jamás de sus fortalezas privadas, y en su nombre sus sabuesos irían a las colonias para explotar a sus habitantes.

El señuelo sería el reparto de las dádivas que iban desde las viandas que permitieran a los pobres medio comer y después llevarían a cabo la entrega de lotes, en algunos casos la construcción de viviendas, promoviendo así un país de golfos y oportunistas, a los cuales con matarles el hambre los tendrían a su disposición para realizar sus marchas, protestas y plantones, los cuales a la distancia de igual forma han ido desapareciendo.

Se dirá que las madres ecologistas que demandaban el cierre de la planta nuclear de Laguna Verde, estaban asistida por una razón obvia, en el sentido de que este país, poca o nula experiencia tenía acerca del manejo de “trastes” productores de energía nuclear. Menos ahora es creíble que Laguna Verde produzca energía eléctrica para los veracruzanos, siendo una entidad donde sus usuarios y consumidores pagan más altas tarifas, por caso, a diferencia de las que cubren los clientes de CFE en el vecino estado de Tabasco.

Bueno sería que se diera a conocer cuántas colonias, de las más de 450 que conforman el municipio de Xalapa, otrora ciudad de las flores, siguen sin regularizarse, tan sólo porque las siglas de organizaciones sociales, con el plantón provocaban el terror en funcionarios públicos venales, los que al final del día accedían, por unas cuantas monedas, a autorizar el trazo irregular que exhiben a todas luces centenares de espacios céntricos y periféricos de la otrora Atenas veracruzana.  

VERACRUZ, CARECE DE ALARMA SÍSMICA 

Aunque usted no lo crea, el estado de Veracruz carece de una alarma sísmica, lo que le provoca a los ciudadanos una verdadera confusión, como la ocurrida el día de ayer, cuando miles de familias se resistían a abandonar sus viviendas y departamentos cuando en punto de las 10:29 horas un sismo de 7.5 habría alterado la convivencia bajo confinamiento de ocho millones de habitantes que registra el estado de Veracruz.

El sismo, cuyo epicentro se localizó a 12 kilómetros al sureste de Crucecita, Oaxaca, cimbró a cuando menos una docena de entidades del interior de la república, incluido el estado de Veracruz, cuyos casi ocho millones de habitantes se habrían percatado del movimiento telúrico desde su confinamiento recomendado por la coordinación de salud, responsable del combate al coronavirus.

Cuando ya son numerosos los sismos registrados sobre tierras veracruzanas, ninguna autoridad ha tenido la osadía de instalar un sistema de alarma sísmica, particularmente porque estas tierras están consideradas de una alta sismicidad, como ya ocurrieron semejantes movimientos en 1906 y en el año de 69 del anterior siglo XX, cuando un sismo devastó a gran parte del territorio de la municipalidad de Orizaba.

Afortunadamente, los daños que se reportan son materiales y menores, sin embargo la prevención o por ésta, tendría que reflexionarse en serio, sobre la constante de estos movimientos del planeta tierra, que a la postre demuestran la agresividad a la que la población está de alguna manera acostumbrada, pero adolece de condiciones para prevenir consecuencias que pueden ser mucho peores.

Veracruz está asentado sobre un suelo de gran sismicidad. Esto lo han advertido geólogos, especialistas en la materia y estudiosos de este tipo de fenómenos, además en el presente caso el vecino país del norte había hecho el anuncio de que México podía enfrentar un tsunami, el cual además perjudicaría a cuando menos otros dos países que se localizan en la región latinoamericana y del Caribe.

La alarma la confirman los expertos al explicar que el agua del mar alcanzaría sus niveles de normalidad en el curso de un día completo, cuando menos para que disminuya su caudal, y que con el movimiento telúrico elevó sus niveles hasta en un metro con 20 centímetros.

Una vez transcurridas dos y tres horas posteriores al movimiento de tierra, la gente volvió a refugiarse en sus residencias, no sin antes invocar nuevos temores, porque la coordinación de salud que lucha contra Covid 19 les insiste en que los ciudadanos deben mantenerse encerrados y, ayer, por el revés, las coordinaciones de protección civil pedían a los confinados que abandonaran sus residencias, con el fin de evitarse que de los posibles daños materiales menores se tuvieran que enfrentar consecuencias, como es la relacionada con la pérdida de vidas humanas.

Empero, como estas señales seguramente se harían con humo, el peregrinaje de adentro de las viviendas hacia afuera, en nuestras ciudades, fue bastante lento y tortuoso, quizá por falta de una alarma sísmica. ¿Qué le parece?  Es todo.