EL CIUDADANO

«La tarea del educador moderno no es talar selvas, sino regar desiertos”. C.S: LEWIS

Hola estimado lector, cuando inicié esta experiencia el 19 de febrero del 2022, me comprometí a no tratar temas relacionados con las instituciones, política y jamás hablar mal de nadie, hoy  miércoles 20 de diciembre del 2023, continuando con el tema de lenguaje corporal, aludiré algunos eventos que involucran a políticos, pero ello no encierra ninguna crítica de mi parte a su desempeño, es únicamente a manera ilustrativa. Y bien, hecha la aclaración, me referiré al “…acto de toma de posesión de nuestro actual presidente Lic. Andrés Manuel López Obrador, cuando el presidente saliente Enrique Peña Nieto, nos ofreció todo un catálogo de gestos y expresiones faciales que delataban su nerviosismo por el momento histórico. Ante las críticas al régimen saliente que, hacia el presidente electo, Peña Nieto se limpiaba el sudor, apretaba el maxilar y frecuentemente se rascaba la nariz. El estrés genera que se liberen catecolaminas, sustancias que inflaman y resecan el tejido nasal, lo que provoca comezón en las fosas nasales. Esto es más común de lo que usted puede creer y no es la primera vez que lo vemos en un mandatario o un líder. Cuando el entonces presidente Bill Clinton declaró su “inocencia” ante la nación por el escándalo con Mónica Lewinsky, se llevó las manos a la nariz más de veinte veces mientras repetía: “I did not have sexual relations with that woman” (no tuve relaciones sexuales con esa mujer), lo cual era una muestra más de que estaba mintiendo…”.