Denuncian saqueo; INAH confirma que Morton planeaba subastar documentos históricos
|- La dependencia denunció ante la FGR para que parte de los escritos de la Biblioteca Backal no sean rematados por Morton Subastas el próximo 21 de julio.
CIUDAD DE MÉXICO.
El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) presentó una denuncia de hechos ante la Fiscalía General de la República (FGR), luego de confirmar que parte de los documentos contenidos en la Colección y Biblioteca Backal, que serían rematados por Morton Subastas el próximo 21 de julio, son documentos originales de los siglos XVIII y XIX que pertenecieron al archivo del Sagrario Metropolitano de la Catedral de México y poseen calidad de monumentos históricos, como lo reveló Excélsior el pasado lunes.
Por esta razón, a solicitud de este diario, el INAH informó que ha presentado la denuncia con apoyo de la Secretaría de Cultura (SC) federal y permanece a la espera de que se realicen las diligencias respectivas.
La SC y el INAH tuvieron conocimiento de dicha subasta a través del catálogo hecho público por la propia casa de subastas. A partir de ello, el 6 de julio, un especialista del instituto realizó el dictamen en materia de documentos históricos donde se concluyó que 15 manuscritos correspondientes a los lotes 34 y 147 fueron elaborados entre los siglos XVIII y XIX, por personal que ejercía su profesión al interior del Sagrario Metropolitano de la Catedral de México”.
De acuerdo con el propio catálogo de Morton Subastas, el lote 34 contenía una colección de 14 cuadernos del Padrón del Sagrario Metropolitano de la Santa Iglesia Catedral Metropolitana de México, que abarcan de 1762 a 1813, y recordaba que en aquella época el Sagrario registraba la administración de sacramentos y la demarcación territorial de los feligreses adscritos a dicha jurisdicción, por lo que “muestra los cambios que ha tenido el primer cuadro de la Ciudad de México, entonces dividido en más de 440 calles, algunas de las cuales persisten hasta nuestros días”.
Y en el caso del lote 147, contenía la Gruesa de Diezmos del Año de 1755 de la Santa Yglesia Metropolitana de México, un “valioso documento (que) corrobora la importancia del diezmo, impuesto vinculado a las autoridades eclesiásticas y altamente rentable para la corona española, en comparación con otros impuestos de carácter civil”.
El INAH reconoció que todos estos papeles sí fueron sustraídos del archivo histórico del Sagrario Metropolitano y que su contenido era parte fundamental para conocer el padrón de los sujetos obligados al pago del diezmo.
Por esta razón, “estos documentos poseen la calidad de Monumentos Históricos, en términos de la Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos”. Y reveló que el pasado 7 de julio, el INAH, con respaldo de la Secretaría de Cultura, presentó la denuncia de hechos ante la Fiscalía General de la República (FGR), donde se integró la carpeta de investigación correspondiente y a la fecha espera que dicha fiscalía lleve a cabo las diligencias a que haya lugar”.
NO ATAJAN DUDAS
Este diario solicitó una entrevista con los expertos del INAH para disipar las dudas en torno el tema, pero éste declinó la petición.
Por tanto, quedan lagunas sobre el tema. Por ejemplo, por qué el INAH no solicitó la cancelación o el aplazamiento de la subasta; si existe idea de cuándo y cómo fueron sustraídos los papeles y si se responsabilizará a los encargados del archivo del Sagrario Metropolitano de la Catedral de México.
Tampoco ha dado a conocer si existe alguna idea del volumen total de documentos extraídos del archivo o cuál es el estado de conservación de los que serían subastados; no se abundó en las fallas en el sistema de seguridad del acervo; si realizarán alguna investigación más profunda a la Colección y Biblioteca Backal ni si habrá sanciones o multas a los portadores e intermediarios de la venta, con base en la Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos.
El pasado lunes, Excélsior informó sobre este caso, luego de entrevistar al bibliófilo y estudiante de El Colegio de México (Colmex), Javier Eduardo Ramírez López –amigo del historiador Miguel León-Portilla–, quien reveló la venta de estos documentos históricos.
En unos días tendrá lugar la subasta de la Biblioteca de Isaac Backal, uno de los bibliófilos más representativos de México. Después de revisar el catálogo, llego a la conclusión de que gran parte de los lotes debieron de estar en el archivo del Sagrario Metropolitano de México”, expresó el experto en sus redes sociales.
Explicó que éstos no pudieron extraerse durante el siglo XIX, como ha sucedido en algunos casos, dado que fueron microfilmados en 1961 y, en caso de consumarse la puja, se consumaría un ejemplo más de la pérdida del patrimonio mexicano.
Además, aseguró que fueron estudiados en el año 2000 por expertos como Óscar Mazin, del Colmex, y Claudia Ferreira Ascencio, quienes publicaron investigaciones al respecto.
El sábado 11 de julio, se consultó a Kristina Velfu, encargada de relaciones públicas de Morton Subastas, sobre el contenido del lote 34, e indicó que brindaría información hasta el lunes 13, aunque en ningún momento refirió que existiera alguna investigación por parte del INAH.
Minutos después, Velfu solicitó más información sobre el requerimiento y enfatizó que Morton Subastas “sólo es un intermediario”. Horas después, la encargada remitió un segundo mensaje e informó que Luis López Morton, fundador de la subastadora, atendía una emergencia familiar y no podría abordar el tema. Sin embargo, durante la madrugada del domingo, y sin aclaración de por medio, la subastadora sustituyó su catálogo virtual y suprimió la información del lote 34.
MORTON RETIRA LOTES
Morton Subastas emitió un comunicado en el que anunció el retiro de los lotes 34 y 147 de su próxima subasta de libros y documentos (de la Colección Backal) para no comercializar lotes que generen dudas o sospechas sobre su origen.
Reconoció que “la sustracción de bienes históricos y/o artísticos es un delito grave que debe investigarse para procurar justicia” y de ahí la importancia de contar con inventarios que den cuenta del patrimonio cultural con énfasis en las obras robadas, aspectos en los que en México falta mucho.
Y argumentó que para mitigar riesgos difunde pública y masivamente sus catálogos; hace de conocimiento público los resultados de las ventas y forma parte del sistema internacional Art Loss.