Origen de un acervo; libro explora la historia de la Librería Coral de la Catedral Metropolitana
|- El investigador de la UNAM Isaac Becerra destaca que la primera de su tipo en el continente americano estuvo en la isla La Isabela, en la actual República Dominicana
La Librería Coral de la Catedral Mexicana de México no pudo ser la primera de su tipo en el continente americano, ya que fue en la isla La Isabela (actual República Dominicana) donde se fundaron las primeras bibliotecas americanas de carácter occidental, dice a Excélsior Isaac Becerra Ramírez, investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), quien publica Historia de la Librería Coral de la Iglesia Catedral Metropolitana de México durante el siglo XVI, una indagación histórica sobre el primer repositorio de libros corales en la Nueva España.
Incluso, explica que desde 1494 La Isabela “debió poseer libros litúrgicos de altar y breviarios para efectuar la eucaristía y el rezo de las horas, pudiendo tratarse de la primera librería coral del Nuevo Mundo”. Pese a todo, reconoce que la de la Catedral Metropolitana fue la que contó con la cédula real más antigua del continente, tal como lo reconstruye en el relato histórico de la Librería Coral, creada hacia 1528.
En el documento que encontré, la primera Catedral fue construida por Hernán Cortés en 1521, año en que se le dio el curato o la parroquia a un clérigo natural de Llerena identificado como Garzón, quien la tuvo hasta 1528”, que contó con los primeros libros corales.
Garzón hacía música y trajo los primeros breviarios (sonoros), aunque los cantorales ya fueron introducidos por fray Juan de Zumárraga, quien llegó desde Sevilla, en enero de 1528, año en que se formalizó la Librería Coral de la Iglesia Mayor de México”, sin olvidar que varios años después se manufacturarían los primeros libros en la Nueva España hechos por las manos indígenas hasta sumar, al menos, 80 libros litúrgicos que en la Catedral.
¿Cuántos libros llegó a albergar la Librería Coral de la Catedral Metropolitana?, se le pregunta a Becerra Ramírez. “Se sabe que había una estantería con los libros de Zumárraga, que fueron roídos por las ratas, por lo que a finales del siglo XVI se hizo una nueva estantería con 80 cajoneras para guardar 80 libros litúrgicos. Actualmente, esos libros son resguardados en la Catedral Metropolitana y en el Museo Nacional de Virreinato, en el Estado de México, donde pueden ser consultados”.
¿Se sabe si estos libros también fueron elaborados por manos indígenas? “Sí he encontrado esos datos, pero no en la Catedral de México, así que es una incógnita que queda para otra investigación. Sin embargo, sí es interesante, porque en documentos que he encontrado, como había escasez de estos libros y eran caros, los franciscanos decidieron enseñar el oficio a los nobles indígenas para aprender a apuntar en canto llano.
Insisto, eso no lo encontré en la Catedral Metropolitana, pero quizás porque es la sede arzobispal y entonces debían traer lo mejor o el mayor el lujo, y de ahí ya se copiaban los libros para ser enviados a otras catedrales”, abunda.
Imagen intermedia
TÍTULO: Historia de la Librería Coral de la Iglesia Catedral Metropolitana de México durante el siglo XVI
AUTOR: Isaac Becerra Ramírez
Editorial: UNAM, México, 2023; 285 pp.
¿Por qué le interesó explorar la historia de esta Librería Coral? “Porque había sido un tema prácticamente no estudiado. Así que en este libro también explico qué es una catedral, su conformación, la diferencia entre canto llano y canto de órgano, porque los libros de coro no sólo son los de canto llano”.
¿Cómo se diferencia a uno de otro? “Los de canto de órgano (polifónico) eran resguardados por el maestro de capilla, y los de canto llano (monódico o similar al gregoriano), eran resguardados por el sochantre (director del coro), que era cantado por todos los curas”.
En su indagación, Becerra Ramírez también refiere el momento en que fueron derribados los espacios dedicados al coro en iglesias y catedrales.
Esa una crítica que hizo en España Pedro Navascués, quien aseguró que muchos padres, por ignorancia, derrumbaron los coros, quitando el sentido litúrgico a estas catedrales.
Yo digo que, efectivamente, cuando hay modificaciones en los coros, como ocurrió en la Catedral de Lima, Perú, cuando quitaron la sillería coral, le quitaron el sentido práctico de la liturgia y, al colocar el altar mayor en medio de la sillería, inutilizaron esos libros y se convirtieron en piezas de museo”, concluyó el académico del Instituto de Investigaciones Bibliotecológicas y de la Investigación de la Universidad Nacional Autónoma de México.