Moody’s reafirma calificación de México
|- Cambia perspectiva de estable a negativa; señala debilitamiento institucional
May Hilario
Martínez de la Torre, Ver.
Moody’s confirmó la calificación crediticia de la deuda soberana de México a largo plazo en moneda extranjera en Baa2, aunque ajustó la perspectiva de estable a negativa. La calificación se mantuvo dos niveles por encima del grado de inversión, destacando la solidez de la posición financiera del país.
Destaca resiliencia económica de México, pero señala un posible debilitamiento institucional
La agencia subrayó la resiliencia económica de México, basada en una economía diversificada y un historial comprobado de políticas fiscales y monetarias prudentes. No obstante, el cambio en la perspectiva respondió a preocupaciones sobre un posible debilitamiento institucional que podría haber impactado el clima de negocios y, por ende, los resultados económicos.
Factores que influyeron en el cambio de perspectiva
El ajuste en la perspectiva se atribuyó a preocupaciones por rigideces en el gasto público y los desafíos en la consolidación fiscal. Además, Moody’s destacó que, al momento de su evaluación, no contaba con la información actualizada sobre el Presupuesto de 2025 ni las proyecciones fiscales que la Secretaría de Hacienda presentaría al Congreso en los días siguientes. Esto podría haber influido en su análisis.
México mantuvo grado de inversión con otras calificadoras
México conservó el grado de inversión con las ocho principales agencias calificadoras, de las cuales siete mantuvieron una perspectiva estable. Esto subrayó la confianza en la estabilidad económica del país a pesar de los desafíos identificados.
Inversiones y fortalezas macroeconómicas
Moody’s reconoció que México continuó atrayendo inversiones, en especial por la relocalización de empresas debido a las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China. Estas inversiones fortalecieron el potencial de crecimiento económico y posicionaron al país como un actor estratégico en el comercio global.
La economía mexicana, explicó, se basó en un tipo de cambio flexible, un sistema bancario sólido y políticas que garantizaron la estabilidad macroeconómica. Además, México contó con amortiguadores fiscales para enfrentar posibles desafíos globales, reafirmando su compromiso con una gestión prudente de las finanzas públicas.