Hojas casi antes de otoño
|José Miguel Santos
¿Qué importa que mi amor no pudiera guardarla?
Pablo Neruda
llanto
como resbala el sol en su caricia matutina
tormenta de ojos pardos
todos los insomnios
golpean mi cabeza
sangre
oléico gramo de Dios
ríe un loco en la esquina
obscuro árbol
nos mira la noche verde
ver de tus ojos la distancia
ahondar en la arena un lamento
llover los ojos de los muertos
camino con la espalda
llaga viva o el marfil de sus muslos
lejos
como lejos se ríe su nombre
así
cuencas abiertas
pregunto mi nombre
nadie responde
nadie está
todo es suelo
todo silencio
toda muro
llenas de vacíos el canto dormido de tu calle
amplio vidrio en un gramo de hoja
se escribe tu nombre en su último latido
¿A dónde van los muertos?
este es un buen sitio
ii antes que otoño
das las
flores
polvo
se elevan al
abismo
angustia de todos mis años
ríos de tierra seca
algo muere en mí
algo muere
ya no recuerdo tu nombre
llano
recuerdo tu nombre
y mi noche se hace verde
del tono de un
agua que mata
grueso trago sucio
bebo
vidrios rotos
los músculos del pecho
fluye en mí lo que se
hizo de lodo
pétrea
caricia de un viento
arenoso
tramo de desierto a mediodía
te clavo en mis dedos
como si no supiera de
ausencias
como si no supiera
de ausencias te nombro
y te llamas como locura
y se muere este segundo
su cadáver alimenta mis
miedos
no
es perderte
es tener el alacrán en
la boca
la muerte entre los
dedos
amplia seda de arañas
rotas
sobre
el
torso desnudo
y vienes a anclarme en humedades
a coser mi cielo tu
fuego
todo se quema
llueves
llueves por todas las grietas del piso
latido que no sana
llueves pétrea
como un aroma que no se
soporta
aquí
frías aguas de una
vasija rota
te abres para ser
tierra
sepultura de silencios
lápida de años
epitafio de kilómetros
dueles
iii otoño
qué espera de seda la de las arañas
qué sueño liviano el de los besos
despiertan todos juntos
ya secos de tanto olvido
ya sé
ecos
de blanquísimo olvido
olvido que el mar existe
que el mar llora
hacia adentro
hacía dentro unos peces
color de angustia
calor de pieles marchitas
y se revuelve el agua
sonido de un viento ciego
playa que no se sala
sal que no se sabe
y olvido que siento
Y por qué no siento
tanta distancia
angustia
regalo de otoño
vacío de horas
duermes
todo el tiempo entre tus uñas
y pintas
halos de tu vientre.
a esta hora
hasta las campanas callan
duerme
niña
blanca obscuridad
duerme