Encuentran osamenta en Refinería de Minatitlán
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MINATITLÁN, Ver.- La paz aparente que envuelve a uno de los recintos energéticos más vigilados del país fue abruptamente perforada por un hallazgo macabro que deja más preguntas que respuestas: una osamenta humana fue descubierta dentro del complejo de la Refinería “Lázaro Cárdenas”, justo en el área de estacionamiento del tanque de agua, cercano a la calle Primero de Mayo.
Lo que parecían ser labores ordinarias de mantenimiento durante el fin de semana, se convirtieron en un episodio escalofriante, cuando trabajadores encontraron restos óseos correspondientes a la pelvis y extremidades inferiores de una persona, parcialmente enterrados y en aparente estado de descomposición avanzada.
La escena, que inmediatamente activó los protocolos de seguridad federal, fue resguardada con absoluto hermetismo. Únicamente elementos de la Fiscalía General del Estado (FGE) y del área de Servicios Periciales pudieron acceder al sitio para procesar la evidencia. Hasta ahora, ninguna autoridad federal o de Petróleos Mexicanos ha emitido un posicionamiento oficial.
La Fiscalía ha iniciado una carpeta de investigación sin descartar ninguna línea, incluyendo un posible homicidio con implicaciones que podrían escalar más allá de lo local. La presencia de restos en instalaciones federales abre un espectro preocupante de hipótesis, desde desapariciones forzadas hasta encubrimiento de crímenes en espacios que deberían ser inexpugnables.
“No sabemos si este cuerpo fue traído aquí o si murió aquí dentro. Lo que sí sabemos es que se rompió la burbuja de seguridad de la refinería”, declaró, bajo anonimato, un trabajador del área de mantenimiento.
Mientras los estudios forenses intentan dar con la identidad del cuerpo, el silencio gubernamental ha alimentado el miedo colectivo. Trabajadores y vecinos de la zona han exigido mayor transparencia, vigilancia y un deslinde de responsabilidades, al considerar que el hallazgo podría estar relacionado con otros casos sin resolver en el sur veracruzano.
“La refinería siempre ha sido una zona cerrada, casi intocable. ¿Cómo llegó un cuerpo ahí dentro sin que nadie viera nada?”, cuestionó un residente de la colonia Cuauhtémoc.
El caso pone sobre la mesa una realidad incómoda: ni siquiera los puntos neurálgicos del aparato productivo del Estado están libres de la sombra de la violencia y la impunidad. Minatitlán, con su historia marcada por el crimen organizado y la descomposición institucional, vuelve a ser nota nacional. Pero esta vez, el epicentro no es una calle, una colonia o una carretera: es el corazón mismo de su infraestructura petrolera.
El cuerpo fue trasladado al SEMEFO, donde se realizarán estudios de antropología forense, análisis de ADN y peritajes óseos. Mientras tanto, la incertidumbre y el miedo permanecen como una nube densa sobre la refinería, esperando que el eco de los huesos hable y revele una verdad que, hasta ahora, se esconde tras los muros del poder.