Observamos un acoso permanente, descalificación y hasta intimidación hacia quien piensa o actúa diferente, que sólo abonan a la división y al encono: Arquidiócesis de Xalapa
|- Observamos con preocupación que la libertad de expresión junto con otras libertades se están poniendo en riesgo. Nos extraña también el silencio cómplice de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos. Vivimos en una sociedad plural, y desde la diversidad de pensamientos debemos buscar siempre la unidad, el diálogo y el encuentro por el bien común.
COMUNICADO
DOMINICAL.
Arquidiócesis
de Xalapa.
¿LIBERTADES AMENAZADAS?
La LIBERTAD DE EXPRESIÓN es un derecho humano básico, constitucional,
fundamental e inherente y necesario de la naturaleza humana. Se trata de uno de
los derechos fundamentales que tiene toda persona a decir, comunicar y difundir
en forma libre lo que piensa, cree o siente.
La libertad de expresión está protegida en los artículos 6 y 7 de nuestra
Constitución. El art. 19 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos,
dice lo siguiente: “Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de
expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus
opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de
difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión”.
En una sociedad democrática, la libertad de expresión es fundamental. De ahí
que debamos cultivar la capacidad para escuchar y para recibir diferentes
puntos de vista, aun cuando no sean como uno los entiende.
Observamos con preocupación que la libertad de expresión junto con otras
libertades se están poniendo en riesgo. Nos extraña también el silencio
cómplice de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos. Vivimos en una
sociedad plural, y desde la diversidad de pensamientos debemos buscar siempre
la unidad, el diálogo y el encuentro por el bien común.
Se observa un acoso permanente, descalificación y hasta intimidación hacia
quien piensa o actúa diferente. Es lamentable y reprobamos abiertamente que a
través de un discurso repetitivo se quieran apagar las voces disidentes como si
se quisiera imponer un pensamiento único. Eso resulta muy peligroso porque
atenta contra uno de los derechos fundamentales de toda persona y contra una de
las características de la democracia moderna.
La voz de alerta que han enviado los 650 intelectuales, periodistas y
académicos recientemente es un mensaje que debemos escuchar y reforzar. Se
necesita corregir el rumbo, a nadie beneficia mantener un discurso amenazante y
desestabilizador. Los que evidencian los errores, los fracasos y las torpezas
que se han estado cometiendo y que están dañando al país, encaminándolo a un
punto muy peligroso no tendrían por qué ser descalificados, agredidos e
intimidados. Se tiene derecho a pensar y a opinar de forma
diferente.
Junto a la amenaza de la libertad de expresión también se están afectando otras
libertades como sucedió este sábado 19 de septiembre de 2020 en la ciudad de
México, donde la policía impidió también el libre Tránsito a los manifestantes
que marchaban del Monumento a la Revolución al Zócalo capitalino. Se trata de
una violación a la libertad de Expresión, a la libertad de Tránsito y a la
libertad de Manifestación. Reprobamos esta conducta represiva de parte de las
autoridades de la Ciudad de México.
Por otra parte, lo que sucedió recientemente en torno a la Catedral de la
Ciudad de México, donde sin previo aviso y de manera sorpresiva y arbitraria
bloquearon por varias horas los accesos a la Catedral de la Ciudad de México,
resultó también un atentado a la libertad religiosa.
Este tipo de señales sólo abonan a la división y al encono, invitamos a
recapacitar y a corregir este tipo de actitudes propias de sistemas represivos
o arbitrarios que atentan contra las libertades y los derechos de las personas.
Pbro. José Manuel Suazo Reyes