Con emotiva ceremonia, egresan alumnos de la Escuela Multigrado “Diego Rivera” en Bella Esperanza

Farid Becerra
Bella Esperanza, San Rafael, Ver.
Con gran entusiasmo y emotividad se llevó a cabo la ceremonia de clausura de la generación 2025 de la escuela multigrado “Diego Rivera”, ubicada en la comunidad de Bella Esperanza, municipio de San Rafael.
Durante el acto, el ciudadano Adolfo Orea Vite tuvo el honor de fungir como padrino de generación, acompañando simbólicamente a los egresados en este paso importante hacia su formación académica. En su mensaje, expresó su profunda emoción por regresar a estas tierras que recorrió durante su infancia y resaltó el valor del esfuerzo comunitario en la construcción de un mejor futuro para la niñez rural.
“Esta celebración no es solo por los alumnos, también es por sus familias, por su maestra que recorre grandes distancias cada día para brindarles educación, y por una comunidad que sigue apostando por el conocimiento. Ser padrino de generación es un privilegio que me llena de gratitud”, expresó Orea Vite en su discurso.

Asimismo, exhortó a los jóvenes a nunca dejar de aprender, a ser curiosos, a usar la tecnología como una herramienta de crecimiento, y a no olvidar sus raíces ni el esfuerzo que hay detrás de cada logro.
Uno de los momentos más destacados del evento fue la presentación cultural del Ballet Folklórico Xochipilli, proveniente de la comunidad de Puntilla Aldama, el cual engalanó la ceremonia con una muestra de danzas tradicionales bajo la dirección del maestro Alexis Recio Muños. Su participación añadió un emotivo toque de identidad y orgullo cultural a esta significativa clausura.
La comunidad educativa, padres de familia y autoridades locales se dieron cita para presenciar este acto que simboliza no solo el fin de una etapa, sino también el inicio de una nueva llena de posibilidades para los niños y niñas de Bella Esperanza.
La escuela multigrado “Diego Rivera” continúa siendo un ejemplo de perseverancia y compromiso con la educación rural, demostrando que, aún con recursos limitados, es posible sembrar semillas de esperanza y conocimiento en cada generación.



