Destapa Orfis más desvíos y corrupción Cuitláhuista

  • Tan sólo de la cuenta pública de 2024.
  • Casi 11 millones en la SEV por computadoras “extraviadas”, 15 millones en Sedarpa por caminos no realizados y más de 27 millones en la SIOP por obras de mala calidad.
  • La Sedarpa, en aquel entonces a cargo de Evaristo Ovando Ramírez y actualmente representante de la Sader en Veracruz; presentó un daño patrimonial por 15.1 millones de pesos.

#Xalapa

Funcionarios de la Secretaría de Educación de Veracruz (SEV), durante la administración del considerado peor Gobernador que ha tenido Veracruz, Cuitláhuac García Jiménez; hicieron desaparecer 466 bienes adquiridos con recursos públicos.

De acuerdo con el informe de seguimiento del Órgano de Fiscalización Superior (Orfis), la mayor parte de los objetos “extraviados” —más de 381— corresponden a computadoras de escritorio y portátiles por un monto de 10 millones 737 mil 479 pesos con 11 centavos.

El Orfis, en su revisión de la cuenta pública de 2024 encontró las facturas que avalan la compra de mobiliario y equipo de oficina, así como equipo de computación, pero los bienes no los encontró por ningún lado.

De manera por demás extraña, las compras las hicieron a: una empresa constructora (Grupo Comgolf, S.A. de C.V.), una empresa de tecnología asentada en Monterrey (Grupo Jar del Golfo, S.A. de C.V.), un taller mecánico y refaccionaria automotriz (Diaz Carmona Héctor Fernando).

La única empresa que se dedica a la venta de estos bienes es Alta Comercialización en oficinas, S.A. de C.V., a la cual le hicieron la menor compra de estos equipos desaparecidos.

Peor aún, existe la duda si los muebles y equipos alguna vez fueron entregados a la SEV, porque no existe evidencia tampoco de donde pudieron haber sido colocados.

En su “Observación Número: FP-017/2024/004 DAÑ” el Orfis apunta que “la Secretaría (de Educación de Veracruz) no proporcionó los resguardos respectivos con el objetivo de verificar su localización y/o área de adscripción”.

Así mismo, la Secretaría de Desarrollo Agropecuario, Rural y Pesca (Sedarpa), en aquel entonces a cargo de Evaristo Ovando Ramírez y actualmente representante de la Sader en Veracruz; presentó un daño patrimonial por 15.1 millones de pesos por obras sin terminar y con deficiencias en los caminos saca cosechas de diversos municipios de Veracruz, según la Cuenta Pública 2024.

Estos caminos son esenciales para el traslado de café, caña, maíz y cítricos durante la temporada de cosecha, especialmente en comunidades donde no existen carreteras pavimentadas.

De acuerdo con los auditores, se detectaron obras inconclusas en comunidades de Atzalan, Platón Sánchez, Tatahuicapan y Mixtla de Altamirano; ejecutadas sin permisos, licencias ni validación de proyecto por parte de la Secretaría de Infraestructura y Obras Públicas (SIOP).

El informe detalla irregularidades en rodadas de concreto, empedrados de piedra braza y construcción de vados, realizados sin validación técnica y con pagos en exceso por volúmenes no ejecutados, además de penas convencionales no aplicadas.

El Orfis concluyó que la falta de control y supervisión provocó un daño al erario público y ordenó a las autoridades responsables aclarar y reintegrar los recursos observados.

Asimismo, se detectaron pagos en exceso y costos elevados por trabajos sin validación técnica en obras ubicadas en Tlacolulan, Castillo de Teayo, Las Choapas y Juchique de Ferrer.

Además de lo anterior, una decena de obras ejecutadas también durante el sexenio de Cuitláhuac García Jiménez dejó un presunto daño patrimonial por 27 millones 742 mil 96 pesos.

Se trata de diez proyectos observados por el Orfis por haber sido ejecutados con deficiencias técnicas, materiales de pésima calidad, pagos en exceso, permisos inexistentes o planos que no fueron más allá del papel.

Una de ellas es el puente vehicular superior “Heberto Castillo” en la avenida Lázaro Cárdenas, en Xalapa, a la altura del centro comercial Urban Center.

Inaugurado en 2023, la auditoría lo clasificó de la siguiente forma: “El paso superior fue calificado por el Orfis como una obra de mala calidad, con materiales de pésima calidad, con pagos en exceso, con sobre costos no justificados, con pendientes irregulares, carpeta asfáltica deficiente y pintura vial pagada pero nunca aplicada, obra que no resistió ni la inspección más básica”.