NADIE SE APUNTA PARA GANAR CURULES NI FUTURAS ALCALDÍAS
|60 SEGUNDOS
RAUL GONZALEZ RIVERA
NADIE SE APUNTA PARA GANAR CURULES NI FUTURAS ALCALDÍAS
El hermetismo que guardan los partidos políticos llama a la reflexión de los ciudadanos, porque en otras épocas con uno o dos años de antelación ya se escuchaba el ruido que hacían los tiradores a las entonces ansiadas sillas de curulecos, proceso electoral que viene en el 2021 y que como se ve a la distancia, los ciudadanos estarán en la disyuntiva de votar o no votar, y los aspirantes que no se deciden a salir de sus escondrijos para decirle al pueblo, que están listos para poder competir en la jornada que será verdaderamente histórica en el México ensangrentado de la época actual.
En la llamada época de oro del México convulso, entre los años 40 y 70, pisando el 80 del pasado siglo XX, una elección que a la gente poco le atraía era la de alcaldes y por supuesto, la que correspondía a los diputados locales, menos interés provocaba, justificándose el común ciudadano, al advertir generalmente, que los candidatos nominados, eran los de siempre.
A quienes reporterilmente nos tocó cubrir no pocas sucesiones municipales, viene a la memoria que se trataba de procesos meramente de trámite, ya que el partido dominante iba solo en dicha contienda. Entonces los ciudadanos se inclinaban por un priista a fuerzas, o de plano, como solía ocurrir preferían el día de votaciones irse de descanso a la playa, jugar béisbol o no salir de sus casas, para pasarla en familia.
El candidato a la presidencia municipal, generalmente no era nativo del municipio que iba a administrar y con 700 sufragios que es el caso de Xalapa por trienios, un personaje se convertía en el mandamás de la aldea local. Esto trascendió sobre todo en el siglo XX.
En fecha de comicios, el reloj parecía caminar a paso de tortuga, se hacía largo, tedioso y muy aburrido.
Una primera vez, en que se produjo algún atractivo, aunque el resultado sería el mismo porque el abanderado priista siempre ganaba, fue cuando en contienda por la alcaldía de la ciudad el abogado Rubén Pabello Rojas, hubo que aceptar que había un contrincante, el recordado maestro de escuela primaria David Ramírez Lara, primer abanderado a dicho encargo con colores del PAN.
El hecho causó alguna expectativa, aunque incipiente, iniciaría una lucha de partidos por alcanzar los puestos públicos. No era cualquier cosa, ya que el viejo régimen se había empeñado en eternizarse como beneficiario de la vida pública aquí y en todo el país.
Se sabía que en Coatzacoalcos, había surgido un candidato de oposición al PRI, un chino-mexicano, don Francisco King y que para calmar algunas ansias políticas de enemigos al membrete tricolor, lo habrían de dejar ganar la alcaldía, apoyado por una sigla partidaria de ciudadanos independientes. Por cierto, se contaba que realizó un meritorio trabajo político.
En Veracruz puerto, con varios centenares de votos, no miles, el candidato priista siempre conquistaba el cargo edilicio. Entre sus ciudadanos, había una oposición mayoritaria, pero que jamás se había pronunciado partidariamente.
Es decir, al pueblo, las elecciones no le disgustaban, pero tampoco le robaban el sueño.
Este interés, por acudir a comicios, quizá se apoderó de la ciudadanía, cuando obreros, campesinos y académicos de todos los sistemas educativos, comenzaron a sentir los efectos de una política nacional, que los hizo perder empleos, que les regateó las oportunidades, que arreció en los ámbitos de la imposición, la violencia, la represión y que con el invento del TLC sobrevendría igualmente el derrumbe de la producción agropecuaria, en su máxima expresión.
Vinieron los enojos populares y se atizó en leña seca el fuego, con que finalmente, se daría el repudio silencioso pero seguro de que el culpable de esta caída atroz, eran los servidores públicos formados o militantes de las filas priistas.
CRECIMIENTO DESMEDIDO DE XALAPA, OBRA DE POLÍTICOS Y SEUDOLÍDERES
En fechas recientes y constantes son las manifestaciones de protesta que realizan agrupaciones supuestamente creadas para la defensa de colonos, vecinos y grupos sociales, que poblaron de manera abrumadora territorio de esta municipalidad, dando al traste con el crecimiento urbano ordenado y cuidando que el entorno resultara sano para los seres humanos.
El Xalapa de antes de los años 80 del pasado siglo XX, contó o pudo ofrecer a sus vecinos brindarles una vida confortable, tranquila, con ambiente aireado, con paz social y un estudiantado que si estudiaba y funcionarios públicos conocidos por todos, ya que gustaban de caminar por nuestras calles, bolearse el calzado en el parque Juárez o encontrarse disfrutando de una cinta fílmica mexicana en la sala del cine Xalapa, o el más querido por los xalapeños auténticos, el cine Radio.
Entonces una caminata por los corredores del parque Juárez era una delicia que aprovechaban las familias buenas de la ciudad para recrearse, charlar con sus amigos y luego llegar al café de los chinos, de la calle de Enríquez, degustar un café riquísimo y comer una pieza de pan recién salida de sus hornos de leña.
El sistema educativo estaba encargado a la Universidad Veracruzana, así que escuelas secundaria, preparatorias y escuelas y facultades dependían de la máxima casa de estudios, hasta que llegó don Rafael Murillo Vidal y habiendo escuchado a testaferros, procedió a dividir este sistema, dejando fuera a secundarias y bach8illeratos.
Luego vendrían alcaldes siniestros, ajenos a la ciudad, deseosos de ser protagonistas de un “cambio” permitiendo el establecimiento de grupos encabezados por seudo-dirigentes sociales, para el reparto del territorio de la municipalidad, que hacia los años 60-70 contaba apenas con 50 mil habitantes, sin fraccionamientos habitacionales. El fraccionamiento Veracruz, fu el primero en ser calificado como residencial, en linderos de la avenida Manuel Avila Camacho.
Políticos ávidos de enriquecer sus bolsillos, como consta con los que regentearon la dirección de patrimonio del estado, que llegaron pobres, vivieron en casas rentadas y cuando concluyeron gestiones en los sexenios del uni-partido en el poder, se convirtieron en famosos millonarios, optando de gobierno en gobierno por irse de estos lares, escapando así como cualquier ladronzuelo a la censura de un pueblo indignado. En los últimos 40 años, la ciudad pasó de diez a 420 colonias, puede usted creerlo.
El arribo de supuestos líderes sociales, representando siglas fantasmas y que chantajearon a los alcaldes y políticos que lo permitieron, abrieron las puertas para generar la apertura de más de 400 colonias, arrasando con los recursos naturales de agua, aire, destruyendo los pavimentos y socavando la vida tranquila que alguna vez Xalapa disfrutó y no fueron pocos los decenios, hasta que la transformación indiscriminada, arbitraria y soberbia se dio con gobiernos emanados de la gesta neoliberal, del régimen salinista.
La tragedia cumple ya cuarenta años, cuántos más, si no se le pone un freno. Al tiempo.
SI SE TRATA DE DESPRESTIGIARLOS, LOS EX PRESIDENTES SON HISTORIA
En realidad cada que llegaba un político a ocupar la presidencia de la república, la gente o ciudadanía, los veía como salvadores y al que se iba, lo condenaba mínimo al ostracismo,
A diferencia de los Estados Unidos de Norteamérica, en donde los ex presidentes o casi todos juegan un papel predominante en la vida pública de su país, dentro o fuera de éste, como lo hacen todavía George Bus Jr., Bill Clinton y Barack Obama, en México de siempre ha ocurrido lo contrario.
La esperanza de la ciudadanía, se renueva con el sexenio que comienza acciones, y concluye cuando aparece el candidato del futuro sexenio.
Inclusive, esta etapa de los presidentes rechazados -durante y posterior a sus mandatos- por el pueblo, se fortalece a raíz de que Luis Echeverría Alvarez hereda el poder presidencial a su amigo de entonces José López Portillo. Y éste último cuando entrega la estafeta de mando a Miguel de la Madrid Hurtado, ídem, se produjo la más enconada escalada de críticas y cuestionamientos a los tres personajes, los cuales quedarían muy lejos de la obra de don Adolfo Ruiz Cortines, de Adolfo López Mateos y del general Lázaro Cárdenas del Río.
El Arribo y posterior salida de Carlos Salinas, estaría acompañada de millones de “yo acuso” porque su política había dejado millones de pobres.
Además, natural era escuchar que el presidente que iniciaba, debía arremeter duramente contra su antecesor. Así que Ernesto Zedillo Ponce de León, sellaría su separación del salinismo, con aquella frase lapidaria del “error de diciembre”, en clara alusión al fracaso gubernamental de su antecesor.
Cuando Zedillo reconoció públicamente y diera a conocer-antes que el IFE- la victoria electoral del panista Vicente Fox Quesada, los propios priistas, se fueron a la yugular del economista formado en aulas del Politécnico Nacional y ex coordinador de la campaña electoral de Luis Donaldo Colosio Murrieta.
Jamás le perdonarían a Zedillo que el timón de mando, se lo pasara a un candidato opositor, pero sobre todo de un partido que había sido calificado de aglutinar en sus trincheras a lo más reaccionario y ultraconservador de este país. Es decir, cuando ni siquiera en México se admitía la existencia de que esta Nación ostentara una ideología y se inclinara por la pluralidad.
Es decir, que las páginas suscritas en los medios informativos, sobre el particular, acumulan millones de cuestionamientos que en momentos objetivamente más importantes en la vida pública nacional allí quedaron impresos, en franco señalamiento a la obra inconclusa, el más severo protagonismo y debilidades que cada ex mandatario tuvo de cara a su pueblo, cuando ejercieron el poder desde la silla principal-políticamente hablando de este país.
Ninguno, que se sepa, dejó de recibir la andanada de cuestionamientos, del pueblo a través de los medios, que les dieron voz y espacio. Es todo.