CUIDADO CON LAS FIESTAS DE FIN DE AÑO

60 SEGUNDOS,

RAUL GONZALEZ RIVERA

CUIDADO CON LAS FIESTAS DE FIN DE AÑO

                Por todos los medios, la Organización Mundial de la Salud, alerta sobre el desarrollo de las fiestas de fin de año, si no se toman en cuenta las medidas de prevención contra el coronavirus, tan fáciles de asimilar como es mantener la sana distancia, evitar las grandes concentraciones en lugares cerrados, usar el cobre-bocas y lavarse las manos tantas veces como sea posible en el curso del día.

                Sobre todo, deben mantenerse estas medidas de prevención, ante la propagación del que puede ser mortal virus, como lo hacen constar los más de cien mil personas que han perdido la vida.

                El grito desgarrador de los médicos que están en el frente de lucha contra el coronavirus, pareciera escucharse en todos los rincones de este país. Ya no aguantan las jornadas tremendistas de día y noche atendiendo a los pacientes y que avistan con singulares muestras de terror, que sus voces de apoyo, van perdiendo fuerza.

                Por supuesto, la coordinación sanitaria que  presiden los doctores Jorge Alcocer y Hugo López Gatell-Ramírez, igual, desgañitan todas las tardes noches, informando acerca de los estragos que sigue causando el virus invisible y que su constante de llamar a la consideración por parte de la sociedad civil, pareciera no impactar ni impresionar a gran parte de ésta, lo que se traduce en el terrible avance de una pandemia que pareciera haberse estacionado indefinidamente particularmente en este país.

                La estrategia seguida hasta ahora, por parte de dicha coordinación para el combate del coronavirus, también está siendo cuestionada por diversos grupos políticos y sociales, no obstante que en este contexto, para el abatimiento de la enfermedad, tiene mucho que ver el convencimiento de la sociedad, en una cruzada que en el resto del mundo, igual, está siendo atacada, sin que se avizore un final de esta lucha.

                Localmente, se confirma que la enfermedad está en más de 180  municipios que conforman la geografía veracruzana y que los esfuerzos  sanitarios siguen brindándose en centros hospitalarios y clínicas particulares, lo cual no es suficiente sin el concurso de la ciudadanía, a la cual  se le presta la atención médica, pero existen sectores que desoyen las indicaciones institucionales y rompen con el dique de contención imaginario, ya que a nadie se le impone ninguna instrucción ni se dictan medidas de represión.

                Inclusive, aquí en Xalapa, el ayuntamiento habría anunciado que aplicaría multas de hasta mil 500 pesos a toda persona que sea sorprendida sin portar la mascarilla de protección, sin embargo, se ignora, si esto ha ocurrido, o fue simplemente un buscapiés, con el objetivo de provocar temor y miedo en la gente. Igual sucede en los servicios del taxi, con conductores sin cubre-bocas y automovilistas y peatones caminando en la calle en franco reto a la obligación de mantener ciertas medidas de prevención contra esta enfermedad.

                Vale el rol de recomendaciones que en todos los tonos, las autoridades sanitarias vienen haciendo en prevención de más pacientes y por ende de nuevas víctimas mortales, con miras a las próximas celebraciones de navidad y fin de año, que ya habrá el retorno a la normalidad anterior y en la que el grueso de la población mundial festeje y conviva. Al tiempo.

EN UN MEXICO, SIN IDEOLOGIAS IZQUIERDA O DE DERECHA, ES LO MISMO

                La única forma que tiene la oposición de ganar en las elecciones del 2021 a Morena, son las potenciales alianzas que se comienzan a tejer en linderos de los partidos supuestamente más influyentes, como es el caso del PRI, PAN y PRD.

                Si existieran las ideologías y a los políticos se les distinguiera por su forma de pensar, júrelo usted que estarían los mexicanos en el umbral de lo que fueron las enseñanzas de los politólogos griegos y los políticos romanos.

                Sin embargo, en un país donde el viejo régimen mantuvo el control político por espacio de 80 años, lo menos que debe reflexionarse, por allí rumian varias decenas de hombres y mujeres que se equivocaron al romper las líneas del poderío que ejerció el uni-partido, el cual ostentó ofensivamente el presidencialismo exacervable y mantuvo el uni-manejo y control de los poderes legislativo y judicial.

                En esta hora de incertidumbre, todo es posible y pareciera que lo están consiguiendo los ahora mandos partidarios nacionales.

                Sobre si es capaz el Prian de unirse al PRD y que tal vez se incorpore Movimiento Ciudadano, a nadie debe espantar ni dejar mudos. Se trata de la próxima competición por obviedad más importante de los últimos 20 años inclusive, después de la victoria electoral que obtuviera el entonces candidato presidencial Andrés Manuel López Obrador.

                A los mexicanos, queda decidir entre los temas de mayor trascendencia para su personal existencia, o se vuelcan en las urnas electorales el próximo 2021 o se deciden a elevar su protesta en silencio, no yendo a votar, para resguardarse y continuar cuidándose de la pandemia, la cual no tiene para cuando terminar, no obstante que algunos personajes del mundillo oficial, habrían advertido que cesaría sus efectos en los pasados meses de junio o julio. Lo otro es la inseguridad pública que crece a borbotones nacionalmente.

                 Cabría preguntar si a alguien le extraña que se reúnan Zambrano del PRD y Marko Cortés y que este a su vez haga la invitación de rigor, para que regresen a las trincheras del PAN Felipe Calderón, Margarita Zavala y Vicente Fox Quezada, amén de que cuando más sufren el agobio del asedio de la justicia los más connotados socios priistas del pasado régimen de gobierno federal, el viejo régimen anuncie su disposición de integrar la alianza con albiazules y perredistas.

                Todo lo contrario, ya anuncian con bombo y platillos que los partidos fuertes del pasado, volverán por sus fueros y con singulares demostraciones de fuerza en la ciudadanía, para buscar 15 gubernaturas y las diputaciones locales y las 500 curules federales, en las entidades donde vayan a tener jugada, como es el caso de Veracruz.

                Mucho tendrán que ganar, nada que perder los cuadros de la dirigencia nacional de los distintos membretes partidarios en el proceso electoral del 2021, sobre todo cuando serán alrededor de 12 partidos políticos de estreno, los que entrarán a la guerra política por la más grande contienda partidaria que vaya a registrarse en los últimos 20 años, salvo la elección presidencial del pasado 2018.

                Más aun cuando se sabe de sobra, que el movimiento vuelto gobierno, carece en sus trincheras de valores políticos, que sobre todo atraigan en su torno al grueso de los ciudadanos, que con todo y los beneficios que están recibiendo, no niegan su raigambre a las siglas tradicionales, que como quiera siguen vigentes y el sistema de vida público nacional, es la democracia, por cuyo arribo los ciudadanos mexicanos sufragaron apenas hace tres años. Esperemos.

VIOLENCIA E INSEGURIDAD PUBLICA, DEUDA PUBLICA DESDE LOS AÑOS 80

                La gran deuda que tienen los gobiernos sexenales nacionalmente y los locales es el combate a la violencia y por ende la inseguridad pública, que viene desde los años 80 del pasado siglo XX y que dieron al país la fama en el extranjero de representar un gran peligro para los visitantes del extranjero, pero sin considerar que los ciudadanos mexicanos entre el miedo- pánico y el terror.

                Sin embargo, los regímenes gubernamentales tanto de la república como en los estados del interior del país, los dos primeros años de su administración los concretaban a  ventilar los errores cometidos por sus antecesores en el ejercicio del poder y en los dos años siguientes, es decir el segundo tercio, coincidían en anunciar lo que harían para acabar con la fea pesadilla que rompió con la paz social y tranquilidad de los decenios anteriores al arribo prácticamente de los gobiernos neoliberales.

                A estas alturas, la guerra que declaró contra la delincuencia organizada, el presidente Felipe Calderón Hinojosa, comienza a quedar muy vieja.

                El presente es lo verdaderamente trascendente, sobre todo porque en la gente se anidan numerosos sentimientos encontrados, debido a que el temor, el miedo y la zozobra, le acompañan al salir a la calle, ir al parque o en el trabajo cotidiano que realizan, para conseguir su sustento y el de sus demás familiares.

                 No es posible seguir correteando a los delincuentes que toman las casetas de peaje en las carreteras nacionales, nomás, porque un grupo las toma por asalto, realiza los cobros para su peculio y desoyen los llamados de la autoridad, que al final del día concluye cuando deben ir los cuerpos de seguridad, los encargados de echarlos, detenerlos y confinarles los recursos mal habidos, y que pertenecen al estado y por ende al pueblo mexicano.

                Los gobernantes tienen que saberlo, pero en el grueso de la población y que alcanza a más de cien millones, los escenarios que avistan son verdaderamente terribles. La violencia es una amenaza que está latente y la constante de sucesos en los que inclusive, pueden registrarse pérdidas humanas, no cesa. Los femincidios, van en demasía creciendo y las expectativas para ser resueltos desde las trincheras policiacas, se aprecian infinitivamente menores.

                Nadie puede salir a la calle y caminar con la certidumbre de que va a llegar a su destino, sin ser lastimado, atracado o golpeado.

                El ulular de las sirenas de las patrullas policiacas, se da prácticamente todo el día, lo que pareciera a muchos que se está en una situación de riesgo y de guerra. Lo que para las mayorías simboliza que algo está ocurriendo, pero una respuesta concreta al finiquito que debe sellar el tema de la violencia y la inseguridad, siguen siendo cuentas pendientes de cubrir por parte del estado en un trance que se alarga hasta por más de 40 años. Es todo.