Separamos el poder económico del poder político
|HISTORIAS DE REPORTERO
Carlos Loret de Mola
Separamos el poder económico del poder político
Julio Villarreal la jugó bien.
El acaudalado empresario, dueño del Grupo Villacero, apoyó con millones la
fallida campaña presidencial de Andrés Manuel López Obrador en 2012, luego se
fue de fiesta con Peña Nieto y su grupo, solo para después regresar al regazo
obradorista y ser de los empresarios consentidos de la autoproclamada 4T.
Julio Villarreal fue grabado en una llamada
telefónica confesando que donó decenas de millones de pesos a una campaña
presidencial: la segunda de López Obrador, en 2012. En la llamada, el hoy
consejero jurídico de la Presidencia, Julio Scherer Ibarra, le pide 50 millones
más. Villarreal, hombre de negocios al fin, se resiste: ya para ese momento se
veía que AMLO iba a perder la elección y era dinero tirado a la basura. Con la
llamada no pasó más: ni se investigó ni se procesó ni derivó en ninguna sanción
por aportaciones ilegales de campaña o rebase de tope de gastos.
Se la jugó con López Obrador en 2012, y perdió.
Pero no ha de haber dolido mucho la derrota. Funcionarios del gabinete de Peña
Nieto lo recuerdan departiendo alegre y condescendientemente con el propio Peña
Nieto y toda su banda, en la boda del abogado Juan Collado, operador del Grupo
Atlacomulco, quien fue detenido durante el gobierno de López Obrador.
(Breve paréntesis: hace unos días le conté en
esta columna que el Gobierno federal negociaba con Collado dejarlo en libertad
si se acogía al “criterio de oportunidad” y se volvía testigo protegido para
contar todo lo que sabe de la elección de 2006, el fraude y los
videoescándalos. Las negociaciones iban por buen camino pero se quebraron: me
relatan que Collado les mandó decir que sencillamente no confía en que le van a
cumplir lo que le estaban prometiendo).
Regreso a Villarreal. Cuando el viento sopló de
nuevo en favor del tabasqueño, ya de cara a la elección presidencial de 2018,
se alineó de nuevo con el obradorismo y fue de los empresarios que apoyaron la
campaña -ahora sí, exitosa- de AMLO. De los consentidos, de los favoritos. Al
grado que hace unos días se anunció que Grupo Villacero comprará la mitad de
Altos Hornos de México (AHMSA) al empresario priista encarcelado Alonso Ancira.
El asunto derivó en un choque entre Palacio
Nacional y la Fiscalía General de la República, porque, según mis fuentes, el
arreglo de compraventa de AHMSA incluía el plan para devolver 200 millones de
dólares al erario y la libertad de Ancira. Así que por un lado desde Palacio se
presionaba a los jueces a favor de amparar a Ancira y desde la FGR en contra.
Ya sabe, bien separados el poder económico del
poder político.
SACIAMORBOS
El presidente López Obrador hace un sentido
llamado en su conferencia mañanera para que la gente no salga de su casa en los
próximos 10 días ante el atroz crecimiento de la pandemia. Acto seguido, se va
de gira a Sonora. ¿A qué? A apuntalar la campaña a la gubernatura de su
exsecretario de Seguridad, Alfonso Durazo, que no la tiene nada fácil.