‘Humanidad, el virus más exitoso’: John Banville
|- El autor, que también firma como Benjamin Black, anunció el lanzamiento de Quirke en San Sebastián.
CIUDAD DE MÉXICO.
Nunca deberíamos subestimar a la especie humana porque tiene la capacidad de hacer cualquier cosa. Nosotros somos el virus más exitoso y listo del planeta, pero el planeta ya se ha cansado de tener este virus y quiere encontrar una cura y ahí estamos (con la pandemia por covid-19)”, expresó ayer el narrador irlandés John Banville (Wexford, 1945), durante una videoconferencia para anunciar el lanzamiento de Quirke en San Sebastián, su más reciente novela negra.
Nietzsche dijo algo maravilloso: había en un rincón del cosmos una especie muy lista que hacía muchas cosas y que duró por unos miles de años, luego desaparecieron y el universo y el cosmos quedó exactamente igual hasta antes que llegaron ellos y ellos fueron olvidados”, abundó el ganador del Premio Príncipe de Asturias (2014) y del Premio Franz Kafka (2011).
¿Cómo define usted al mal?, se le preguntó. “Eliminaría esa palabra de los diccionarios, porque da la idea de que existe una noción de una fuerza maligna o que el demonio hace cosas horribles. En su lugar pondría que son circunstancias, es decir, en función de las circunstancias el humano podría hacer cualquier cosa”.
Por ejemplo, si las circunstancias son adecuadas uno obedece la ley y es bueno, pero dadas las circunstancias un ser humano puede hacer cualquier cosa, sobre todo si se siente amenazado, si su propiedad, sus hijos o su vivienda se ve amenazada… serían capaces de cometer cualquier crimen”, aseguró.
¿Cómo ha vivido la pandemia? “Me gusta el aislamiento. Siempre he sido una persona que ha vivido apartada porque así es la vida de un escritor. Como dijo un escritor alemán, llevo esperando esto toda mi vida y a mí me pasa lo mismo, me encanta el silencio.
Detesto la Navidad, pero me agrada esa semana que hay entre Navidad y Año Nuevo, porque es silenciosa y no pasa nada, nadie me invita a cenar ni a comer, nadie me visita ni me invita a dar un paseo. Eso es un invento horrible. En fin, disfruto mucho este aislamiento, además me siento muy culpable porque el resto del planeta sufre. Pero bueno, la gente siempre sufre”.
Banville reconoció que no sabe lo que hará cuando llegue el desconfinamiento. “A lo mejor lo que ocurre es que me iré a un pub lleno de gente para recuperar el tiempo perdido. Esta plaga llamada covid-19 es horrible y no sé qué decir porque hay gente que lo está pasando muy mal, parece que dios ha abandonado a los países latinos, a España, a Italia”.
¿Cómo ha sido su relación con los periódicos? “Trabajé en un periódico durante 35 años, pero no era periodista, sino del tipo al que odian los periodistas. Era editor, ésos que cambian las palabras. Tengo mucha admiración por los periodistas, pero no me inspiro en su trabajo. Me encantaba ver a la gente que leía los periódicos en el transporte público. Antiguamente los autobuses y trenes tenían esas mariposas abiertas, ahora la gente utiliza sus móviles. Me encantan los periódicos. Como trabajé como editor de prensa sé que los hechos tienen que comprimirse y adaptarse a una forma que encaje en esas 600 palabras. Sin embargo, el periodismo y la ficción son dos mundos distintos”.
Con Quirke en San Sebastián, Banville –bajo el seudónimo de Benjamin Black– ha llegado al octavo título de un ciclo que se definió, desde el primer momento, por aportar una prosa rica y brillante que pone el foco en la grisura ambiental y moral de las emociones humanas y que definió a la capital irlandesa después de la Segunda Guerra Mundial, abordando el abuso del poder en cualquiera de sus facetas (político, económico, social o religioso), con un estilo sutil e irónico.
¿Qué opina de los feminicidios en México, considerando que en sus novelas siempre hay mujeres inteligentes? “En los crímenes de las series de televisión siempre hay una mujer a la que violan, torturan, asesinan o la meten en una bolsa de basura. No es bueno que los chicos prendan la televisión y vean eso. Es una barbaridad. Creo que es una tendencia muy peligrosa y que el mundo se está convirtiendo en un lugar cada vez más brutal; no me parece muy positivo ni que ayude que la ficción, sobre todo la novela negra, trate de ser más brutal que el mundo”.
GUARDAMOS SECRETOS
John Banville aceptó que a todos los seres humanos nos gustan las vidas secretas y bajo esa idea creó a Benjamin Black, el alter ego que utilizó para escribir novela negra.
Como Banville ha escrito títulos como Los infinitos, El mar, Imposturas y Eclipse, una prosa que ha sido definida como inteligente y preciosista. Pero cierto día creó al crudo e irónico Benjamin Black, autor de Las invitadas secretas, En busca de April y Pecado.
El autor ha decidido matar a su alter ego porque ya no tiene sentido desdoblarse. “No suelo leer mis libros. Me pone enfermo hacerlo, pero para refrescar ciertas cosas tuve que recuperar un libro de Benjamin Black. No lo leí, lo escuché leído. Y me pareció que no estaba tan mal, y me dije, ‘¿por qué seguir utilizando un seudónimo?’, ya no tenía sentido. Así que lo maté. En realidad, lo mandé a España”, confesó.
Todos vivimos vidas secretas, salimos a la calle y decimos, ‘mira mi traje’, interpretamos un papel, pero nunca admitimos la profundidad de nuestra sexualidad, ni siquiera a nuestras parejas, sino que somos seres secretivos”, concluyó.