RIGOR Y CRÍTICA DEL MURALISMO EN CONGRESO VIRTUAL

  • El encuentro por los cien años de este movimiento artístico netamente mexicano será hasta el 4 de abril.

CIUDAD DE MÉXICO.

El más importante mural de los últimos años es Un clamor por la justicia. Siete crímenes mayores que pintó Rafael Cauduro (Ciudad de México, 1950) en la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), dijo ayer Alberto Híjar, uno de los más respetados académicos y críticos de arte, durante la apertura digital del Congreso Internacional de Muralistas, que enfatiza la vitalidad del muralismo a 100 años de su nacimiento.

He ahí la manera y la astucia histórica para conseguir en la mismísima SCJN hacer una denuncia moral de la tortura, asesorada por torturadores güeros, yanquis, con archiveros llenos de expedientes –llamados archivos muertos–, a pesar de que en ellos se ven los rostros de todo lo que está ahí enterrado; las ruinas de las oficinas para denunciar la lentitud de los procesos para la gente pobre y la aceleración para los ricos, ahora que estamos llenos de denuncias de corrupción de los multimillonarios, gozando en yates y mansiones”, describió Híjar en el ciclo que cerrará el 4 de abril.

Y agregó: “Es un mural que construye composiciones en los difíciles rombos de un cubo de escalera, rematando con el hiperrealismo de una represión, con un tanque sobre una multitud que, entre los objetos que quedan en el suelo, además de los zapatos característicos, hay un celular como indicio de que es algo actual; y en las ventanas, a punto de saltar hacia adentro para proteger al ángel de la destrucción y el terrorismo de Estado, las figuras de granaderos con todos sus atributos que le costaron mucho trabajo de recrear”.

Aseveró que la obra del artista Enrique Carbajal, conocido como Sebastián, es panfletaria. “No hay nada más panfletario que los mamotretos de Sebastián, especialmente el amarillo intenso (El Caballito) que rompe la unidad urbana en un cruce importante de las calles del Centro Histórico y anula la belleza del edificio de la Lotería Nacional”.

El panfleto es esa manifestación de poder que impone un mamotreto, por ejemplo, el de Los caminos de la justicia hacia el siglo XXII, colocada junto al estadio Olímpico de Ciudad Universitaria. Esos panfletos son nuestros enemigos y hay que denunciarlos”, abundó.

Híjar también criticó el parco activismo de los muralistas de nuestro tiempo, quienes no han participado en causas sociales como los feminicidios o las vallas colocadas en torno a Palacio Nacional, previo a la marcha del Día Internacional de la Mujer de 2021.

Compañeros, no se les ve en actos tan importantes como cuando se reunieron los familiares de desaparecidas y desaparecidos, de las víctimas de feminicidios, quienes sí sorprendieron a todo mundo proyectando, en la fachada de Palacio Nacional, cifras y nombres de las víctimas del feminicidio.

No se les vio usando el gran muro de contención para que no llegara la marcha de las mujeres a Palacio Nacional, que fue cubierto con consignas, flores, retratos. ¡Con todo lo que pudieron volver ese muro de casi 200 metros!, un soporte de la protesta popular, y ahí ningún muralista”, enfatizó.

Por su parte, el muralista Julio Carrasco Bretón, avecindado en Francia, aseguró que ese movimiento no ha muerto y que se mantiene como “un cofre abierto al tiempo”, el cual “ha servido para representar el pasado, el presente y avizorar el futuro”.

Recordó que el muralismo mexicano nació en 1921 “con ese binomio entre gobierno y artistas, con todas las diferencias que pudo tener, como las protestas de (Fermín) Revueltas, cuando no le querían pagar el mural que había emprendido en San Ildefonso, por lo cual el muralismo tiene una fuerte carga ideológica que se concentra en lo sociopolítico de sus orígenes”.

Y destacó el trabajo de David Alfaro Siqueiros, “un artista de vanguardia que fue coherente con su discurso plástico y con su manera de actuar y pensar; un hombre que experimentó con varias técnicas”, junto con José Clemente Orozco y el trabajo de Diego Rivera, dotado de una gran cultura e historiografía.

En el encuentro también participaron Ana Lilia Bárcenas, Anayansi López, Israel Tamayo (Cuba), Polo Castellanos, Juan Bauk y Marcelo Carpita (Argentina) y Ramiro López Massi (Bolivia), entre otros más.