PULSERA ROJA
|Últimamente podemos ver una gran cantidad de personas que llevan una pulsera roja en su mano izquierda, muchos piensan que es moda, pero para otros es considerada como un amuleto de protección contra las malas energías.
Puede ir la pulsera en otra mano?
No. La pulsera debe de ir colocada en la muñeca izquierda (es el lado receptor del cuerpo y el alma), a través de ella se hace una conexión vital con las energías protectoras.
Es muy importante que:
Cuando nos atamos el hilo Rojo a la muñeca izquierda sellamos su poderosa energía protectora dentro de él.
La persona que ate el hilo rojo a tu mano debe ser alguien que te ame y que solo desee el bien para ti.
Evidentemente está pulsera debe de estar consagrada para ti y tu protección. Y si están tejidas o anudadas para ti, es mucho mejor
Hay pulseras que llevan una medalla de San Benito, o un Tetragramaton (este último es mi favorito)
Si eres de las personas que son muy sensibles o espirituales sabrás que utilizar este tipo de amuletos refuerza el potencial de erradicar la negatividad para siempre y también actúa como recordatorio para no juzgar o enviar energía negativa a los demás.
Y Por qué siete nudos?
La pulsera está ligada a una secuencia de siete nudos, cada uno de los cuales simboliza una dimensión espiritual que termina infundiendo en nuestra realidad.
Usado alrededor de la muñeca izquierda, funcionaria a modo de una inmunización espiritual, contra las fuerzas destructivas del mal de ojo.
Hoy en día, nadie duda que los colores transmiten energías y que estas emiten unas frecuencias específicas.
El color rojo, por ejemplo, se relaciona con la advertencia del peligro.
Al enlazarnos esta pulsera roja en nuestra muñeca, nos protegemos del peligro. Rechazamos la mala energía.
De donde viene esta tradición:
En la kabbalah, era una antigua tradición enrollar siete veces el hilo rojo alrededor de la tumba. Y esto se remonta a Rajel, esposa de Jacobo, que dio a luz después de muchos años a dos hijos: Yosef y Benjamín. Durante el nacimiento de Benjamín, Rajel falleció y fue enterrada en el camino entre Jerusalén y Belén, en la tierra de Israel.
Después de enrollar el hilo Rojo alrededor de la tumba, éste recibe poderes místicos.
Según la Kabbalah, Rajel representa el mundo físico en el que vivimos. Su deseo más grande es proteger y defender del mal a todos sus hijos.