LA ESCENA NACIONAL ES DE VIOLENCIA, MUERTES E INSEGURIDAD

60 SEGUNDOS

RAUL GONZALEZ RIVERA

LA ESCENA NACIONAL ES DE VIOLENCIA, MUERTES E INSEGURIDAD

                Los mexicanos están acudiendo a una cita que incluye más violencia, muerte e inseguridad en sus calles, pueblos y ciudades aun en las más urbanizadas.

                Los connacionales de auténtica vocación de izquierda, jamás habrían querido presenciar un distanciamiento entre gobierno federal, el presidente de la república y Porfirio Muñoz Ledo, Ifigenia Martínez y de Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano.

                La fuerza bruta está radicalmente desatada sobre el territorio nacionalmente. La elección históricamente más virulenta del nuevo siglo, supera en saldos rojos a la elección con que inició supuestamente la democracia en México, en el año 2000, cuando el panista Vicente Fox Quesada alcanzó una votación aplastante de cara a las elecciones presidenciales del arranque del siglo XXI.

                Ya son más de 150 las víctimas de la agresión verbal, a balazos y asesinatos que registran las entidades del interior del país, justo, en el   escenario que definitivamente no puede ser democrático, porque la gente del pueblo está bastante asustada, teme por la tranquilidad social perdida y no ve en qué momento, las cosas volverán a su cauce en donde reine la paz.

                La polarización está bastante avanzada y no existe el líder, el partido, la sigla social o política que atraiga a las mayorías, con el objetivo de tranquilizar a la sociedad. Aquella frase de que años pasados fueron mejores, pareciera repetirse entre las familias que han vivido los diferentes cambios constitucionales, en un país que en los últimos 500 años ha tenido que soportar y superar la zozobra, los temores y miedos.

                Los actores políticos lo saben, pero también dejaron de convencer a los grandes núcleos de la población ciudadana.

                En México, la división de poderes públicos en una quimera largamente esperada y

acariciada, pero que no acaba por cumplirse.

                El viejo sueño o propuesta que hicieron los pensadores franceses Montesquieu y Voltaire y a los que se sumaría el propio Nicolás Maquiavelo, sigue pendiente de darse en la práctica en un país, que solamente ha conocido la dictadura disfrazada de democracia primero con los gobiernos que encabezaron virreyes enviados por la corona española, durante los tres siglos de dominación en tierras mexicanas.

                 Los últimos doscientos años, han sido de cambios de regímenes brutales como pudo registrarlo la historia contemporánea. Empero, todos bajo la máscara de una democracia, que sin ser en el fondo tampoco la mejor forma de gobierno, según los antiguos filósofos griegos, pero quienes a la vez presumieron, como la forma de vida pública más cercana a la gente y que asimismo, tenga alguna participación en la conducción de su país.

                Empero, el azteca del momento, está viviendo desde hace mucho el hartazgo que le provocan gobiernos también enmascarados con la careta de ser demócratas, siendo que en la hora de la verdad, suelen ocurrir como aquí y en las naciones más desarrolladas,  donde las directrices las marca el uni-poderoso jefe de las instituciones públicas–se dice- echando abajo las supuestas propuestas y los  proyectos, que como acertadamente lo apunta el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas “no los veo al momento en este país”.

EN XALAPA HAY LA PERCEPCION DE QUE LA GENTE ESTA AUSENTE

                La ciudadanía en Xalapa, está ausente. Esta es la percepción o sensación, al no saber a ciencia cierta por quién votar o de plano como fue hasta el momento histórico en que Guillermo Zúñiga perdiera una votación de diputado, por falta de votantes en su favor, tan solo porque los xalapeños auténticos suelen sufragar en urnas electorales si están convencidos, porque de lo contrario se van de la ciudad a la playa no sufragan en urnas electorales.

                Tampoco la ciudadanía espera a un Superman, pero si un hombre o mujer de carne y hueso que ya no proponga ni prometa nada porque la gente en la vieja ciudad que fuera comparada con la Atenas de Grecia, por el gobernador Teodoro A. Dehesa, si de algo está segura es el estado de decadencia y deterioro casi absoluto de su vida social, material, comercial y cultural.

                A ciencia cierta, al común la resulta un cuanto difícil decidirse por uno u otro candidato. Cuentan las mayorías en el café y la calle que todos son iguales. O tratan de volver a ocupar la presidencia municipal para saciar sus apetitos monetarios, o sencillamente, nomás para continuar luciendo la camiseta de haberle ganado a Morena o este controvertido partido político, con la meta de volver a aplastar nuevamente al viejo régimen priista-albiazul.

Las campañas se dedican a proveer el morbo ciudadano de descalificaciones, pero no de proyectos ni propuestas. Si se tratara de rescatar y hacer valer la condición de ser Xalapa, la capital de la cultura, bueno, hay un aspirante, el ex rector de la UV Raúl Arias Lovillo, el tirador idóneo.

Si la cuestión es de sacar a Xalapa del fango financiero, en que se encuentra hundida, van dos comerciantes con poder financiero o empresarios. Ricardo Ahued quien rehuyó a decir que es él y no los órganos fiscalizadores, quien como alcalde tendría que dejar de ser tapadera de los rezagos y abandono en que incurrió la comuna que se va, o David Velasco, a quien la apuesta ciudadana, está en saber, si ya como huésped principal de palacio municipal, sabría independizarse de albiazules y perredistas, para el caso que ganara esta elección. En ambos ejemplos, no deja de respirarse un tufillo de aspirantes a la reelección.

Ahora, que si las mujeres, se deciden por sufragar en favor de una igual, sin taches y que ella no ha sido alcaldesa, bien pudieran hacer triunfar en este proceso a la empresaria Cinthya Lobato, fémina que en las últimas semanas ha visto crecer afectos ciudadanos, en cada uno de sus encuentros. Jóvenes de ambos sexos se encargan de promover su nombre y trayectoria en las más de 400 colonias. Tiene carisma y promete sacar de la pobreza y abandono a la otrora Atenas veracruzana.

Empero, candidatos nuevos, en la mayoría de municipalidades veracruzanas, francamente no los hay. La gente los identifica más por sus pillerías, que sus aciertos. Rostros nuevos, escasean. Y las capacidades, talentos y vocación de servicio a los demás, no se traslucen accesiblemente para un pueblo ciertamente más avezado, con mayor lucidez para cuestionar y convertirse en crítico con sobrado razonamiento.

Anuncios espectaculares, así como el reparto de propaganda anunciando con fotografías y nombres quienes son los aspirantes a ocupar los huesos públicos, honor a la verdad, ya no convencen a nadie. 

Si en este día se registraran las votaciones, seguramente habría de ganar un gran abstencionismo en las urnas electorales y el corazón de la ciudad que votó en cantidades industriales a favor de Cárdenas primero y AMLO después, en esta ocasión no se le vería sufragando de manera abrumadora, en la contienda que está en plena marcha.

Lo otro, aseguran los malvados quizá en cuestión de dos semanas, alguna de las giras preelectorales-se dice- levante verdaderas polvaredas de simpatizantes, lo que sería un milagro, para esta y las futuras contiendas electorales que vengan. Esperemos.

NO HAY CALLE Y AVENIDA, SIN ANUNCIOS SE “RENTA” O “VENDE”

El panorama se asemeja a un estadio de futbol vacío, sin fanáticos, porque solamente así se evitarían los contagios del coronavirus.

Con absoluta certidumbre, no hay calle, avenida o colonia, que no registra en alguna de las fachadas de sus residencias o negocios, los letreros de “se vende”, “se renta” y en otros anunciando los traspasos.

Calles céntricas y súper mercados, como las plazas comerciales, jamás se habrían consentido con semejantes anuncios. Y sus dueños, propietarios, gerentes o simples habitantes, se van de la ciudad.

En algún momento, los políticos solían afirmar que Xalapa contaba con el tres por ciento de población rural, por aquello de que aquí sembraban la papa, chile, maíz, frijol y naranjas. Hoy, ninguno de esos productos se cultiva ni cosecha en la tampoco ciudad culta como se definió a Xalapa al calificarla de la Atenas, en clara alusión a la antigua Grecia de Europa Occidental.

En alusión al chile xalapeño, que tanto se difunde en el resto del país y en naciones del extranjero, tampoco ni se siembra, ni cultiva y menos se empaca en esta capital. Bajo el membrete de “chiles xalapeños”. Se empacan en la capital del estado de Sinaloa, según la difusión que se hace de esa industria en alguna programación de la imagen bonita de la televisión.

Fuera de este comentario, el escenario local, suele contrariar a las conciencias aún más tolerantes y contemplativas. Esta tal vez sea una de las razones, para que las pillerías que realizan ladronzuelos de todos los tamaños se repitan constantemente en casas habitación y establecimientos comerciales y que todos o casi todos, estos ilícitos, queden en la más absoluta impunidad.

Oficialmente, cuando cerró puertas un local comercial en la calle de Enríquez, en el sexenio que encabezó don Rafael Murillo Vidal, su director de Industria y Comercio Héctor Salmerón Roiz, saldría en defensa del “desaguisado”, aduciendo que el empresario cambiaba de residencia y que por ello cerraba su negocio, pero que no era nada para alarmar a nadie y menos al común de los consumidores de la ciudad.

En el primero de los fraccionamientos residenciales de las Animas, hay un promedio de tres mil casas-habitación que están en venta o en renta. El éxodo de la ciudad, no lo impide absolutamente nadie ni nada. Menos la autoridad municipal, que sigue sin poder cumplir la promesa-compromiso de sacar avante a la capital, con novedosos negocios y proyectos comerciales.

Sin embargo, la autoridad competente-se suele decir- guarda absoluto hermetismo al respecto. Por obviedad, el desempleo se enriquece todos los días con las vacantes laborales que se cierran. La otrora ciudad de vida barata que fue Xalapa, hasta antes de registrarse los sismos de 1985 y que posteriormente, fuera saturada con el arribo de miles de chilangos que arribaron a la ciudad, huyendo del terror, que les produjo aquel histórico siniestro, sirvió para que los hambreadores hicieran de la ciudad, un espacio costoso e inhabitable.

 Situación que hoy se revierte con el abandono de moradas, cierre de negocios masivamente y centenares de desempleados a los cuatro costados de la capital. Al tiempo. Es todo.