El INE y la certeza en la próxima elección, contra la desconfianza generada por la 4T

El INE y la certeza en la próxima elección, contra la desconfianza generada por la 4T

Reynaldo Escobar

De los gobernantes y gobernados inmersos en el proceso electoral más grande (numéricamente) y más importante por las gubernaturas en disputa (15 en total), además de la renovación de cuadros y fracciones parlamentarias en la cámara de diputados y en legislaturas locales, dependerá el destino político o nuevo rumbo para la nación.

Del resultado que se obtenga por el partido gobernante y la oposición aliada conformada por PRI-PAN-PRD dependerán el fortalecimiento y vigencia del orden jurídico establecido y de las instituciones públicas que constituyen la columna vertebral de la nación mexicana.

Si se retirara el apoyo al gobierno que preside el licenciado Andrés Manuel López Obrador con el voto en las urnas en su contra, los días del partido Morena estarían contados y no tendría la fuerza mínima para contender con buenos resultados por la titularidad del ejecutivo federal por otros seis años de mandato.

Por el contrario, si se refrenda el respaldo popular al presidente AMLO y su partido Morena, con el voto libre, secreto y directo de los mexicanos, el país continuará sumido en una gran división entre ricos y pobres, entre conservadores y liberales; entre fifís y chairos, o como se les quiera llamar a los dos bandos en que López Obrador ha decidido dividir a la sociedad mexicana. Con el grave riesgo de que pudiera surgir una mayor violencia en las calles por la sobrevivencia de quienes han sido marginados en todos los órdenes de la vida por el gobierno de la 4T y los privilegiados defensores y colaboradores del líder tabasqueño.

La miscelánea que conforman disímbolos y contradictorios actores políticos recién afiliados al partido Morena, quienes fueron beneficiados por los gobiernos pasados, hoy despotrican y desnudan toda clase de trapacerías en las que ellos mismos participaron como es el caso de Manuel Bartlett Díaz a quien el gobierno de Biden está investigando por el secuestro, tortura y asesinato del agente de la DEA Enrique “KiKi” Camarena, ocurrido en los primeros días de febrero de 1985 en Guadalajara Jalisco, atribuido desde entonces a los barones de la droga Ernesto Fonseca, Félix Gallardo y Caro Quintero, este último recién liberado a pesar de la inconformidad de los Estados Unidos.

Con esos políticos saltimbanquis, trapecistas, convenencieros y traidores será más fácil que Morena sea derrotado que ratificado, en las 164,550 casillas que se instalarán el 6 de junio.