Muere el cantante B.J. Thomas, intérprete de ‘Hooked on a Feeling’
|- Anunció en marzo que padecía cáncer de pulmón; murió el pasado sábado de complicaciones de la enfermedad en su casa de Arlington, Texas.
B.J. Thomas, el cantante que triunfó en las listas de éxitos del pop, el country y el gospel con éxitos como “I Just Can’t Help Believing,” “Raindrops Keep Fallin’ On My Head” y «Hooked on a Feeling”, ha muerto. Tenía 78 años.
Thomas, que anunció en marzo que padecía cáncer de pulmón, murió el sábado de complicaciones de la enfermedad en su casa de Arlington, Texas, según un comunicado de su publicista, Jeremy Westby.
Billy Joe Thomas, nacido en Hugo, Oklahoma, saltó a la fama en 1966 con una versión de estilo gospel del tema de Hank Williams “I’m So Lonesome I Could Cry” y llegó a vender millones de discos y tener docenas de éxitos en distintos géneros. En 1976 llegó al número uno para los aficionados al pop y el country con “(Hey Won’t You Play) Another Somebody Done Somebody Wrong Song”. El mismo año, su disco “Home Where I Belong” se convirtió en uno de los primeros álbumes de gospel que certificó más de un millón de copias vendidas, lo que le valió un disco de platino.
Su grabación más emblemática fue “Raindrops Keep Fallin’ On My Head”, un éxito de pop y ganadora al Oscar a la mejor canción original, dentro de la banda sonora del irreverente western de 1969 “Butch Cassidy and the Sundance Kid”.
Thomas se casó con Gloria Richardson en 1968 y tuvieron tres hijas: Paige, Nora y Erin.
Además de la música, a Thomas le encantaba el baloncesto cuando era niño, y empezó a llamarse B.J. porque había muchos compañeros llamados Billy Joe en su equipo infantil. Para cuando llegó a la adolescencia cantaba en la iglesia y se había unido a una banda local de rock, los Triumphs, con los que estuvo hasta la veintena. Le gustaban Ernest Tubbs, Hank Williams y otros artistas de country que les gustaban a sus padres, aunque también se sentía inspirados por los cantantes de soul y rythm and blues que escuchaba en la radio o veía en el escenario, en especial Jackie Wilson, cuya balada “To Be Loved» convirtió más tarde Thomas en una guía vital.
Crecí en una situación bastante disfuncional y pasé por años de intenso alcoholismo y drogadicción, de modo que la canción siempre fue un ancla para mí. Cuando te abres a las drogas y el alcohol tan joven, se convierte en algo con lo que tienes que lidiar el resto de tu vida”, dijo al Huffington Post en 2014.
Cuántos bloqueos y dolor y épocas de fracaso me han causado estas adicciones. Pero tenía ese destello de luz con esa canción. Esa es la base de todo. Amar y ser amado. Y lograrlo toma una vida. Siempre ha sido una parte importante de mis emociones”.