Grupo Carso y el octavo aspirante presidencial

Grupo Carso y el octavo aspirante presidencial

Reynaldo Escobar

La sabiduría popular que nunca se equivoca conserva en el refranero una verdad innegable que consigna que “entre el cielo y la tierra, no hay nada oculto”. Y es que más temprano que tarde, sobre todo en la praxis política mexicana, la recomendación especial de guardar un secreto, que se puede convertir en “arma política”, tan pronto se descubre y acaba por destruir una carrera política o un régimen instituido, sostenidos en el engaño y la mentira.

Apenas transcurridos quince días del pasado mes de julio, aún con la negación de los involucrados en el tema, López Obrador anunció en conferencia mañanera que dado el ambiente que él percibía, era el momento de destacar a seis de sus morenos colaboradores, quienes cuentan con imagen y preparación para sucederlo en el mando del Poder Ejecutivo federal.

Claudia Sheinbaum, Marcelo Ebrard, Esteban Moctezuma, Juan Ramón de la Fuente, Tatiana Clouthier y Rocío Nahle, quienes cuentan con la confianza del Jefe del Ejecutivo federal y con quien además guardan una estrecha amistad y lo han acompañado en sus tres intentos electorales por llegar a la presidencia de este país.

La crítica inmediata al anticipado destape no se dejó esperar y muchos lo calificaron como un “madruguete”, porque aunque siempre el Ejecutivo federal es quien marca la línea a sus correligionarios, esta vez fue demasiado anticipada y “acorta sin razón su periodo” de seis años, porque los partidarios de cada aspirante trabajarán más tiempo para que su candidato llegue, que el tiempo requerido para que el Ejecutivo cumpla a quienes votaron por él.

Y si el senador Ricardo Monreal se enlistó y reculó, quien permaneció viendo los toros desde la barrera es el empresario Carlos Slim Helú (el hombre más rico de Mexico), quien por lo menos desde la sucesión presidencial de Vicente Fox, pasando por la de Calderón, Peña Nieto y el propio AMLO, ha sido mencionado como “la solución para mejorar la economía y disminuir la corrupción y la inseguridad nacional”, porque Slim no tiene necesidad de “robar” y sabe generar riqueza y conciliar los más graves problemas que se le presenten, como el de la Línea 12 del Metro capitalino, cuanto y más podría resolver las diferencias entre ricos y pobres; y a la par acabar con la corrupción política y el crimen organizado.

Habrá que ver para creer, no vaya a suceder como recientemente pasó en Veracruz, con alguien también muy rico, que cuidó su fortuna y dejó en el estado “todo por hacer”, por no cuidar las uñas de sus colaboradores.