Vándalos se cuelgan de la masacre del 2 de octubre; jornada de violencia desde hace 19 años

  • Grupos radicales ocupan la histórica demanda de justicia por la masacre de Tlatelolco en 1968 para vandalizar y descargar su furia contra todo lo que se les pone enfrente.
En el 40 aniversario de la matanza del 2 de octubre, manifestantes trataron de quemar a los policías.

CIUDAD DE MÉXICO.

Al amparo de la demanda de justicia por la matanza estudiantil del 2 de octubre de 1968, desde hace al menos 19 años, grupo radicales, identificados como “anarquistas”, “darketos”, “punketos” se apoderan de ese histórico escaparate para descargar su furia contra todo lo que se les pone enfrente: policías, periodistas, vallas, monumentos, edificios, aparadores…

Mientras los dirigentes de organizaciones estudiantiles, populares, sociales y sindicales, que a 53 años de los hechos en la Plaza de Tlatelolco definen cómo será hoy su marcha de la Plaza de las Tres Culturas al Zócalo de la Ciudad de México y su demanda de una Comisión Presidencial para el esclarecimiento histórico del periodo que comprende desde 1960 a la década de 1980, la búsqueda de personas desaparecidas y el impulso a la justicia, los grupos radicales velan armas.

Desde 2002, grupos identificados por la policía de la Ciudad de México como darketos, punketos, anarquistas, o simples porros, han irrumpido con el rostro cubierto, lanzando petardos, haciendo grafitis, enarbolando antorchas con aerosoles, en el núcleo de uno de los acontecimientos de la era moderna de México que marcaron una frontera entre el autoritarismo y el camino hacia la democratización.

Desde el inicio de la aparición de grupos radicales en las marchas, uno de los más visibles es el conocido como Bloque Negro: pero no se trata de una organización o un colectivo, sino de “una táctica de lucha contra el capital y el estado”, que en distintas partes del mundo se utiliza desde la década de los ochenta del siglo XX.

Esa “táctica de lucha”, en el caso de las marchas por el 2 de octubre, encuentra blanco en sucursales bancarias, hoteles, restaurantes, pero también en oficinas públicas o monumentos históricos. Pero también en la destrucción de la propiedad privada, que los propios vándalos explican que “no constituye una característica fundamental del bloque negro”.

Uno de los antecedentes de la intromisión de grupos radicales entre los manifestantes del 2 de octubre está registrado en las páginas de Excélsior. En la primera plana de este diario, el 3 de octubre de 2003 el título de la nota informativa dice: “Puños en alto, vandalismo, caos y violencia”.

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En el 2002, los radicales eran identificados como “seudoestudiantes”. Pero en realidad se trataba de grupos que operaban ya con ta “táctica de lucha” Bloque Negro. Hace 19 años, en su recorrido de destrozos por la ciudad, se fue contra “Restaurantes, bancos y comercios sospechosos de tener capital norteamericano. De esta forma, piedras, botellas, pintas con aerosol e incluso conatos de incendio se registraron a lo largo de la movilización, por lo que la policía preventiva tuvo que actuar”, se lee en la nota informativa de Excélsior.

Al año siguiente, en 2003, la participación de los grupos radicales de ya se asoció a los llamados “punketos”. En la marcha del 2 de octubre de 2003, hace 18 años, uno de los primeros enfrentamientos se registró en Paseo de la Reforma y Bucareli, en donde entonces los Senadores tenían oficinas. Los radicales se enfrentaron a una valla de 150 granaderos y fueron detenidos dos.

 El Palacio de Bellas Artes y otros edificios del Centro Histórico fueron tapiados en previsión de la marcha de hoy.

Al cabo de la marcha de 2003, el entonces jefe de la policía de la Ciudad de México, Marcelo Ebrard, ahora secretario de Relaciones Exteriores, puso a disposición personalmente a 75 detenidos, se publicó en la crónica de los hechos en Excélsior, advirtiendo que no habría impunidad, porque los daños eran más que evidentes.

Estos dos ejemplos, los hechos de 2002 y 2003, fueron el inicio de una escalada violenta que cada 2 de octubre crece y crece. A tal grado, que el gobierno de la Ciudad de México, en 2019 sacó a las calles a funcionarios de distintas áreas vestidos con camisetas blancas, con la leyenda “2 de octubre no se olvida”. Algunos también fueron agredidos.

La actuación de los grupos radicales en las marchas, al menos desde que el movimiento cumplió 34 años, en 2002, también marca un patrón, que no es en contra solamente de un gobierno de determinado signo, pues empezaron en la primera transición, con Vicente Fox, siguieron con Felipe Calderón, ambos del PAN, luego con Enrique Peña Nieto, del PRI y también han actuado de forma violenta durante la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador, de Morena.