“La esperanza es fortaleza en la debilidad”
|VIVIR CON ESPERANZA
Por Jacinto Rojas Ramos
“La esperanza es fortaleza en la debilidad”
Pensemos detenidamente, ¿quién en la historia de la humanidad ha sido perfecto, cien por ciento puro o, bien, libre de pecado? Seguramente llegarás a la misma conclusión que yo: solo Jesús lo fue en su paso por este mundo y claro está por ser Dios humanado, quien a pesar de esto también fue tentado por Satanás. Aunque es un hecho que han existido personajes maravillosamente espirituales a través de los distintos tiempos, con una relación extraordinaria y alineada a la voluntad de Dios, es difícil pensar que fueron durante toda su vida perfectos con todo y fuertes; también fueron débiles como nosotros.
Con esto no cuestiono en lo absoluto que nosotros como creación de Dios somos perfectos al ser creados como imagen y semejanza de él; sin embargo, al tener un cuerpo carnal nos hace vulnerables a la tentación y con esto a condescender al pecado, mayormente cuando vivimos apartados de una relación íntima con nuestro Padre celestial, pues es evidente que, al compararlo con un escudo protector en medio de las batallas, entrar en relación con Dios día a día nos proporciona un escudo invisible, el más poderoso, de hecho, es el Dios llamado el Espíritu Santo, quien funge como nuestro escudo y armadura que nos protege para enfrentarnos a las dificultades de la vida y nos fortalece en esperanza para evitar las tentaciones que enfrentamos constantemente en este mundo.
Dios siempre sabe todo de nosotros, conoce cada pensamiento y cada movimiento que hacemos, por lo tanto, enterado está de nuestras debilidades que nos orillan a cometer errores, pero lo más hermoso y maravilloso de esto, es que a pesar de eso él puede gloriarse por medio de nosotros aun en medio de nuestra debilidad, pues él nos unge con el Espíritu Santo en el momento en que ponemos nuestra fe en Jesús. Por más débil e inadecuado que te sientas, Dios puede fortalecerte como lo ha hecho con muchos personajes descritos en la Biblia.
Te invito a que cuando atravieses dificultades o te encuentres en una posición de gran debilidad, conozcas el gran amor de Dios por ti y como San Pablo lo hizo, en oración pídelo…
Clama a Dios con todo tu corazón, sé honesto con él y dile lo que realmente sientes, pues, aunque él conoce cada parte de ti y de mí, desea que te abras y le expongas verbalmente con toda franqueza lo que brota del interior. De esa manera, el Espíritu viene a ungirte y a darte poder para ayudarte y guiarte en todos los aspectos de tu vida, no solamente en las áreas espirituales. Recuerda que todo lo que tenemos le pertenece a Dios y él quiere ser parte de nuestra vida en todos los sentidos.
En resumen, no necesitamos ser perfectos para ser felices. La historia de la vida del rey David es un gran testimonio tanto de unción como de la debilidad. Él sabía que distaba mucho de ser perfecto, pero sabía también que, a pesar de eso, Dios podía fortalecerlo y llenarlo de esperanza.
Amigos, no nos quedemos clavados en nuestras debilidades, hay que direccionar la situación hacia Dios y veremos que, a pesar de ello, Dios nos guiará de manera extraordinaria y la esperanza nos fortalecerá en la debilidad.
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