El Señor de Las Limas regresó al MAX de la UV
|- Después de 3 años de estar en Francia.
- El director del Museo de Antropología de Xalapa, Henri Noel Bernard Medina, informó que la pieza arqueológica estará en exhibición a partir del 19 de diciembre.
Comunicación UV
Xalapa
El Señor de Las Limas, considerada una de las obras más importantes de la cultura olmeca, está de regreso en el Museo de Antropología de Xalapa (MAX) de la Universidad Veracruzana, tras casi un año de permanecer en exhibición en el Museo Du Quai Branly- Jacques Chirac, con sede en París, Francia.
El director del MAX, Henri Noel Bernard Medina, explicó que la obra fue parte de la exposición Los olmecas y las culturas del Golfo y ahora podrá apreciarse en el recinto universitario, a partir del 19 de diciembre.
Para la ocasión, el MAX y el Departamento de Medios Audiovisuales de la institución (Tele UV) prepararon un video sobre la historia e importancia de la pieza arqueológica.
Al respecto, en el Catálogo del MAX se detalla que la obra es considerada una de las más importantes de la cultura olmeca. Muestra a dos personajes, uno de ellos posiblemente sacerdote, sentado con las piernas cruzadas, que sostiene en sus brazos a un infante flácido, como si estuviese muerto o dormido. Ambos tienen importantes motivos simbólicos esgrafiados: el sacerdote sobre la cara, hombros y rodillas; el infante, un pectoral con cruces sobre el pecho y una hendidura en ‘v’ en la cabeza, símbolo característico entre los olmecas.
La historia contemporánea de el Señor de Las Limas es singular: en 1965, dos niños rompían coyoles en la cabeza de la pieza- que era lo que sobresalía de la tierra- y al intentar llevarla a su casa, se percataron de que no era una simple piedra.
El hallazgo ocurrió el 16 de julio, día de la Virgen del Carmen, por ello la población de Las Limas, municipio de Jesús Carranza, la veneró como tal: “La vistieron, le pusieron corona de flores, le hicieron un altar”, describió el Bernard Medina.
Las autoridades municipales dieron a conocer el hallazgo y poco después, Alfonso Medellín Zenil, entonces director del MAX, envió a los arqueólogos Manuel Torres y Jorge Williams, y al ilustrador Jorge Beltrán, para que realizaran el rescate.
También se enteraron del hecho las autoridades del Museo Nacional de Antropología e Historia, quienes enviaron una delegación liderada por Eduardo Matos Moctezuma, pero ésta llegó un día después que la de la UV, “son esos pequeños detalles que hacen que la pieza esté en un lado y no en otro”.
Se trata de una escultura de 23 centímetros de largo, 43.5 de ancho y 55 de alto, elaborada de un bloque de serpentina; se calcula que pertenece al periodo preclásico medio, comprendido entre los años 900 y 400 a.C.
Cuando el Señor de Las Limas fue descubierto, tenía ojos de pirita (material de tono metálico), pero ambos se perdieron cuando la pieza fue prestada para exposiciones en Estados Unidos y Europa. Fue el arqueólogo Rubén Morante López quien le colocó los de obsidiana que actualmente posee.
“Eran otros tiempos, no se tenía el cuidado de ahora. Por ejemplo, cuando se fue a París, se levantó un estado de condición muy minucioso, se acompañó con gente del MAX, una vez que se colocó en vitrina, ésta no la podía abrir el museo parisino, sólo cuando estuviera presente un comisionado. Son protocolos mucho más serios y cuidadosos”, especificó.
La singular historia continuó, pues el Señor de Las Limas fue robado del antiguo MAX en 1970, ante el suceso se levantó una serie de actas nacionales e internacionales dando cuenta del delito, lo que permitió que la pieza no fuera fácilmente vendible.
Apareció 2 años después en un motel de San Antonio, Texas, y Gonzalo Aguirre Beltrán gestionó que volviera al MAX.
El director del MAX subrayó que la cultura olmeca es conocida universalmente por sus cabezas colosales y sus grandes monumentos de piedra, pero también por sus esculturas portátiles y de piedra verde; entre estas últimas, “la de mayores dimensiones es el Señor de Las Limas, ésa es una de las razones que la hace especial”.
Pero también está la iconografía: “Tiene una fuerza escultórica que la hace una obra maestra prehispánica y además toda una información iconográfica que la hace aún más extraordinaria, no nada más es la escultura en un solo bloque”.
Así, tanto el sacerdote como el infante- quien posee rasgos jaguares- proveen de importante información iconográfica a los especialistas. Existen varias hipótesis sobre el significado de estas incisiones, “finalmente la arqueología es una ciencia interpretativa”.
Por ejemplo, las incisiones de perfil que tiene el sacerdote en hombros y rodillas se han vinculado con deidades que se conocen para el posclásico: Mictlantecuhtli, Quetzalcóatl, Xipe Totec y Xiuhtecuhtli. Mientras que la iconografía del rostro se relaciona con granos de maíz.
Si bien el maíz ya era conocido por la cultura olmeca en el periodo formativo temprano (1800 al 900 a.C.), no era la base de su alimentación, pero luego vino un cambio y el grano cobró importancia.
“Esta pieza también representa esta transición de la importancia del maíz en el pueblo mesoamericano, que antes no se tenía; es un momento de cambios y se refleja en su iconografía”.
No es la primera vez que el Señor de Las Limas viaja. Al ser una pieza única en su tipo y que representa mucho para la cultura olmeca, la llamada primera civilización de Mesoamérica, es sumamente solicitada y se ha exhibido en Europa, Asia y Estados Unidos.
Cabe señalar que, en temporada decembrina, el MAX estará abierto de martes a domingo, de 9:00 a 17:00 horas, aplicando los protocolos sanitarios ante la pandemia de Covid- 19.