“Avancemos con esperanza en el nuevo año”
|VIVIR CON ESPERANZA
Por Jacinto Rojas Ramos
“Avancemos con esperanza en el nuevo año”
Hemos iniciado hace unos días el año 2022. Seguramente vemos retos, desafíos y tantas cosas que nos desencantan y hacen que nos preocupemos y dejemos de ocuparnos para ir adelante con fe y esperanza.
En el ciclo interminable de una generación tras otra, siempre la esperanza que rodea la ansiedad de un nuevo año estará prevaleciendo sobre los recuerdos vanos del año que termina, por eso es normal decir o escuchar frases como “solo espero que llegue el año nuevo para avanzar con paso firme”, pero sabemos que son solo expresiones de deseo porque lo único que avanza inexorablemente es el tiempo, que a su propio paso nos trae, sin cesar, un nuevo calendario.
Las expectativas se renuevan con el nuevo año que ha llegado y comienza a avanzar, al tiempo en que crece la nostalgia por el año que se va y se le despide con tristeza y desconsuelo porque se le acabaron los días y no pudo conquistar los sueños y anhelos de una vida mejor, y muchas veces, se le insulta y se le quema.
Pero lo importante es mantener viva la esperanza de una nueva ilusión que se conjuga con la magia y el encanto exactamente a la media noche del 31 de diciembre que pudimos celebrar y vivir, que permite desear en un instante todo lo que se ha ansiado durante el año, incluso toda una vida, porque empezar un nuevo año es replantearse un nuevo proyecto, y como dice la canción “más alegre los días serán, con salud y prosperidad”, que, para lograrlo, se requiere estar plenamente convencido y rodeado de esperanza. De lo contrario, es probable que no se cumplan los objetivos trazados y todo se quede en los típicos deseos de la celebración y buenos propósitos.
Con los primeros días del nuevo año vuelve la tranquilidad, la mesura y la prudencia, para comenzar a sembrar nuevamente el camino ya despejado de falsas expectativas y de cargadas fantasías, para cosechar mejor el tiempo, para recuperar el equilibrio que se perdió durante el año anterior, para tomar un respiro mientras nos preparamos para abordar un nuevo tren de gastos y utilizar los recursos de manera más productiva; sin embargo, son muchos los que aprovechan estos días para tomar un nuevo impulso y aprender de los errores cometidos. Siempre un año que pasa nos deja experiencia, conocimiento y sabiduría. Será un buen punto de partida emprender el nuevo año desde el aprendizaje que nos han dejado los años vividos.
Que los momentos de alegría vividos en los días pasados, sirvan para que las cosas buenas que se anhelan llenen el espíritu y logren vaciarlo de las malas que lo agobian.
Será indispensable por el momento que atravesamos vivir cada día del año nuevo con esperanza, ímpetu y alegría. Que no nos venza el desánimo, sino todo lo contrario, que los retos se conviertan en nuestra vida en trampolín para crecer, madurar y aprender de la vida. Esto nos servirá para apoyar a los más débiles, a quienes se encuentran más sumergidos que nosotros en la oscuridad y desánimo.
No olvidemos que contamos con un Dios que se ha hecho carne, que asume nuestra condición para levantarnos en las caídas y mostrarnos el sendero que, aunque implica cruz conduce a la gloria.
Apoyarnos los unos a los otros en este tiempo es fundamental, aprender a caminar juntos es la clave para hacer de esta vida un impulso para conquistar la felicidad.
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