EL CIUDADANO

  •  “Nadie puede ser molestado en su persona, familia, domicilio, papeles o Posesiones, sino en virtud de mandamiento escrito de la autoridad competente, que funde y motive la causa legal del procedimiento.” Artículo 16 de nuestra carta Magna (REFORMADO PRIMER PÁRRAFO, D.O.F. 15 DE SEPTIEMBRE DE 2017)

¿Cuándo sí podemos ser privados de nuestra libertad los ciudadanos por un servidor público?, ¿Qué sí debe hacer y que no puede hacer un servidor público?, son cuestionamientos que nos hacemos los ciudadanos comunes. Para ello la propia Ley ha establecido el PRINCIPIO DE LEGALIDAD.

La Constitución mexicana de 1917 consagra en el primer párrafo del artículo 16 nuestro principio de legalidad, que, según ha interpretado la Suprema Corte de Justicia, constituye una de las bases fundamentales del Estado de derecho. La interpretación del Alto Tribunal ha reconocido este amplio significado del primer párrafo del artículo 16 constitucional, que he citado en el encabezado de la presente.

 Así, la Corte Suprema de Justicia de la Nación ha sostenido, en tesis de jurisprudencia, que “LAS AUTORIDADES SÓLO PUEDEN HACER AQUELLO PARA LO QUE EXPRESAMENTE LES FACULTAN LAS LEYES, EN EL ENTENDIDO DE QUE ÉSTAS, A SU VEZ, CONSTITUYEN LA MANIFESTACIÓN DE LA VOLUNTAD GENERAL”, y asimismo que dentro “del sistema constitucional que nos rige, ninguna autoridad puede dictar disposición alguna que no encuentre apoyo en un precepto de la ley”, que “el requisito de fundamentación y motivación exigido por el artículo 16 constitucional implica una OBLIGACIÓN para las autoridades, de cualquier categoría que éstas sean, de actuar siempre con apego a las leyes y a la propia Constitución”.

Que “dentro de nuestro régimen constitucional, las autoridades no tienen más facultades que las que expresamente les atribuye la ley”, y que “los actos de autoridades administrativas que no estén autorizados por ley alguna, importan violación de garantías”. La próxima hablaremos de Flagrancia y Caso Urgente para que no sea sorprendido en la violación de sus derechos, amable lector. Hasta la próxima.