En memoria del poeta de la locura y el desparpajo

LEOPOLDO MARÍA PANERO, poeta español

LEOPOLDO MARÍA PANERO es un poeta oriundo de España, nacido en Madrid en el año 1948. En su familia no fue el único en interesarse por la poesía; su padre, quien falleció cuando Leopoldo tenía tan sólo catorce años, y su hermano también se dedicaron a la lírica (Luis Panero, muerto en septiembre del año pasado).

Como otros artistas e intelectuales españoles que debieron sufrir el mandato de Franco, se manifestó expresamente en su contra, lo cual le trajo muchos problemas, tales como el encarcelamiento. Sin embargo, el dato que resalta de su vida personal es que desde más de tres décadas, decidió vivir en la reclusión de los hospitales mentales, luego de repetidos ingresos en centros psiquiátricos que había enfrentado desde su juventud.

A pesar de llevar una vida que a simple vista puede resultar dura, Panero supo capitalizar sus puntos fuertes y nunca dejó de escribir, produciendo obras de diversos géneros que le han valido premios y reconocimientos en más de una ocasión. De sus libros publicados destacan los poemarios «Por el camino de Swan» y «Last River Together», con su famoso poema «La canción del croupier del Mississipi», las obras en prosa «Dos relatos y una perversión» y «Papá, dame la mano que tengo miedo», y los ensayos «Mi cerebro es una rosa» y «Prueba de vida. Autobiografía de la muerte».

EL CIRCO

Dos atletas saltan de un lado a otro de mi alma

lanzando gritos y bromeando acerca de la vida:

y no sé sus nombres. Y en mi alma vacía escucho siempre

cómo se balancean los trapecios. Dos

atletas saltan de un lado a otro de mi alma

contentos de que esté tan vacía.

Y oigo

oigo en el espacio sonidos

una y otra vez el chirriar de los trapecios

una y otra vez.

Una mujer sin rostro canta de pie sobre mi alma,

una mujer sin rostro sobre mi alma en el suelo,

mi alma, mi alma: y repito esa palabra

no sé si como un niño llamando a su madre a la luz,

en confusos sonidos y con llantos, o bien simplemente

para hacer ver que no tiene sentido.

Mi alma. Mi alma

es como tierra dura que pisotean sin verla

caballos y carrozas y pies, y seres

que no existen y de cuyos ojos

mana mi sangre hoy, ayer, mañana. Seres

sin cabeza cantarán sobre mi tumba

una canción incomprensible.

Y se repartirán los huesos de mi alma.

Mi alma.

Mi hermano muerto fuma un cigarrillo junto a mí.