FGE: daño irreparable

AL PIE DE LA LETRA

Raymundo Jiménez

FGE: daño irreparable

El pasado jueves 12 de mayo, el subsecretario de Seguridad Pública federal, Ricardo Mejía Berdeja, dijo sobre los asesinatos de las periodistas Yessenia Mollinedo Falconi y Sheila Johana García Olivera, ejecutadas tres días antes en Cosoleacaque, que “hay un gran equipo en la Fiscalía de Veracruz y tenemos plena confianza en que es cuestión de horas para que en el caso de las dos compañeras se pueda también detener (a los responsables)”.

En efecto, a los cinco días, este martes 17, fue detenido Antonio de Jesús “N”, un estudiante del Instituto Tecnológico de Xalapa y repartidor de comida de la plataforma Uber-Eats, al cual ya habían trasladado al reclusorio de Coatzacoalcos y liberaron hasta la mañana de este miércoles.

No obstante de que luego de que el día anterior sus compañeros moto-repartidores se manifestaron frente a Palacio de Gobierno, donde mostraron a los medios de comunicación un video en el que aparecía su amigo en la capital veracruzana el mismo día y hora en que fueron acribilladas las periodistas en el sur de la entidad, la Fiscalía General del Estado (FGE), que encabeza Verónica Hernández Giadáns, difundió un comunicado en el que se aseguró que “al validar su identidad por esta fiscalía y determinar que se trató de una homonimia, fue puesto en libertad de inmediato para evitar vulnerar sus derechos”.

Ayer, el gobernador Cuitláhuac García salió en defensa de la Fiscalía estatal al rechazar que exista daño alguno qué reparar a Antonio de Jesús “N” y además afirmó que la equivocación fue de la Coordinación Nacional Antisecuestro (Conase), cuyos elementos fueron los que lo detuvieron, como lo había consignado también en su comunicado la FGE.

Sin embargo, la Fiscalía de Veracruz debió confirmar la identidad del detenido antes de que se boletinara su detención, la cual divulgaron cientos de plataformas digitales y publicaciones impresas nacionales y estatales por tratarse de un caso de alto impacto mediático, aparte de la difusión que se le dio en redes sociales.

Aunque las autoridades aseguren que Antonio de Jesús “N” no sufrió ningún daño, eso tendría que valorarlo un especialista en salud mental, pues sólo habría que imaginar el estrés al que se le sometió al ser detenido y enterarse del grave delito que le imputaban, además de la presión nerviosa que debió padecer durante las horas que viajó custodiado por policías desde Xalapa hasta Coatzacoalcos.

Al difundirse irresponsablemente su fotografía, sin cerciorarse antes que deveras era el verdadero sicario que buscaban, estigmatizaron de por vida a este joven que seguramente será víctima de bullying de sus compañeros de estudio y de trabajo, pues en plan de broma se referirán a él como “mata-periodistas” o “El Mara”, sobrenombre con el que fue identificado públicamente y que corresponde al verdadero criminal que continúa prófugo.

¿Cuántos casos más como éste lleva la Fiscalía de Hernández Giadáns?

Otro es el del cineasta costarricense César Herrera, yerno del excandidato de MC a la alcaldía de Coatepec, Andrés Cuevas Melo.

Uno más, el de José Manuel del Río Virgen, exfuncionario del Senado.

Pero no son los únicos.