XALAPA, SIN RECOLECCIÓN DE BASURAS, CON PÉSIMA IMAGEN

60 SEGUNDOS

RAÚL GONZÁLEZ RIVERA

XALAPA, SIN RECOLECCIÓN DE BASURAS, CON PÉSIMA IMAGEN

                        Medio centenar de ciudadanos reunidos por vía de internet se lamentaron que no hubiera sido ayer la visita del presidente Andrés Manuel López Obrador a la ciudad, porque se habría percatado que al menos en el rubro de limpia pública y recolección de basuras, sigue pendiente la transformación anunciada por su gobierno.

            La causa que provocó que los trabajadores de limpia municipal suspendieran sus actividades cotidianas tiene que ver con que no les pagan con puntualidad sus salarios y tampoco han sido equipados con la vestimenta, botas, guantes y tapabocas que su actividad exige sobre todo en días de la pandemia.

            Al menos en los 20 fraccionamientos habitacionales que tienen asiento en terrenos de Las Ánimas, los trabajadores de Limpia Pública carecen de los elementales equipos y herramientas para que puedan realizar una faena sustentada en las recomendaciones sanitarias que hace el sector Salud local seguramente y, por qué no, atender a los apuntamientos que hace nacionalmente el doctor Hugo López-Gatell Ramírez.

            En ningún momento de los últimos cinco o seis meses los trabajadores encargados de la recolección de basura han visto protegida sus personas y en cambio están enterados de que varios de esos operarios de la basura se han contagiado del coronavirus y de influenza y angina de pecho.

            La 4T habría anunciado una verdadera transformación en la vida cotidiana de los xalapeños, en específico, pero dadas las condiciones actuales, por cuanto a la imagen de la ciudad, con montañas de basuras a sus cuatro costados cabría asegurar que las recomendaciones sanitarias, por elcontrario, ante su ausencia, podrían estar las autoridades exponiendo a severas pandemias al grueso de la población.

            En el lapso de las dos últimas semanas las montoneras y decenas de bolsas colocadas en los puntos estratégicos de los 20 fraccionamientos de Las Ánimas dejan mucho que desear, amén de que ninguna autoridad explica, orienta o advierte con pormenores las razones para que este servicio público haya quedado en suspenso, pues en las dos últimas semanas solamente una vez por cada una de ellas, el municipio ha llevado a cabo la recolección de basuras.

            Se lamentan decenas de familias el por qué no haya venido ayer el presidente López Obrador y pudiera percatarse de este fenómeno, que si bien discrepa de la imagen de ser la capital del estado de Veracruz, un lechado de cultura y educación, igual, con tanta basura por doquiera también el amago de las epidemias y otros males que afectan la salud pública, están seguramente latentes.

            Junto a las bambalinas de recepción y bienvenida al presidente en esta ciudad, colocadas en el puente que cruza la avenida Lázaro Cárdenas y Araucarias, igual se hubieran acompañado con gráficas relacionadas con las toneladas de basura esparcidas por los cuatro costados de la ciudad, esperando que arribara el camión recolector, que nunca llegó.

            No debe olvidarse que los ciudadanos que contribuyen al pago de la recolección de basura lo hacen en mayoría con un pago anual, no se vale entonces la terrible falla burocrática. Ahora que si no pueden sus responsables, que se vayan, para eso hasta quizá serían mejores los panistas, diría don Agustín Acosta Lagunes. 

HAMBRE Y EL DESEMPLEO SE OPONEN A LA MEMORIA HISTÓRICA

            Tal vez, con plena justeza, el reclamo presidencial esté en su justa dimensión, cuando observa que casos de flagrante corrupción en México, cometidos hace más de diez años, siguen sin recibir un castigo o, como lo precisa, en el caso, si el super policía García Luna, preso en una cárcel de los Estados Unidos de Norteamérica, prácticamente atrae nada su atención entre la sociedad azteca.

            Es decir, que la memoria histórica en el grueso de los mexicanos justamente ha sido borrada la gesta a que alude el mandatario, quien dijo en conferencia mañanera celebrada ayer en Tlaxcala, que en ninguno de los medios convencionales aparece nada.

            Vamos al ejemplo, los estudiantes universitarios, sobre todo de las carreras relacionadas con la ciencia social, el derecho, la historia y la sociología, suelen hace mucho olvidar qué personajes suscribieron las páginas determinantes en el curso que tomó una patria, que ostentó diversos periodos, entre estos tres imperiales y la dictadura del general Porfirio Díaz.

            Sin embargo, todo ello no preocupa ni le quita el sueño a ninguno de los modernos próceres de la enseñanza universitaria, como tampoco les provoca a ninguno el que haya gobernado el país don Francisco I. Madero y que los guerrilleros Emiliano Zapata y Francisco Villa y nadie más hayan suscrito la página con que México se proponía reconstruir la patria democrática destruida y permitir a los mexicanos sin nada, reivindicarlos y que las tierras volvieran a ser suyas.

            Del periodo calificado por el presidente como neoliberal o del conservadurismo de los 36 años últimos, el detalle está en que al grueso de las familias aztecas poco o nada les atrae, pues son días y años de hambruna, de desempleo, y con lecturas y cultura el pueblo no sobrevive. Esto lo escucha usted y el de más allá, dedicado a la impartición de la cátedra, de entre sus alumnos ajenos al acontecer de este país, pero más, porque en efecto, los 70 y más años del uni-partido en el ejercicio del poder, la página de cuanto sucedió, prácticamente fue borrada.

            No debe perderse de vista, que los presidentes ejercieron a la manera de los monarcas, reyes o príncipes, a los cuales el pueblo veía esporádicamente o solamente en la fotografía publicadaen el medio convencional- se dice ahora- y que muy pocos, se atrevían a cuestionar. El grueso de los gabinetes presidenciales, por favor, difícilmente alguien llegaba a conocerlo y dominarlo, siquiera para comentarlo en la plática palaciega del café.

            Y no se enjuiciaba, porque la propia gente, era atendida o subvencionada con los programas harto calificados de ser sociales y populistas, y aceptaba en que si bien el servidor público era un ladrón, quién no, se preguntabanalgunos, a su vez también lo consentían, mientras las piscachas llegaran a todos. Insistían.

Si bien el grueso de mexicanos suele ser un esforzado trabajador en el mundillo de las artes y oficios, pero cuando se va de espalda mojada a los Estados Unidos de Norteamérica, porque en este país, lo menos que le importa es señalar a los políticos corruptos, porque sabe bien que no son pocos, están inmensamente ricos, como puede apreciarse después de más de siete décadas de queostentaron el poder. Cuando, entonces habrá el castigo en una patria con una ley máxima hecha como saco a la medida, para que permanezcan eternamente en la impunidad. Esperemos.

UN GENOCIDIO NO PRESCRIBE,  68 Y 72 SIGUEN SIN CASTIGO

Se desgarran las camisetas por saber si García Luna alcanzará una cadena perpetua o 40 años de prisión en una cárcel de los Estados Unidos de Norteamérica, acusado de prestar servicios como jefe policiaco a bandas delincuenciales y trabajar en operativos en colusión con agentes de la DEA y el FBI, dentro de territorio azteca, sin embargo, las matanzas de estudiantes del 68 y el 72, así como el genocidio cometido en contra de los 48 indígenas de Acteal y el secuestro de los estudiantes normalistas de Ayotzinapa, continúan a la espera de un acto mínimo de justicia.

Conste que para cualquier legislación de corte internacional y locales, el genocidio podría no prescribir, sin embargo, México ya confronta serios retos para saber en dónde están los verdugos que segaron vidas inútilmente de muchachos, que creyeron seguramente en que la ley podría castigar a los malvados y esa sentencia sigue pendiente de aplicarse.

En todos estos ejemplos, los jóvenes presumieron en que podrían ser escuchados y que su voz, además allende las fronteras, podía ejemplificar que vivían en un sistema democrático, de leyes y que impartiría la justicia.

El gobierno de la república, al concluir la matanza de estudiantes en la plaza de las tres culturas de Tlatelolco, afirmaría que los enemigos del exterior, se proponían la invasión del país. Sus guardias y jefes policiacos y los funcionarios públicos de escritorio, jamás fueron llamados a rendir una declaración en tribunales judiciales.

Los indígenas de Acteal, igual sufrieron una emboscada y nunca sus asesinos fueron atrapados y menos llamados a rendir el porqué de semejante acto de brutalidad para-policiaca cometido en su contra. Nunca que se sepa el ex presidente Ernesto Zedillo Ponce de León, fue molestado siquiera para que declarara sobre el genocidio cometido en su sexenio.

Los jóvenes estudiantes de la escuela Normal de Ayotzinapa, 45 en total, jamás habrían sido secuestrados, de no contar con un operativo dirigido por elementos de la policía, empero, lo más grave, es que las autoridades del pasado y el presente, han referido que siguen en la búsqueda de su paradero, pero que su desaparición y probable ejecución, no quedará impune, Esto dijo el subsecretario de Segob Alejandro Encinas, hace una semana en el estado de Campeche, durante una de las conferencias mañaneras con el presidente de México.

Es decir, que si bien es cierto que los hechos de genocidio, no prescriben, también el sistema de justicia revela a los mexicanos, que hay casos y cosas, que pueden quedar en la impunidad para la eternidad, como son los que aquí lamentablemente la página criminal del país, enlista en distintos momentos. Es todo.