¿Tienes más de 30 y no puedes bajar de peso? Los estrógenos podrían ser los culpables
|Uno de los principales objetivos de las mujeres que deciden hacer ejercicio, es eliminar la acumulación de grasa de ciertas partes del cuerpo. Pero a veces, sin importar el esfuerzo físico que realicen, ésta no desaparece.
Dejando de lado los motivos más comunes, como una dieta inadecuada o una rutina de ejercicio incorrecta, el problema puede deberse a un trastorno llamado dominancia estrogénica.
¿Qué es la dominancia estrogénica?
También conocido como predominio de estrógenos, es un trastorno hormonal con una incidencia cada vez más común entre las mujeres mayores de 30 años. Su principal característica es el exceso de estrógenos y la reducción de progesterona en el organismo.
La Dra. Anna Virginia Pinto explica en una publicación en su perfil de Instagram que este desequilibrio puede conducir a cambios metabólicos bruscos, los cuales afectan desde las tiroides hasta las glándulas suprarrenales, además de diversos órganos y tejidos del cuerpo.
Síntomas de dominancia de estrógenos
El aumento de la grasa corporal es uno de los principales síntomas de este padecimiento, en especial en las áreas del abdomen, los muslos y las caderas.
Además, la paciente también puede mostrar otros signos que indiquen la presencia de este problema, como son:
– Caída del cabello: provocada por la variación hormonal.
– Fuertes cólicos menstruales (los dolores intensos durante la menstruación pueden ser señal de diversos problemas).
– Síndrome premenstrual intenso: puede estar acompañado por dolor fuerte en las mamas.
– Cambios de humor repentinos.
– Migraña.
– Hipotiroidismo.
– Disminución del libido.
– Fatiga crónica.
– Sensación de frío en las extremidades.
– Retención de líquidos.
– Ansiedad.
– Depresión.
– Déficit de memoria.
Principales causas de la dominancia de estrógenos
Las causas de la dominancia de estrógenos varían de una persona a otra, pero generalmente están relacionadas con un metabolismo irregular.
La obesidad es uno de los factores que contribuyen al inicio de la enfermedad, ya que cuanto mayor sea la cantidad de grasa corporal, mayor es la disponibilidad de estrógenos y menor la cantidad de testosterona.
Una dieta alta en azúcar, los alimentos ultraprocesados y las bebidas alcohólicas pueden causar sobrecarga hepática, lo que compromete la función del hígado de limpiar el cuerpo de las hormonas «viejas», especialmente el estrógeno.
El consumo excesivo de alimentos ricos en estrógenos, como la soya, la linaza y las legumbres, también puede causar un aumento en la carga de estrógenos del cuerpo y favorecer el desequilibrio hormonal.
Una ingesta de fibra deficiente también compromete el procesamiento de los estrógenos, ya que esto dificulta el funcionamiento adecuado del sistema digestivo.
Con una flora intestinal debilitada, el estrógeno permanece en el intestino durante mucho tiempo y se reabsorbe en el torrente sanguíneo.
Finalmente, el estrés también puede ser un factor significativo para la aparición del predominio de estrógenos. La afección repercute en la producción de hormonas en su conjunto y puede reducir los niveles de progesterona y aumentar las tasas de estrógenos.
Enfermedades relacionadas
La endometriosis, el cáncer de mama y la obesidad son algunas de las enfermedades que pueden provocar la dominancia estrogénica.
La exposición a los productos agroindustriales, la soya y a los xenoestrógenos también son factores a considerar en esta enfermedad.
¿Cuál es el tratamiento?
Lo más importante es restablecer el equilibrio hormonal, lo cual casi siempre se logra con el reemplazo de progesterona.
Es necesario llevar una dieta balanceada y libre de grasas para controlar los niveles de estrógenos, favorecer la testosterona y fomentar la pérdida de peso. El ejercicio también es una buena forma de eliminar la acumulación de estrógenos.
Los antioxidantes también son grandes aliados para prevenir el exceso de estrógenos y la inflamación.
Antes de realizar cualquier tratamiento o dieta, es necesario que antes consultes a tu médico, ya que solo un profesional de la salud puede implementar un régimen alimenticio sin ningún riesgo.