PARQUES PÚBLICOS, ENTRE LA NOSTALGIA Y EL MIEDO

60 SEGUNDOS

RAÚL GONZÁLEZ RIVERA

PARQUES PÚBLICOS, ENTRE LA NOSTALGIA Y EL MIEDO

            Los parques emblemáticos de la ciudad,  repletos de gente en el pasado aún reciente,  hoy día se asemejan a espacios abandonados, porque el bullicio de los niños y jóvenes no está y los estudiantes de la universidad, que por muchos años los escogieron como puntos de reunión para el estudio y el debate, ahora deslucen enormidades, porque además están acordonados para que nadie ingrese a sus interiores, por aquello de la amenaza latente de ser contagiados por el coronavirus.

            En la población se aprecia el temor, el miedo y la zozobra, porque ya son muchos meses de confiar en que con la toma de medidas de prevención, el contagio dejaría de amagar la salud pública de aquí y el resto del mundo y que los hospitales, ciertamente, cuentan con suficientes camas, aunque sus médicos sufren agobio y cansancio porque las jornadas de trabajo a que están siendo sometidos son extenuantes.

            A diferencia de las ciudades que cuentan con playas y el mar, Xalapa muestra orgullosa sus parques públicos. Los Berros, el parque Benito Juárez, el parque Lerdo, en el corazón de la ciudad, remontan su presencia en la ciudad a más de cien años y allí continúan erguidos como el que más, confiados en que un día se dará el retorno de las familias, los niños y los estudiantes que, incluidas las noches, se daban cita para sentarse en una de sus banquitas, debajo de una lámpara y abrir sus libros, sobre todo en fecha de exámenes finales.

            Cuántas anécdotas, historias y pasajes se escuchaban de quienes en el parque encontraban el lugar favorito para la sana recreación y el descanso después de la comida o de ir a la escuela, regresar a pie, por uno de éstos, sentarse en una de sus bancas, respirar profundo el aire limpio de la mañana o la caída del día y entrada la noche.

            El romance para muchas parejitas, cuando el noviazgo era toda una odisea, porque mamá o papá llamaban la atención, porque no fuera más que eso, un amorío limpio, honesto y cariñoso y de vuelta a la casa de la joven que había accedido a escuchar que le leyeran un poema o le dedicaran una serenata con el mariachi o el trío de guitarras y hundirse embelesados los enamorados, con las bellísimas notas de canciones inmortales, que como los parques no mueren, sino que llaman a la nostalgia, de que un pasado tal vez haya sido mejor.

            La maleza amaga con hundir entre los hierbazales los pasillos de Los Berros y el parque Juárez. Están cerrados con hileras de listones amarillos, en señal de estar prohibido por ahora el acceso a sus interiores. Histórica medida, jamás vista y menos que alguien por brujo que pudiera parecer habría imaginado siquiera.

            Dicen que la esperanza muere a lo último y es verdad. Millones en el planeta Tierra insisten en elevar sus plegarias para pedir al cielo que le regrese la salud atacada por un virus que no se ve ni se oye, pero como causa desgracias y tragedia y, que los espacios públicos, como es el caso de nuestros parques públicos, vuelvan a ser el área para el sano esparcimiento, la convivencia social y el recinto que muchos eligieron de siempre para estudiar y leer.  

            En Los Berros continúa vigilante la estatua gigante erigida del cura Hidalgo, el padre de la patria dolorida y en el parque Juárez la enorme figura transformada en un majestuoso monumento en honor de don Benito Juárez, el más grande de los presidentes que haya tenido México hasta la fecha. Cuestión de coincidencias o la historia tal vez.  

CIERRAN LIBRERÍAS Y EXPENDIOS DE PERIÓDICOS, LAMENTAN PÉRDIDAS

            La ex Atenas veracruzana también padece los estragos de la pobreza y los efectos de una pandemia que continúa sometiendo la salud de los seres humanos de aquí y de todas partes, así que a falta de usuarios que compren libros, las librerías de la ciudad van en picada, si acaso quedan tres y los expendios de periódicos y revistas se lamentan que la pérdida de lectores es una realidad que deja sin obtener mayores ganancias a cuando menos un centenar de trabajadores.

            A manera de ejemplo, un encargado de librería reseña que así como cayó el imperio romano, igual nadie lo creería que en una ciudad que es asiento de los tres poderes estatales y de la Universidad Veracruzana y la Escuela Normal Veracruzana, el número de lectores, igual, se cuenta con los dedos de una mano.

            Así de incrédulo y duro, en su exposición el responsable de una de las tres librerías que existen en la ciudad otrora de la cultura, porque la caída de lectores es tremendista. Acabaron los días en que un expendio de éstos vendía una veintena diaria de libros, sobre todo en los días de periodos vacacionales.

            La gente dejó de leer textos de historia y de héroes de los distintos sistemas de vida público, en que se encuentra dividido el mundo. La cultura era mano en Xalapa y ciudad señera de cara al resto de ciudades del interior del estado de Veracruz. La novela ha sido rebasada por todo cuanto sucede en la vida real, así como la ciencia ficción, igual es más fácil seguirla en las cintas fílmicas que en la lectura de un buen libro.

            Los libros de escritores mexicanos y extranjeros siguen siendo los mismos títulos de hace 40 años. Cien años de soledad, de Gabriel García Márquez, es un volumen que algunos estudiantes de las carreras de humanidades siguen buscando. A Carlos Fuentes lo siguen en un segundo plano y las geniales obras de Kafka, igual van siendo relegadas. Las juventudes del presente ignoran en mucho quién es Octavio paz, menos dan crédito a la existencia del artista del pincel Diego Rivera.

            Y del peruano Mario Vargas Llosa, a quien muchos mexicanos recuerdan por su categórica definición que hiciera del régimen político azteca, al citar textualmente que México tenía una “dictadura perfecta”, representada por los tres poderes, sometidos dos de éstos al ejecutivo, pero que a la luz de la vida cotidiana del país se decía que se ostentaba por un sistema democrático, plural y representativo de un pueblo entero.

            Por lo que hace a los expendios de periódicos y revistas, van quedando contaditos y sus responsables aseguran que la venta de los rotativos se derrumbó prácticamente. Cuatro medios siguen apareciendo en sus exhibidores, pero acabaron aquellos días en que había un común de lectores que adquirían hasta cuatro diarios y una revista, cada día. Por ahora, la venta alcanza a unos cuantos ejemplares de la prensa nacional y solamente una revista que aborda temas de carácter político continúa siendo leída por personas que rebasan los 50 años de edad y los universitarios no leen ninguno de los medios existentes.  

FILTRACIÓN DE VIDEOS, POR LO QUE HICIERON ANTES A AMLO

            Dos de cada tres observadores y analistas coinciden en que la filtración de videos se antepone a la presunción de inocencia que debiera imperar en el enjuiciamiento de un acusado ante la fiscalía y puesto en consignación en manos de autoridades judiciales, por lo tanto es ilegal, merece una sanción, pero en el caso presente es la respuesta con la sopa de su mismo chocolate de cómo a AMLO trataron en un pasado reciente sobre todo los panistas, al actual presidente de México.

            Podría advertirse que se trata de una venganza utilizando al señor Emilio Lozoya, personaje que por sí solo se pinta solo en cuanto a su participación como probable asociado de la delincuencia organizada, desde lo más alto de las esferas del poder central, que operó con los colores del panismo y el priismo.

            Obviamente, los abogados que siguen la causa en contra del priista Emilio Lozoya, deberán ser muy cautelosos o cuidadosos, por cuanto hace a la posible prescripción de los delitos que se le imputan a más de 70 sospechosos de haber tomado parte en los actos de corrupción sostenidos entre ex funcionarios públicos federales y el ingeniero Odebrecht, un personaje oriundo de Brasil y que ahora también se encuentra preso en una de las cárceles de aquel país.

            Hay que echar la memoria hacia atrás y la exhibida que le dieron a René Bejarano, ex funcionario cercanísimo a AMLO, cuando recibía los fajos de billetes, producto de una maniobra orquestada desde la propia presidencia de Vicente Fox, recorrió a través de decenas de videos todo el país y el resto del mundo.

El mandatario albiazul, inclusive pretendió amagar a la antigua procuraduría de la república para que ésta soportara con una argumentación ejemplar la corresponsabilidad del ex jefe de gobierno de la ciudad de México, pero hubo un valiente agente del MP que no encontraba los elementos suficientes para imputarle un solo delito al hoy presidente de México, y no consignó los hechos

En la guerra de filtraciones a través de videos, ciertamente constituyen en estricto apego a la ley en cuestión, una ilegalidad y mucho tendría que sopesar un juez para considerarlos como una prueba fehaciente en el seguimiento en un juicio contra un indiciado. Sin embargo, si se trata de responder al daño moral que intentaron causar antes al político tabasqueño con su desafuero y encarcelamiento consecuente, es la hora en que los albiazules necesariamente tienen que aguantarse.

El descrédito o la estigmatización quizá sea mucho más poderosa si se quiere causarle un clima de zozobra y temores plenamente fundados al enemigo, mucho antes que lo puedan ver tras las rejas de un penal a la mexicana, con todos sus horrores y lastimosas condiciones en que éstos desarrollan cotidianamente la supuesta readaptación de quienes infringen la ley, se dice.  

Y es que en el caso Lozoya, seguramente necesitará carretadas de pruebas para poder implicar con todas las de la ley, las denuncias que interpuso contra tres ex presidentes, en Carlos Salinas de Gortari, Felipe Calderón Hinojosa y Enrique Peña Nieto. Es todo.