El oficio literario, una “obsesión flexible”: Óscar Wong

  • Entrevista al  poeta, ensayista, narrador, tallerista (In memoriam)

ÓSCAR WONG (TONALÁ, CHIAPAS, 26 DE AGOSTO de 1948, Tapachula, 2020) es poeta, narrador, ensayista y crítico literario

Eduardo Cerecedo

Según El poema seminal: “En la literatura mexicana, el nombre de Óscar Wong es sinónimo de persistencia, de constancia. Durante más de 30 años ha luchado contra todo para forjar una escritura que se sostiene por sí misma, fiel al lenguaje, a la búsqueda de la poesía y a sus propias leyes internas. Sus raíces, la china y la chiapaneca, están plenamente amalgamadas en su trabajo creador, sin mostrarse aparatosamente. De ahí que su poesía es un continuo triunfo sobre la armazón idiomática de que está hecha. Además, el magisterio casi silencioso y la continua indagación crítica de que ha hecho alarde, sostiene a Wong como alguien que ha podido superar con creces las limitaciones del capillismo y el sectarismo, tan marcado en estas lides”.

De ascendencia china mexicana Óscar Wong (Tonalá, Chiapas, 26 de agosto de 1948) fue poeta, narrador, ensayista y crítico literario. Estudió Letras Hispánicas en la Universidad Nacional Autónoma de México. Fue becario del INBA-FONAPAS en crítica literaria durante 1978-1979, periodo en el que escribió Hacia lo eterno mínimo. Otra lectura de Muerte sin fin (Secretaría de Cultura de Puebla, 1995) y del Centro Mexicano de Escritores en ensayo (1985-1986), donde realizó el volumen Jaime Sabines. Entre lo tierno y lo trágico (Praxis, Méx., 2007). Ha obtenido diversos galardones, entre los que destacan el Premio Nacional de Poesía Ramón López Velarde 1988, por su libro Enardecida luz (UNAM, 1992), primer lugar en el Certamen Literario Rosario Castellanos 1989 en cuento, con La edad de las mariposas (Talleres Gráficos de la Nación, 1990), Premio de Poesía de Ciudad del Carmen, en el 2000, con la obra Razones de la voz (Conaculta, Práctica Mortal, 2002), Premio Nacional de Ensayo Magdalena Mondragón 2006, en Torreón, Coahuila y Premio Chiapas en Artes 2015. El 4 de octubre de 1974 publicó su primera obra, Eso que llamamos poesía (Casa de la Cultura de Toluca, Colec. Abrapalabra, Toluca, Edoméx.), por lo que el 15 de marzo de 2015 el Instituto Nacional de Bellas Artes, dentro del ciclo “Protagonistas de la Literatura”, reconoció sus 40 años como escritor en la sala Ponce del Palacio de Bellas Artes. Ha colaborado en diversos medios de comunicación social.

Autor de Hacia lo eterno mínimo. Otra lectura de «Muerte sin fin» (Sría. de Cultura de Puebla, 1995), A pesar de los escombros (Fonca/Nautilium, Méx., 1995), Espejo a la deriva (Praxis, Méx., 1996), La pugna sagrada. Comunicación y poesía (Edic. Coyoacán, Méx., 1997, 1ª. reimp. 2004), Chiapas. Nueva fiesta de pájaros (Praxis, Méx., 1998), Cantares del Escriba (Cuadernos de Malinalco, Toluca, Edoméx., 1999), Chiapas. Dimensión social de la narrativa(Edaméx., Méx., 1999), y El secreto del verso(Linajes Edit., Edoméx., 2001, Chicome/Tanimu, La Paz, Edoméx., 2013). Publicó los poemarios Rubor de la ceniza (Praxis, Méx., 2002), Fulgor de la desdicha (Instituto Mexiquense de Cultura, Toluca, Edoméx., 2001, 1ª. reimp. 2010) En el corazón de la memoria (UAEM, Toluca, Edoméx., 2012), así como los ensayos Poética de lo sagrado. El lenguaje de Adán (Coyoacán, Méx., 2006), Jaime Sabines. Entre lo tierno y lo trágico (Praxis, Méx., 2007), Altazor. Alquimia y revelación (Fontamara, Méx., 2014), Poética del viento (Coneculta-Chiapas, Dir. de Publicaciones, Tuxtla Gutiérrez, 2015) y El cuento. Caracol luminoso del lenguaje (Coneculta-Chiapas, Dir. de Publicaciones, Tuxtla Gutiérrez, 2016). Radica en la ciudad de México e imparte de manera independiente cursos y talleres de creación literaria.

Buenas noches maestro Óscar Wong, tú eres parte de esta serie de entrevistas que estoy realizando para la “Jiribilla” Suplemento cultural de el diario, El Gráfico de Xalapa, esta entrevista realmente es sobre el quehacer del escritor, su manera de ser, su forma de actuar, de ver a su alrededor. Ese mundo cotidiano que para los lectores será, descubrir su entorno, así como apreciar la literatura desde el pulso de quien escribe.

1.- ¿Cómo nace la escritura, por qué escribir en estos tiempos?

– ¿Cómo nace la Escritura o mi escritura? Si la pregunta se refiere a lo primero, te diré que ya me ocupé de ello en varios libros, sobre todo en Poética de lo sagrado. El lenguaje de Adán (Edic. Coyoacán, 2006) y en Poética del viento (Coneculta Chiapas, 2015), utilizando referencias lingüísticas y antropológicas, al igual que lecturas de El Zohar. El hombre está unido a su lenguaje, a la escritura. Forman su historia, ese entorno invisible que le da identidad. “Las lenguas son la casa de los hombres”, dice Moira Bai. Pero si te refieres a mi experiencia personal, en momentos mi escritura surge como respuesta a mi sentir (si se trata de poesía), como preocupación sobre algún tema, especialmente literario (ensayo) y, en ocasiones, con una imagen, con una simple anécdota (cuento). Escribir en el tiempo actual es una tontería, una locura aparente. ¿Cómo aplicar, y manifestar, la sensibilidad, la expresión sensible y el conocimiento crítico, frente a la fragilidad mediática de la realidad? Seamus Heaney lo dice muy bien: conviene ser, al mismo tiempo, “socialmente responsables y creativamente libres”.

2.- Sabemos que escribes poemas, haces periodismo cultural, das clases. ¿Por qué ensayo, no obras de teatro?

– Sí, apenas me estoy reintegrando al periodismo cultural escrito. Y eso me congratula porque más lectores compartirán mis textos. Pero retomando tu pregunta, al teatro lo concibo como una expresión independiente de la literatura, sobre todo si partimos de la etimología de esta última (littera, letra). El teatro se escenifica y requiere de una dirección, de actores, escenografía, etc. (presupongo que por eso, a quienes ejercen la función pública, les llaman “actores” políticos). La cuarta pared exige una dinámica peculiar; en cambio la literatura –especialmente la narrativa–, realiza lo mismo pero a través de la imaginación. El ensayo me permite ejercitar reflexiones, posturas sobre diferentes escenarios o temas que me preocupan al momento de redactar.

3.- ¿En qué consiste escribir?

– Vaya pregunta. A vuelapluma podría indicar que escribir, y más en los tiempos actuales, es responder a los cuestionamientos del mundo. Te recuerdo que los viejos marxistas del siglo XX –Lukács, Sánchez Vázquez, etc.– se referían a la literatura como “refiguración de la realidad” a través del sentido de lo particular. Pero tal vez escribir signifique preservar la memoria, mi memoria personal y preservar la lengua. Es un principio de identidad, en el sentido borgiano. Y la memoria –precisa Borges– es indicativa de la identidad, acaso porque permite recuperar esos vacíos, esos tramos de la existencia que en unos instantes cobran realidad y se erigen en la imagen que, de otra manera, se esfumaría. Sin memoria nos condenamos al vacío, a la vacuidad. O, como diría Marco Antonio Montes de Oca, escribir no es más que esa ofrenda consagrada a la deidad, a los entes y a las cosas, esa “trilogía de lo posible” y que finalmente continúa como “perpetua tentativa”, en “esa especie de obsesión flexible” que representa el oficio literario.

4.- ¿Con qué otras artes se siente más cercana tu obra?

– Por su aspecto figurativo, considero que a las artes plásticas, especialmente con la pintura. Y aquí me apoyo en el poema creado, de Vicente Huidobro, quien procura ampliar el horizonte semántico a través de sus recursos metafóricos; plantea no sólo el significado del signo, sino su percepción emocional para nombrar de nueva cuenta a la realidad, que así se convierte en realidad lírica, literaria. En efecto: es un hecho nuevo, algo que jamás se ha visto; en el ejemplo: Los pájaros anidan en el arco iris,lo que en verdad expresa la visión estética del verso es el cromatismo de las aves, similar al del arcoíris. En este sentido, presupongo al Poema como si fuese una serie de caracteres chinos, donde cada ideograma representa el aspecto metonímico, en virtud de que la imagen misma es el concepto. La pureza y la energía del corazón, deben unirse al pensamiento al momento de crear poesía, por eso toda la vastedad del mundo real y el emotivo adquieren una forma precisa, concreta, en el trazo de los caracteres. Debe procurarse articular armónicamente en grupos rítmicos, en versos y estrofas determinadas, para conseguir movilidad en los sonidos, urdiendo unidades de impresiones sonoras sucesivas. Ahí se concilia todo el eje lírico de la poesía. Existe una relación analógica, una identidad (la metáfora surge del juego de las comparaciones). La metonimia, la sinécdoque tienen un sentido: la imagen misma, puesto que la imagen es el concepto, como revelan los ideogramas chinos.

5.- Define ¿Qué es la disciplina, en tu caso?

– No me agradan las definiciones. Puedo intentar un acercamiento a eso que llamas “disciplina” y que para mí es picar piedra todos los días. O tundir las teclas de la computadora. Y leer y leer. Trabajo a la antigüita: prefiero el libro en forma de papel. Eso me permite dialogar con los autores: subrayo, cuestiono, coincido en mis lecturas. También hago fichas literarias.

6.- ¿A qué hora del día escribes?

– Por ahora, que estoy desempleado, leo en las tardes y tecleo en las noches.

7.- ¿Cita a cinco autores que hayan influido en tus obras literaria.

– Ignoro si hayan influido en mi obra, pero leo y releo a Gorostiza, especialmente su poema cumbre Muerte sin fin (tengo algunos estudios publicados), a Eduardo Lizalde, tal vez el mejor poeta vivo mexicano. Como ensayistas: Paz, Ezra Pound y Robert Graves, el de La diosa blanca.

8.- ¿Crees que Jaime Sabines, Octavio Paz, Pablo Neruda, Fernando Pessoa o Ramón López Velarde tengan cierta presencia en tu obra, si es así en cuál?

– Para fortuna mía, y eso que nací en Chiapas, llegué muy tarde a Sabines. Lo leí después de publicar mi primer libro de poemas. Tal vez mascullo esa precisión metafórica de Paz y el ritmo de Neruda, el de Residencia en la tierra, sobre todo, sin olvidar la peculiar adjetivación de López Velarde –que deviene de Lunario sentimental de Lugones–. Esas cuestiones tal vez hayan dejado huella en mi poesía.

9.- ¿Qué proyectos personales te han dejado más satisfecho?

– Si hablamos de poemarios, tengo tres inéditos que me han dejado más que satisfecho. Pero Razones de la voz, un libro que resultó premiado en Ciudad del Carmen, Campeche, en el 2000, y que lo publicó el Conaculta en su colección Práctica Mortal.

10.- ¿Describe lo que estás leyendo actualmente?

– Releo la Antología de Xavier Villaurrutia que preparó Octavio Paz para el FCE. Es interesante la visión del ensayista mexicano sobre el autor integrante del grupo de Contemporáneos. Me atrajo lo que indica el recopilador en la página 59: “El gobierno mexicano, gran embalsamador y petrificador de celebridades, ha mostrado una soberana indiferencia ante la obra y memoria de Villaurrutia. Tal vez haya sido mejor así: se ha salvado de la estatua grotesca y de la calleja con su nombre. (En México las grandes avenidas y las plazas pertenecen por derecho propio, iba a decir: por derecho de pernada, a los expresidentes y a los poderosos. Las calles de nuestras ciudades, como si fuesen reses, han sido herradas con nombres no pocas veces infames)”

11.- ¿Cita a autores chinos que recomiendes por lo trascendente de su obra?

– Bueno, más que citar autores, a fin de navegar en la atmósfera del canto oriental, es válido leer las versiones de la lírica china en lengua española, como Poesía china: del siglo XXII A. C. a las canciones de la Revolución Cultural, de Marcela de Juan; o tal vez no para reproducir sonidos, sino evocar signos, trazos e ideas, revisar el Wen Fu. Sobre el arte de las letras, de Lu Chi y, sobre todo, Viaje a lomo de tigre. Ensayo sobre el idioma chino, de Moira Bailey, entre otros.

12.- ¿Cómo ves la poesía actualmente, es decir, la escrita en América, cita cinco autores de esa zona geográfica que admires?

– Bueno, tanto como admirar, no. Pero sí me interesan Raúl Zurita. Y, previamente, Gonzalo Rojas y Antonio Cisneros. Siguen actuales, por supuesto, pese a que algunos ya fallecieron.

13.- ¿Qué recomiendas leer de la joven poesía mexicana?

– Ups. Reconozco que no he seguido a los autores jóvenes mexicanos. Leo los suplementos literarios Laberinto y Confabulario, de Milenio y El Universal, respetivamente. Ahí aparecen poemas de escritores jóvenes. Pero no los he seguido a nivel de libros. No me atrevería a recomendar a nadie en especial.

14.- ¿Cómo ves la cuestión política del país en estos tiempos de caos económico, político, social, me refiero a México?

– Es terrible que la situación política de México haya logrado la polarización de la sociedad, lo cual puede llevar a subvertir el orden, a violentar el entorno, a tomar lecturas equivocadas. Creo que antes que tomar partido, es prudente reflexionar, sin asumir posturas “revolucionarias”, evitando caer en el juego de las redes sociales o de los líderes políticos de cualquier signo o matiz ideológico que asuman. Ni el Estado es malo ni todos los manifestantes son luchadores sociales. El discurso del odio se ha visto incrementado en las redes sociales. Y a muchos se les ha olvidado que la democracia constituye un conjunto de valores, no un sistema de grupo, dueño del sufragio y de la soberanía popular. La tolerancia debe prevalecer en lugar de sectarismos. Ignoro si las guerrillas –que siempre han coexistido en este México contemporáneo– o el narco hayan permeado el ejercicio del poder. Desconozco si lo que se designa en tanto poderes fácticos tienen la mano encajada en las organizaciones sociales y gubernamentales, exacerbando el activismo (si bien hay índices perturbadores que así lo precisan). Desafortunadamente la función del Estado –servir a la ciudadanía, promover los cambios que la sociedad exige y garantizar el desarrollo y la integridad de la nación– se ha metamorfoseado en insatisfacción social, en fragilidad del estado de derecho. El ciudadano es aquel individuo necesario para el progreso del país. Pero en México la supuesta izquierda asume una función pragmática, conformando anómalas coaliciones con la derecha. Y la ciudadanía de los estados que se disputan las gubernaturas, seguramente rechazará la oportunidad de sufragar y optará por el abstencionismo, o buscará la alternancia en sus entidades federativas –pese a que los candidatos sean, algunos, ex priistas, con enormes colas corruptas y desleales a su orígenes partidistas–.Ni todos los funcionarios y políticos son corruptos ni todos los partidos son la panacea. Tampoco es válido caer en la simulada intelectualidad de los “abajofirmantes” o simplemente utilizar los sambenitos de siempre: priistas, perredistas, etc., etc. para demeritar la valoración y el análisis. El ejercicio de la política inicia con el respeto de la opinión del otro. Cuidado y nos quemamos. O se desata un baño de sangre. Lo que en verdad está en juego es el proyecto de país que se desea, no el personaje que, dicen las encuestas, va punteando. Las candidaturas independientes para el 2018 representan espejismos, falsos silogismos de colores. Cuidado con que perdamos ese modelo democrático de país. Conviene reorientar el ejercicio de la política con sensibilidad social, lealtad y honradez. Un país cuyo desarrollo se realice con transparencia y rendición de cuentas por parte de los funcionarios de todos los niveles de gobierno es lo deseable.

15.-¿Qué opinas sobre los premios literarios?

– Son importantes porque te permiten comer bien mientras dura el monto del premio. Sirven para ampliar tu ficha curricular. Octavio Paz, y lo precisé cuando me otorgaron el Premio Chiapas en Artes 2015, dijo que un premio no es garantía de calidad ni de inmortalidad. La literatura, la poesía, no debe ser un trampolín para escalar puestos. Ni mucho menos para sentirte un ser superior y pretender levitar, como hacen muchos que luego de obtener el Premio Nacional de Chayotitlán ni te responden el saludo. O se ponen de poses cuando participan en esas pasarelas de Egos llamados “Encuentros literarios”. Y conste que lo señalo pese a que mi ficha curricular exhibe varios galardones, bien ganados. Eso sí.

16.- ¿Crees en la política?

– Creo en la libertad de elección, que significa legitimidad. Creo en la representación política, que surge de las prácticas institucionales generadas por la Constitución y que dieron paso al moderno Estado de derecho. Así se hace válido el derecho positivo como expresión de la autoridad política regulada. Potestad y derecho son expresiones legítimas de acceso al poder. Y se basan, definitivamente, en la libertad. La legitimación del poder tiene lugar con la división y separación de poderes a fin de limitar, y regular, el ejercicio de ese poder. De otra manera, se cae en regímenes autoritarios. O, como en el caso actual de nuestro país, en la desfachatez, abuso, corrupción e impunidad. El problema es el sistema de partidos que padecemos. Y la carencia de cultura política de la población. La supuesta “democracia” mexicana es la más cara del mundo. Y los políticos, los más sinvergüenzas. Decir político corrupto es caer en el pleonasmo. Pero decir político corrupto mexicano es llegar al abuso lingüístico, caer en tautologías.

17.- ¿Alguna vez te has afiliado a un partido Político, por qué?

– Después del bazukazo, a finales de julio de 1968 (cuando irrumpió el ejército estaba en la oficina del director de la Preparatoria de San Ildefonso, como representante de grupo; ahí me detuvieron; incluso salí en la primera plana de El Heraldo de México y en otros diarios), la señora de la tiendita donde nos comunicaban por teléfono me pidió dos fotografías tamaño óvalo. A la semana me entregó una credencial de la Confederación Nacional de Organizaciones Populares (CNOP) del PRI, para que ya no tuviera problemas. Por supuesto que mientras duró el conflicto siempre estaba un vehículo blanco, sin placas, afuera del edificio donde vivía. La famosa credencial jamás sirvió de amparo ni mucho menos de escudo protector. Luego, me fui a Chiapas. Después ocurrió lo del 2 de octubre.