El viaje en Balandra
|Erato. Musa de la poesía lírica
Página Nómada
Eduardo Cerecedo
Si la poesía sirve para sanar el espíritu o para atormentarlo aún más. Pues que cada lector tome lo suyo en estas voces disímiles entre autor y autor. Aquí la muestra de lo que se hizo en el taller Virtual de “Poesía para volar” que convocó la Universidad Nacional Autónoma de México desde abril de 2020. Gracias a la directora de Literatura la Mtra. Ana Elsa Pérez Martínez, a la Dra. Adriana Cortés, Coordinadora de Actividades Literarias y Difusión, a la Mtra: Aglae Vaquera Méndez , Coordinadora de la Unidad y Promoción Cultural y Divulgación de la Ciencia en FESI. Algunos alumnos terminaron para bien sus cursos. Pero ahora de nueva cuenta se inscriben en el taller que dio inicio en septiembre de este mismo año para verlo culminado en el presente enero, de 2021. Agradezco a los tallereados que son de distintos Estados del país, su insistencia en la lectura, los ejercicios, sobre todo la paciencia para soportar a este enseñador de palabras, de lecturas y de poetas. De aquí estoy seguro, saldrán más de cuatro poetas que harán bien a la poesía que se escribe en México. Un abrazo a los firmantes, vaya pues la patada literaria a manera de bautizo en este andar de las letras.
DE LOS ESPACIOS
Fredi Everardo Correa Romero
Cubo de luz
me contienes en tu pequeño universo.
La sombra va cayendo sobre la pared,
robando el brillo a las distraídas flores.
El eco de los grillos
me da la bienvenida.
Extraño el calor
pero no tengo cerillos para incendiar mis huesos.
Los astros miran tras las rejas,
murmurando todo aquello
que la tarde
dejó pendiente.
FREDI EVERARDO CORREA ROMERO. México, Distrito Federal, 1976. Y desde el 2011 reside en la Ciudad de León, Guanajuato.
CARACOLA
Alejandra Ruiz Terán
Guardas sonidos
en tu corazón agua,
tus colores azules
mis sueños.
Al amanecer
espumas bañan
sirenas de espuma.
Pronto la red las cubrirá.
Caracola no te alejes de mis ojos.
ALEJANDRA RUIZ TERÁN. Iguala, Guerrero, 1954.
CARACOLA
Esther Martínez Mancilla
En la caracola
de mis pensamientos
gira el viento,
cierro los ojos
y la escena cambia.
BALANDRA
Golpeada por el aire
la balandra cruza el cielo,
sus sueños se pierden en las estrellas.
ESTHER LEOBARDA MARTÍNEZ MANCILLA. México, Distrito Federal, 1971.
BIBLIOTECA
Ernesto Santa Ana
En mi biblioteca -yo derramé la tinta-
pero tomé la noche;
aquí está mi cama
tejida con poemas de Rimbaud,
camastro donde hace coito la palabra,
olor a encino y libros,
parnaso de Stevens y Rilke;
de este muelle parte de madrugada
Charlie Marlow,
siempre es agosto en la biblioteca,
y cuando leo, luciérnagas y tormentas
se posan en mi corazón.
ERNESTO SANTA ANA TELLO. México, Distrito Federal, 1977.
I
La noche sumisa
vuelve a mí
como enamorada,
a media luz
como el que escapa
de la muerte
con los restos
cosidos al cráneo.
La noche transfigura la ruina
ahí donde sufre más
la espera que la respuesta.
La noche abre
su cuerpo para deslizar
la música a través
de cuerdas frenéticas
bajo el arcoíris.
EDMUNDO RODRIGO CAZAREZ ÁLVAREZ. México, Distrito Federal, 1993.
METAMORFOSIS
Andrea García
Tú, caracola:
que has sido caminante
de mi rumbo,
para volver al mar,
Un te amo al viento…
transforma tu ser,
cambiando el destino.
Tu caparazón etéreo.
¡Un poema con alas!
ANDREA GARCÍA. México, Distrito Federal, 1987.
RELATIVO
Edgar Zárate
De tiempo pasado
reflejo de luz
de lo que ves:
he sido.
ETERNO
Pidió del cielo
ser etéreo.
Nacer sin cuerpo.
EDGAR ZÁRATE. México, Distrito Federal, 1989.
TROZOS DE CORONA
Juan Pineda Olvera
Espejo silente,
pupilas oxidadas,
tiempo sin caricias, rayos de sol.
Años de más, compás de espera.
Tristeza desborda
olas de desesperanza.
Nieve, incertidumbre,
sepultura, vorágine, deseos.
Aquí otra vez,
mírame desafiante, corazón abierto
ávido,
cambiando curso de los ríos.
Ven, tócame, robaste lo que más quería.
Soy recién nacido, estrenando primer suspiro.
Al horizonte,
almas vagando entre tinieblas,
abrazos extraviados
despedidas.
Sin calor, sin vida,
lechos vacantes.
Cuánta pesadilla, soledad, disnea.
Cuándo esto termine ¿Qué balance?
Tantos amigos, ocaso vacío de adioses
alarido de pulmones sangrantes.
Cuánta pena, ¡oh gran dolor!
No descansaré
enemigo invisible,
golpe a contraluz,
daga en desgarro de presumido porte,
infortunio, genes malnacidos
falso brillo de diamantes
ilusa corona, insensible corazón.
JUAN PINEDA OLVERA, San Juan Teotihuacán, estado de México, 1957.
ROSARIO
Paulina Grimaldo
Mi abuela lo había advertido,
calmoso aguarda el abismo.
De vuelta a la tierra sin orden.
De vuelta a la tierra vacía.
Al tajante dictamen
de luz y tinieblas primitivas.
Tierra sin tránsito
ya se ha desbaratado el pavimento
lo contiene ahora, vuelto cenizas,
un frasco hermético no acoge su aliento.
¿Ya para qué? Me reprocha la vieja,
ha dejado de darle vuelta a la hoja
que marca la fecha.
Qué importa que haya tirado el calendario.
Si de su tallo débil aún cuelga
su liviano rosario.
PAULINA GRIMALDO. México, Distrito Federal, 1994.
Hodek Mealtrom García Tavera
III
Por la acera me encuentro
pasajes inconclusos de la memoria,
un escalón ajeno
gris del tiempo:
la totalidad de los rasgos me enajenan.
HODEK MEALTROM GARCÍA TAVERA. México, Distrito Federal, 1995.