“El secreto de la esperanza”

VIVIR CON ESPERANZA

Por Jacinto Rojas Ramos

“El secreto de la esperanza”

En estos tiempos tan duros, de abatimiento en muchas áreas a nivel mundial y personal, es muy fácil sentirse desanimado, ansioso, angustiado, hasta perder los ánimos y la esperanza.

El mundo nos ha enseñado en poner nuestra esperanza en el dinero, nuestras capacidades o talentos, en el status, en el poder, en la manipulación, en bienes, en amigos, en líderes políticos, en la familia, pero al final de cuentas nos hemos sentido decepcionados y hasta frustrados, y muchos a tal punto de caer en depresión y otros, hasta el suicidio.

Es necesario que volvamos a Dios y nos pongamos en sus manos, su Palabra dice: «… No estés triste: la alegría de Yahvé es nuestra fortaleza«, (Nehemías 8,10). Si bien es cierto que muchas circunstancias adversas no acabarán, lo que sí podemos estar seguros es que estando en las manos de Dios, él hace ligera nuestra carga, nos da paz, fuerza y esperanza para seguir adelante.

Son muchas las promesas en la Biblia que nos hablan de esperanza si dejamos que Dios tome el timón de nuestro barco, por ejemplo:

«Pero los que esperan al Señor tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán«, (Isaías 40, 31).

«Porque el reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo«, (Romanos 14, 17).

El Rey David, quien era un hombre de Dios, vivió también circunstancias adversas y cuando se le acercaba el espíritu de abatimiento para intentar robarle su destino, David en seguida se ponía firme y se decía: «por qué te abates oh alma mía, por qué te turbas dentro de mí, espera en Dios porque aún he de alabarle, salvación mía y Dios mío«, (Salmo 43,5).

David tenía su esperanza puesta en Dios, sabía que él le daría la salida, que Dios es fiel a sus promesas y que cumpliría su destino. Así que debes levantarte, dejar el lamento, la queja y el llanto; debes decirle a tu alma y a tu espíritu que Dios es más grande que cualquier situación o problema.

Cuando lees la historia de los primeros apóstoles después que Jesucristo ascendió a los cielos, sus vidas fueron atribuladas, perseguidas hasta el encarcelamiento o la muerte, y a pesar de todo esto, ellos conocían al Dios real y la esperanza de los apóstoles estaba puesta en él. Los discípulos no se detenían; en el libro de los Hechos de los apóstoles 13, 52, podemos ver el por qué: «Y los discípulos estaban llenos de gozo y del Espíritu Santo«. Su esperanza en Dios les daba ese gozo para seguir adelante y cumplir cada cual su destino.

Poner la confianza en Dios te llena de gozo, paz, fortaleza y esperanza. Dios promete librarte de la desesperanza, del abatimiento o desánimo, lo dice en Isaías 61,3: «Manto de alegría en lugar del espíritu angustiado«.

Dios tiene el control, la esperanza en Dios no está sujeta a las circunstancias, hace que los acontecimientos se sujeten a él. Es una elección, es tu decisión poner tu esperanza en Dios en estos momentos de prueba, de dolor y de mucha tristeza.

rrjacinto_9@hotmail.com