Restauración tras sismos; esplendor y memoria de monumentos

  • Ayer comenzaron los trabajos en el Teatro de la Ciudad de México Esperanza Iris y en el Panteón San Fernando; el presupuesto asciende a seis millones de pesos.

CIUDAD DE MÉXICO.

A 41 meses de que el Teatro de la Ciudad de México Esperanza Iris y el Museo Panteón San Fernando resultaran afectados por los sismos de 2017, las autoridades federales y locales iniciaron ayer ambas restauraciones con un presupuesto de seis millones de pesos para ambos inmuebles históricos.

Así lo detalló José Allard Contreras, subdirector de Conservación, Regulación y Mantenimiento de Inmuebles de la Secretaría de Cultura de la CDMX, quien afirmó que con estos recursos “se espera recuperar el esplendor de ambos inmuebles y conservar la memoria histórica de ambos edificios”.

Al Teatro Esperanza Iris se le destinarán 2.5 millones de pesos, en una primera etapa, para realizar trabajos de restauración –a cargo de la empresa CAV Diseño e Ingeniería– en la fachada de estilo neoclásico del inmueble, considerado Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Unesco, desde 1987, el cual fue inaugurado el 25 de mayo de 1918, con la asistencia del presidente Venustiano Carranza, con lo que este año cumplirá su 103 aniversario.

Por su parte, el Museo Panteón San Fernando es definido como uno de los espacios más emblemáticos de Centro Histórico, que conserva las tumbas de políticos, militares, gobernantes y grandes personalidades de la sociedad mexicana del siglo XIX como Vicente Guerrero, Ignacio Comonfort, José Joaquín Herrera, Martín Carrera, Benito Juárez, Francisco Zarco y Miguel Miramón, entre otros.

Para este segundo espacio, se destinarán 3.5 mdp para su restauración –asignada al restaurador Fausto Olivares–, que incluye limpieza, recuperación de piezas y ornamentos decorativos, además de sus aplanados y algunas consolidaciones.

La primera etapa de trabajo en el Teatro Esperanza Iris terminará en junio; la segunda, para arreglar el domo, será hasta 2022

FACHADA HISTÓRICA

En la primera etapa del Teatro Esperanza Iris se atenderá su fachada superior, detalló Allard Contreras, donde se detectaron problemas en cornisas y balaustrados que forman la parte superior de la fachada, a causa del sismo de 2017, así como algunas puntas separadas, piezas rotas y junturas que se deben consolidar.

Al respecto, Ramón Velázquez, director de CAV Diseño e Ingeniería, abundó en los trabajos: “Seremos los responsables de esta primera etapa en la fachada del teatro. Afortunadamente, no son daños drásticos ni estructurales, sino algunos agrietamientos superficiales, fisuras y la recuperación de elementos decorativos que componen los óculos, cornisas, particularmente en el remate superior de la fachada”.

La tarea, abundó, “será reintegrar su estereotomía y reintegrar su forma original, utilizando materiales compatibles con los originales. Así es que en la primera etapa de la intervención se atacarán esos daños y habrá otros elementos que habremos de restituir. Además, como los daños tienen algo de tiempo, ha crecido flora parásita en las grietas que debe ser removida y revisar las balaustradas que se fisuraron y deterioraron ante las inclemencias del tiempo”.

De momento, añadió Velázquez, “hemos iniciado trabajos preliminares con una inspección detallada ahora que hemos montado los andamios, para así afinar los criterios establecidos en el proyecto. Y realizaremos calas en la pintura y en los elementos decorativos para tomar decisiones sobre las consolidaciones que debemos hacer”.

Sin embargo, en su apreciación, la fachada, en 102 años de historia, “se ha mantenido prácticamente con su originalidad y ha registrado pocos cambios, así que nuestro objetivo será alcanzar el buen funcionamiento de la fachada, todos sus elementos arquitectónicos y recuperar su esplendor y belleza”.

Allard Contreras también habló sobre la segunda etapa que requerirá el teatro. “El teatro necesita dos etapas. Ayer inició la primera, sobre la fachada, la cual deberá concluir entre mayo y junio próximos, aunque la segunda será para atender la restauración de su domo principal y otros elementos decorativos (interiores) que también presentan fisuras”.

Sin embargo, reconoció que esa etapa deberá realizarse en 2022, dado que depende de la gestión de recursos ante el Programa Nacional de Reconstrucción (PNR), que lleva la dirección de Sitios y Monumentos de la Secretaría de Cultura federal.