FISCALÍA JUARISTA

AL PIE DE LA LETRA

Raymundo Jiménez

FISCALÍA JUARISTA

Aunque el gobernador Cuitláhuac García y el secretario de Gobierno, Eric Cisneros, han reiterado que el caso del exdirigente perredista Rogelio Franco Castán no tiene ningún trasfondo político. Lo cierto es que la Fiscalía General del Estado (FGE) se está viendo muy selectiva al procurar justicia con un doble rasero.

Y es que mientras al exfuncionario yunista, a quien pretendían detener por presuntamente  haber golpeado a su exesposa,  terminaron encarcelándolo sólo por «ultraje a la autoridad», la FGE que encabeza Verónica Hernández Giadáns no ha actuado con la misma diligencia del delegado de los Programas Federales , quien desde hace casi seis meses fue denunciado penalmente por el delito de violación.

Como se recordará, el 5 de octubre del año pasado el súper delegado fue acusado por Martha «N», quien en conferencia de prensa se presentó como «Martha-254», por el número de la carpeta de investigación abierta por la FGE, que es la 254/2020.

Roberto Rodríguez Cruz, abogado de la víctima, se quejó en esa ocasión que la Fiscalía ha sido omisa en las diligencias, al grado que la carpeta de investigación está estancada. El litigante denunció que desde la FGE hay un claro boicot para dejar este abuso sexual en total impunidad pues ni siquiera ha citado a declarar al acusado.

En la conferencia, Martha «N» expuso que el abuso sexual se registró en septiembre de 2019. Sin embargo, dijo que los dos abogados que antes había contratado se resistieron a interponer la denuncia en contra del funcionario por miedo al poder del exdirigente estatal de Morena, quien presumía haber trabajado con López Obrador desde que el tabasqueño fue Jefe de Gobierno de la Ciudad de México.

«No he sido la única mujer que ha sido violentada por el delegado federal», acusó a Martha «N», quien exhortó a las demás víctimas a ponerse en contacto con su abogado para interponer una denuncia colectiva y que «no haya impunidad».

Martha «N» aseguró que lo conoció a través de una solicitud de amistad por Facebook. «Me preguntó si sabía quién era. La verdad yo no tenía ningún contacto con esta clase de personas. pero ya después enseñó otra cara, que es la de violador «, acusó Martha» N «.

Casi cuatro meses después, el 11 febrero de este año, el presidente del Foro Liberal de Abogados, Roberto Rodríguez Cruz, dio a conocer otro caso de presunta tentativa de violación a una mujer originaria de Las Choapas por parte del funcionario, la cual fue identificada como «Carmen 209».

Pero en la FGE parecen seguir al pie de la letra la sentencia atribuida al expresidente Benito Juárez: «A los amigos, justicia y gracia; a los enemigos, justicia a secas».

FRANCO: FALSO MÁRTIR

Si alguien revisa la trayectoria política de Rogelio Franco Castán, difícilmente encontrará historias o acciones que lo destaquen más como un auténtico luchador social que como golpeador de mujeres.

Su caso, como el de muchos políticos veracruzanos de las más recientes camadas, es el de un hombre afortunado que aprovechó las circunstancias para escalar en la política estatal y enriquecerse con acuerdos bajo la mesa con los gobernantes en turno.

Primero tuvo la suerte de servirle como chofer a Arturo Herviz, un líder cañero de la zona de Los Tuxtlas que desde la sucesión presidencial de 1988 trabó relación con Cuauhtémoc Cárdenas y posteriormente con Andrés Manuel López Obrador, a quien acompañó en su marcha por la democracia en 1991 ante el fraude electoral en su primera contienda por la alcaldía de Ángel R. Cabada.

Por Hérviz –quien fue diputado local, federal, senador y candidato del PRD a gobernador–, Franco llegó hasta la dirigencia estatal del partido del sol azteca, cargo al que le sacó una enorme raja política y económica con la presunta negociación de candidaturas, cuando dicho instituto político aún no se devaluaba tanto ante el electorado veracruzano.

De hecho demostró haber sido un buen alumno de Herviz, quien en la sucesión estatal de 1998, cuando el PRD encabezaba las encuestas con Ignacio Morales Lechuga como aspirante a la gubernatura, el líder cañero se prestó al boicot para vetar al exprocurador general de la República, favoreciendo obviamente al abanderado del PRI, Miguel Alemán Velasco.

Por mera coincidencia, en el sexenio alemanista el patrimonio de Herviz creció inexplicablemente.

Como dirigente estatal del PRD, Franco emuló las mismas prácticas de su exjefe.

Durante más de doce años consecutivos ha controlado directamente o a través de cómplices la dirigencia perredista, desde el sexenio del exgobernador priista Fidel Herrera hasta la administración de Miguel Ángel Yunes Linares, del PAN, quien en 2016 le entregó la Secretaría de Gobierno en pago a su férrea lealtad, pues resistió fuertes presiones del gobernador saliente Javier Duarte, que intentó por varias vías abortar la coalición de Acción Nacional con el PRD.

Por el voto del perredismo veracruzano, Yunes Linares logró sacarle más de 120 mil votos de ventaja al candidato priista Héctor Yunes Landa, su primo hermano que quedó en segundo lugar.

A Franco no pudo persuadirlo ni Erick Lagos Hernández, su excompañero de la Facultad de Derecho de la Universidad Veracruzana, quien primero, como secretario privado de Herrera Beltrán, lo acercó con el cuenqueño cuyo primer acto de gobierno fue la firma de un pacto con todos los partidos políticos para legitimar su desaseada elección.

Con Lagos, Franco tuvo dos sexenios de bonanza política y financiera, pues en esos 12 años su amigo detentó un gran poder: fue un influyente diputado local, coordinador de los diputados federales, dirigente estatal del PRI, y subsecretario y secretario de Gobierno. En pago, el tuxpeño evitó que Yunes persiguiera penalmente a Erick, como a otros exfuncionarios duartistas.