NO ES TU IMAGINACIÓN, LOS PERROS SABEN HACER CARITA TRISTE: LA CIENCIA LO EXPLICA

Si crees que tu lomito pone una cara triste para suavizar el castigo cuando hizo una travesura, no es tu imaginación; los perros en realidad aprendieron a manipular a los humanos con las expresiones faciales.

Los perros tienen una forma sencilla de conseguir lo que quieren o de librarse de los regaños cuando hicieron alguna travesura: la mirada triste de cachorro.

A pesar de la creencia popular de que los perros no pueden expresar lo que sienten con los humanos, en realidad hay maneras comprobadas científicamente de que sí pueden hacerlo

Un estudio científico reveló que la rasgos faciales de los perros evolucionaron para facilitar la comunicación.

Los resultados indican que los perros tienen músculos oculares más grandes, resultado de la domesticación, que ocasionan que los animales sean más comunicativos.

El estudio dice que los perros aprendieron a mover los músculos de la cara específicamente cuando tienen que interactuar con los humanos para conseguir algo o pedir ayuda, por lo que el contacto visual es importante.

En 2017, la investigadora Juliane Kaminski, del Centro de Cognición Canina de la Universidad de Portsmouth, descubrió a través de un experimento que el comportamiento de los perros cambiaba con la presencia de humanos.

La observación de los perros consistió en notar las diferencias de las expresiones faciales cuando les daban comida. De esta manera, Kaminski descubrió que los perros movían los músculos faciales cuando estaban cerca de un humano con una golosina, pero no cuando estaban solos.

El hallazgo llevó a la investigadora a realizar un estudio más profundo sobre la evolución canina; por lo que comparó los músculos de los perros actuales con los de sus ancestros.

Kaminski encontró que los perros desarrollaron un músculo alrededor de los ojos que les permite elevar la parte interna de la ceja.

Ese músculo está presente de manera uniforme en los perros, pero no en los lobos. Esto ocasiona que el comportamiento de los perros esté asociado al movimiento del músculo específico.

«Curiosamente, este movimiento aumenta el pedomorfismo y se asemeja a una expresión que los humanos producen cuando están tristes, por lo que su producción en perros puede desencadenar una respuesta cariñosa», dice el estudio.

Según la investigación, el movimiento de las cejas en los perros se asemeja a una forma humana infantil, lo cual provoca que, instintivamente, los humanos sintamos ternura y queramos cuidar de los animales cuando vemos su expresión.

Gracias a la domesticación, los perros aprendieron que, al hacer ese movimiento, los humanos tenemos mayor preferencia hacia ellos o somos más cariñosos y empezaron a utilizar la expresión con frecuencia.

La investigación sugiere que la ternura de los perros no es una casualidad, pues el gesto les permite ser más comunicativos que otros animales domésticos o incluso que los chimpancés.

Así que la próxima vez que tu perro ponga su cara triste, en realidad eligió el momento para hacerlo y convencerte con la mirada.