EL COMETA HALLEY, CIELO EN LA ÓPERA; ALFONSO MOLINA CREA PIEZA

  • El compositor mexicano Alfonso Molina creó la ópera en un acto ‘La estela invisible de Halley’, que estrenará en 2022.

CIUDAD DE MÉXICO. El compositor mexicano Alfonso Molina (Sonora, 1980) creó la ópera en un acto La estela invisible de Halley, que estrenará en 2022, donde explora el paso del cometa y el efecto que pudo causar en personajes como Moctezuma, Sor Juana Inés de la Cruz, Carlos Sigüenza y Góngora y el jesuita Eusebio Francisco Kino.

Molina, quien ya estrenó su primera ópera Illegal Alien (2014) en escenarios de Arizona, Boston y en el Festival de Álamos, Sonora, participó hace unos días en el diplomado virtual de Ópera Mexicana –diseñado por la investigadora Enid Negrete– y reconoció en entrevista que hasta el momento no ha tenido apoyo del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBAL) ni ha sido invitado al palacio de mármol.

Esta ópera es un viaje por el tiempo que inicia con un prólogo sobre un hombre común que habla sobre la mirada y la raíz profunda que nos une al observar ese cuerpo celeste. Lo interesante del Halley es que éste ha aparecido en distintos momentos de la historia universal, pero me limité a narrar lo que pudo suceder en México”, detalla a Excélsior.

Y dentro de esas apariciones “lo contempló el jesuita Eusebio Francisco Kino, que es importante para mí porque nací en Sonora, así como el intelectual novohispano Carlos de Sigüenza y Góngora, la poeta Sor Juana Inés de la Cruz y hasta se sabe que hubo un juicio al cometa en 1680 y 1681, que también es fascinante. También lo vio Moctezuma, en 1511, augurando la caída del Imperio azteca, y al inicio de la Revolución mexicana”, abunda.

El compositor asevera que la pieza no es lineal, aunque sí está basada en hechos reales, “así que increíblemente también la podemos entender como una ópera de ciencia ficción, ya que narrativamente es un viaje por el tiempo y, literalmente, por el espacio, que toma como punto de partida la metáfora de la aparición del cometa Halley en México, presenciado en 1986 y que quedó en el subconsciente del mexicano”, comenta.

La ópera arranca en el año de 1986, cuando un ciudadano del siglo XX narra la aparición del cuerpo celeste en México. “Recordemos que muchos de nosotros tendremos la posibilidad de volver a ver el Halley, si la vida nos da licencia, en 2061. Así que el libreto retoma ese lazo imaginario que se crea entre presente y futuro, en una especie de margen que nos da la vida para ver cómo evolucionamos, dónde estábamos antes y qué es lo que sucederá cuando vuelva a pasar”.

Al final, asevera, la obra vuelve sobre ese hombre común que puede ser uno de nosotros, mientras observa el cielo y espera que cuando vuelva tengamos otras circunstancias de país, con más justicia y prosperidad.

Cartel de la ópera  La estela invisible de Halley, del sonorense Alfonso Molina.

¿Qué requerimientos técnicos necesitaría su montaje? “Es una ópera de cámara con instrumentación tradicional, en el sentido de que tiene sección de cuerdas, maderas, dos flautas, dos oboes y dos clarinetes. Puede haber otras versiones, pero de inicio tiene un acento importante en las percusiones e incluye sonidos electrónicos. La orquestación es convencional, pero la música tiene suspensiones, algunas cuestiones cromáticas y predomina un aire de ciencia ficción”.

¿Por qué le interesó el término Illegal Alien? “Hay algo interesante y es que el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ordenó quitar ese nombre de todos los documentos oficiales, es un término que ya no puede existir en ningún documento porque siempre me pareció peyorativo, insultante y no va a existir”.

Molina también es autor de la ópera Cartuchos de fuego, aún inédita, que está basada en el rastreo de las balas en México; y del ciclo de canciones en formato de miniópera Corazón de naranja cada, día basado en la obra del poeta Abigael Bohórquez.

Finalmente, asegura que “la ópera del siglo XXI debe ser subversiva, alterar el orden establecido o bien el statu quo del tejido social de forma activa, arbitraria y además lograrlo de modo espontáneo.

En ocasiones es posible que incluso cierta temática sea dolorosa, ya que pretende despertar la conciencia del escucha, encontrar puntos de unión y tolerancia. A veces la temática puede discurrir por temas políticos que polarizan y provocar opiniones contrariadas. Sin embargo, esto es con la intención de rescatar lo más positivo e inclusive poético de nuestro tiempo, para crear conciencia e intentar unir polos opuestos”, concluye.