Corín Tellado, la escritora que ahora veremos en pantallas
|- Dijeron que su literatura era menor pero su público era enorme. Ahora los derechos de la autora del amor fueron comprados por Telemundo.
Corín Tellado.La autora y algunos de sus libros. Foto: EFE
Daniela Pasik
Andrea ya no habla. Su psiquiatra, Frank, intuye que hay algo más. Soltero empedernido, queda cautivado por el misterio a resolver, pero también lo moviliza la belleza de su paciente. Pone todo en juego, su carrera y su escepticismo en el amor, para ayudarla. Más o menos por ahí va la trama de No está loca, una novela de 1980 de Corín Tellado, la autora española que para ese entonces estaba en la cima de su carrera, en la cresta del best seller, y sin embargo no veía reflejado en dinero su súper éxito mundial.
La escritora más leída de lengua hispana después de Miguel de Cervantes según la UNESCO, nunca tuvo asesor comercial o agente literario. Eso le trajo muchos problemas, no sólo económicos.
Por ejemplo, tuvo un gran conflicto con la editorial Bruguera cuando quiso rescindir su contrato de exclusividad en 1964. Fue a juicio y perdió, después de casi una década de demandas, y no solo tuvo que volver al sello, sino también pagar una indemnización millonaria.
Cumplía casi todos los requisitos para el ninguneo: escritora mujer a mediados del siglo XX, dedicada al género rosa. Primero la crítica decía que su literatura era menor. Después desde una mirada más moderna, que ella, como su género, estaba desactualizada.
Pero Corín Tellado fue sorteando todos los prejuicios. Cuando el Guinness World Records la designó en 1994 como la autora que había vendido más libros en español hacía rato que ya era la reina sin corona de la novela romántica.
A los 73, a la web
En medio al terror mundial por un posible colapso informático en el cambio de milenio, a los 73 años Corín Tellado –ya libre de exclusividades- publicó por primera vez una novela en la web, Milagro en el camino. Desde entonces, gran parte de su obra se consigue online. Tampoco hizo una fortuna. Pero fue visionaria y trabajó, y publicó, hasta su muerte, el 11 de abril de 2009, después de sufrir un infarto cerebral.
Ahora, la cadena Telemundo le compró a la editorial Planeta los derechos de 4000 de sus libros para adaptarlos a series y miniseries.
Todas esas historias de amor, drama, traiciones, misterios y romance van a terminar trasmitiéndose por plataformas de streaming digital como Peacock, Netflix, Amazon y HBO. Finalmente, y posmortem, le llegará el rédito económico.
En la contradicción
Ella misma podría ser, de alguna forma, un personaje salido de una de sus novelas. Y también no. Corín Tellado vivió, y escribió, en la contradicción constante.
Lo único estable, coherente y que siguió un patrón, fue su potencia de trabajo. Podía escribir una novela en dos días. Aunque son cortas, de poco más de cien páginas, eso no le quita mérito.
No sabía cocinar, ni siquiera le gustaba comer. Tampoco tenía mucha vida social. Decía que no se aburría nunca estando sola.
Empezaba a trabajar antes de que saliera el sol. Frente a la hoja blanco en la máquina de escribir primero, en la computadora años más tarde, siempre con su paquete de cigarrillos a mano. Y ahí seguía, cada día, absorta entre el humo y su tipi tapa, envuelta en romances, intrigas y entregas.
Su primera novela, Atrevida propuesta, la escribió a los 16 años. Su intención era ayudar con la economía de su casa después de la muerte de su padre en 1945. Y lo hizo.
La historia de Rosa María, que al quedar huérfana termina viviendo con una familia de nobles como pupila, tuvo una gran aceptación del público después de que la publicara Bruguera. Podría ser una modernización a la vez inocente de Las relaciones peligrosas, el clásico de Pierre Choderlos de Laclos, de 1782, en el que se basó la película de 1988.
Hay un conde que por una apuesta con sus amigos se propone romper el compromiso de una joven, pero que en este caso no es tan víctima, aunque el final es igual de inesperado.
Desde 1947, Corín Tellado fue contratada por la editorial para entregar una novela por semana.Y así comenzó, entre un acuerdo leonino y una imaginación desbordante, su prolífica obra.
«Harta de pagar las bodas de sus familiares», según declaró alguna vez, se casó en 1959 con Domingo Egusquizaga Sangroniz, con quien tuvo a Begoña y Domingo. Se separó tres años después, crió a sus hijos sola y nunca volvió a estar en pareja.
El nombre completo de Corín (apócope de Socorrín) era María del Socorro Tellado López. Nació el 25 de abril de 1927 en un pueblo de Asturias, España. Cuando terminó la Guerra Civil, su padre, que era marino mercante, fue ascendido a primer oficial y la familia se mudó primero a Bilbao y después a Cádiz.
En el sur andaluz finalizó sus estudios. Ella se definía como “una niña muy tímida”, pero sus viejas amigas la recordaban audaz, la que se iba a andar en bicicleta, la que escapaba para fumar cigarrillos a escondidas.
A los 24 años se fue a vivir a Gijón, donde pasó el resto de su vida. Recién llegada, comenzó a trabajar en la revista femenina Vanidades, donde colaboró durante más de cinco décadas. Ahí conoció a Guillermo Cabrera Infante, que en ese entonces era el corrector dela publicación, y que más tarde dijo que la influencia de Corín le resultó decisiva en su posterior carrera como escritor. “Una ingenua pornógrafa”, así la definió una vez.
Entre la inocencia y la astucia, Corín forjó un estilo que esquivaba la censura de la época, sin perder por eso su objetivo ardoroso y apasionado. No especificaba casi nunca el marco histórico en sus historias, que además solían suceder fuera de España, muchas veces en Estados Unidos. A la hora del sexo, metía a sus protagonistas en una habitación y dejaba la acción sugerida, inducida, pero librada a la imaginación de quien lee.
En 1977 estrenó la radionovela Lorena, la historia de una trabajadora sexual, que fue censurada, pero por sus alusiones políticas. Entre 1978 y 1979, bajo el seudónimo de Ada Miller Leswy y después solo Ada Miller, publicó 26 novelas eróticas de bolsillo que simulaban ser traducidas del inglés. Libros pequeños, fáciles de esconder, con tapas pobladas por doncellas semidesnudas y mancebos musculosos.
Era realmente inocente. Le gustaba ver la tele, charlar con sus vecinas. De ahí sacaba muchas ideas para sus novelas. Pero también fue decididamente astuta. Amaba a Oscar Wilde y leía fanáticamente a Gabriel García Márquez.
La conjunción de esos dos mundos que encarnaba, quedó expresada en su punto máximo en junio de 1981, cuando Mario Vargas Llosa la entrevistó en el programa La torre de Babel, de la televisión peruana.
Entre otras perlas, la señora dijo en esa charla “desde que soy independiente soy feminista”, y también explicó: “yo adorno con fantasía las realidades”.
Vargas Llosa, en aquel momento, discrepó y la halagó con condescendencia: “Corín es una mujer amable, empeñosa, sin pretensiones, una escritora que no tiene conciencia exacta de su influencia en su legión de lectores. Pero, para bien o para mal, durante treinta años ha sido la encargada de satisfacer nuestro hambre de irrealidad”.
Corín Tellado fue traducida a 27 idiomas. Escribió también relatos, cuentos infantiles y dejó tres novelas inéditas.
De su obra prolífica hay solo una película, de 1969, Tengo que abandonarte, dirigida por Antonio del Amo, que pasó en su momento por los cines sin pena ni gloria.
Casi tres décadas más tarde de aquella entrevista, después de la muerte de la escritora, Vargas Llosa finalmente tuvo que acordar con la autora –aunque se encargó de destacar no haberla leído aún- y la calificó como «un fenómeno sociológico y cultural cuyas obras hicieron soñar a millones de mujeres en España y América Latina».
Y ahora, además, va a explotar en todas las plataformas de streaming.