EL SERVICIO DE TAXIS LIBRES, UN COCHINERO, TARIFAS CARAS Y SIN NINGUNA VIGILANCIA
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RAUL GONZALEZ RIVERA
EL SERVICIO DE TAXIS LIBRES, UN COCHINERO, TARIFAS CARAS Y SIN NINGUNA VIGILANCIA
Ahora que la competencia ha elevado el número de centrales de taxis controlados, los “libres” operan bajo condiciones verdaderamente infames.
Sus unidades apestan, difícilmente las lavan y sus choferes, salvo honrosas excepciones lucen sucios, sin bañarse, lo que provoca que los usuarios prefieran al servicio que presta el radio taxi, en el mejor de los casos.
Cuestionados algunos de los conductores de estos taxis que se dicen libres, porque no están sujetos a ninguna llamada telefónica, ni central que lo apadrine, refieren que no les queda de otra. Los concesionarios de estas unidades, con motivo de la pandemia, redujeron de dos a uno, los conductores de sus automóviles, los cuales tienen bajo su encargo dichas unidades en duras jornadas hasta por 16 horas diarias.
Generalmente, son vehículos que pueden enfrentar fallas mecánicas que van desde las más sencillas como un ponche de neumáticos, hasta las que tienen que ver con el sistema de frenos defectuoso, la dirección fuera de su normalidad y a sus choferes, les falta tiempo para poder lavar sus vehículos.
El descontrol que existe en la coordinación o atención de este que es uno de los servicios públicos, que más afecta a los usuarios es la falta de una tarifa autorizada por la dirección de tránsito y transporte público. El grueso de taxistas, impone el cobro de dejadas como mejor le acomoda. Las que cobran los taxistas libres suelen ser anárquicas, ya que el conductor del taxi las aplica a su antojo.
El servicio del taxi a los usuarios, es de los peor calificados que se ofrecen en la entidad veracruzana. Carecen estas unidades de un orden en sus colores, ya que algunos son rojo y blanco del sexenio de Fidel Herrera y otras de color verde, ordenado por el gobierno de Javier Duarte y unas lucen el color azul y blanco. Esta falta de uniformidad, ha dado lugar a la constante de asaltos en que se ven involucrados los taxistas, como asaltantes o en otros ejemplos, son los atracados junto con sus pasajeros.
Y si a todo ello, le suma usted que en la ciudad circulan alrededor de 20 mil taxis, entre los libres y los que operan bajo el concepto de Radio Taxis, nomás calcule usted lo que se ha dicho hasta por la propia autoridad municipal, cuando afirmó que Xalapa es rehén de los taxistas. No le faltó razón, pero frente a este conflictivo fenómeno, ninguna autoridad relacionada con el transporte público, quiere poner el dedo en esta llaga purulenta.
El público usuario, frecuentemente echa pestes contra un servicio que debiera ofrecer una atención esmerada y confiable, pero que no es así. En el taxista, la gente tiene desconfianza, tiene que preguntar constantemente cuál tarifa va a pagar y debe cuestionarle acerca del conocimiento que tiene de la geografía capitalina, porque una mayoría inclusive desconoce cuáles son las calles que conforman el casco histórico.
El taxista bilingüe, que solo estuvo en la imaginación de los alcaldes priistas Elizabeth Morales y Américo Zúñiga jamás cristalizó como un proyecto que previamente habrían anunciado en el curso de sus administraciones respectivas, menos la propuesta de “yo leo en taxi” y que consistiría en que mientras durara su viaje por la ciudad, el pasajero, podría recurrir a la bandeja de lecturas, revistas y periódicos, que el prestador de este servicio brindaría a sus pasajeros cultos y los no cultos, ¿qué le parece? Esperemos.
LA CARRETERA NUEVA A COATEPEC, UNA TRAMPA QUE PUEDE SER MORTAL
La constante de accidentes automovilísticos, que se registran sobre la carretera nueva a Coatepec, sigue no obstante los señalamientos electrónicos y los avisos colocados sobre la rúa, fue construida a base de cemento hidráulico y de vez en vez, es avistada alguna patrulla de policía vial o Tránsito del Estado, haciendo recorridos por la zona en cuestión.
Históricamente, Xalapa y Coatepec, han sido ciudades hermanas, y particularmente la primera, es puente de conexión con el centro de la entidad veracruzana. Muchos de los turistas que arriban a estas tierras, prefieren ir a la vecina ciudad del café, debido a que conserva su sabor de provincia, y para quienes gustan de comidas regionales, las va a encontrar ampliamente variadas en la tierra de la poetisa María Enriqueta.
Coatepec es un punto estratégico para la promoción turística que de siempre se ha dicho que podría llevarse a cabo en el resto del país y el extranjero, junto con la propaganda alusiva a un visitante diferente de cuando menos una docena de municipalidades, porque allí no hay playas, los ríos que cruzan la región han perdido su caudal de manera importante,empero, sus bellezas naturales serían lo suficientemente válidas para atraer visitantes que gustan de entrar en contacto con un entorno natural.
Los cafetines, las tiendas que ofrecen productos artesanales y sus paseos por los alrededores de la tierra que vio nacer al abogado Dionisio Pérez Jácome, se ven repletos de visitantes, sobre todo los fines de semana y los periodos vacacionales.
Para llegar a estos paradisiacos lugares, que además incluye a las municipalidades de Xico, “pueblo mágico”, Teocelo y a Jalcomulco, la tierra de los langostinos, pescados y mariscos, se utilizan dos rúas, una que es la antigua, por Briones y la otra, la nueva, aunque fue construida en el lapso, cuando gobernó Veracruz el jurista Rafael Murillo Vidal.
Sin embargo, algo tiene la carretera “nueva” que de siempre ha sido escenario de siniestros y accidentes viales, con el cobro de víctimas mortales, lesionados y arrojado daños materiales cuantiosos. Sobre alguna explicación que convenza l resto de los cuidados que debe tener cualquiera que se atreva a conducir su auto, por dicha zona, estaría faltando. No lo hace ninguna autoridad.
La otra vía, la que cruza el poblado de Briones y se alarga uno o dos kilómetros más que la carretera nueva, exhibe un pavimento en excelentes condiciones, pero objetivamente la transita o circula un número menor de automovilistas, es menos riesgosa, más arbolada en uno y otro extremo y de hace unos años a la fecha, aumenta sus construcciones habitacionales y de recreación.
Cuentan ciudadanos, que circulan todos los días por ambas vías, que en la zona mencionada se sigue respirando a la vez un ambiente en el que todavía destacan las áreas verdes, pese a que algo no coincide con el slogan de carretera nueva, porque igualmente, es también un cementerio para no pocos automovilistas al circular por la citada arteria, suele ocurrir que se topan con el siniestro, el choque por alcance o la colisión inesperada.
Tampoco, una autoridad en materia de tránsito y educación vial, ha puesto el dedo sobre esta herida prefiere callar, levantar infracciones, se luce imponiendo multas, es la hora en que una alternativa de solución a un conflictivo tránsito, sigue pendiente como deuda histórica con turistas y vecinos de Coatepec, Xico, Jalcomulco, Teocelo y todo el centro de la entidad veracruzana. Al tiempo.
ALGUIEN PODRÍA EXPLICAR SI EXISTE EN XALAPA, UN ORDENAMIENTO QUE SANCIONE A DUEÑOS DE MASCOTAS
Desde que a chicos y grandes y familias completas gustan de tener en casa mascotas-entiéndase cachorros y felinos- la ciudad igual se convirtió en un sanitario público de los animalitos, a los cuales sus dueños prefieren sacar a la calle, pero no limpiar ni levantar las heces fecales que van dejando aquellos como recuerdo de que por allí pasearon.
En temporada de fuertes calores, este fenómeno se transforma en un verdadero infierno, debido a que las pestilencias abundan por todos los rincones, sin que aparezca la autoridad que supuestamente se puede amparar en un reglamento o ley municipal, inventada precisamente para poder sancionar a quienes suelen sacar sus cachorros a la arteria pública, pero nunca, levanta las heces fecales.
Empero, en las rúas que conforman el casco histórico y los parques públicos, la afluencia de animalitos se acrecienta objetivamente, pero sus dueños, lejos están de concentrarse en limpiar las huellas que van dejando sus mascotas, y que pueden derivar en sendas epidemias que más tarde causen daños en la salud del resto de las personas y los menores de edad principalmente.
Se sabe que algunos diputados locales legislaron sobre la materia, pero la autoridad responsable de aplicar los correctivos y sanciones, lejos se encuentra de llevar a buen puerto las medidas sanitarias.
Al margen de las tantas exigencias y carencias que enfrenta la ciudad, ha de agregarse la ola de hedores que van dejando sobre la arteria pública, los perritos y gatitos, que enhorabuena, tienen un propietario y que si bien quiere armonizar imagen con ambiente, tendría que levantar las heces fecales de sus animalitos y sanseacabó, porque el enojo popular igual va en ascenso y se pregunta todos los días, sí es posible que haya un regidor, encargado, del rubro y proceda conforme a la ley devolver el orden y la limpieza, higiene y buena vibra al resto de la ciudadanía.
Este fenómeno es repetitivo a los cuatro costados de la otrora Atenas veracruzana. Algunos letreros y avisos se leen en el sentido de llamar la atención de los propietarios de mascotas y que son sacadas a la calle, que no se limiten al paseo cotidiano, sino que además eduquen a éstos, y en consecuencia procedan a recoger los deshechos que dichos animalitos, van dejando como estela de insalubridad sobre las calles y avenidas tanto del casco histórico, como del resto, la periferia y las colonias populares.
La fetidez que se despierta en esta temporada de calores, resulta tremendista para el resto de la población, quienes no son propietarios de canes ni felinos y sí lo son, olvidan de realizar alguna limpieza por los espacios, donde suelen llevar a cabo recorridos con sus mascotas.
A las montañas de basuras que tradicionalmente se esparcen y se dejan en total abandono, en los callejones, esquinas y lugares menos apropiados como son los distribuidores viales, deben añadirse las bolsas con desechos de las mascotas y los que quedan como fiel testimonio de la ausencia de solidaridad y atención que merece un caso como el que se cita. Es todo.