Exhiben registros gráficos sobre la diversidad en el Museo Mural Diego Rivera
|- ‘Imagografías de diversidad: el entre-medio de la cultura’, reúne 51 obras de O’Higgins, Castro Pacheco, Belkin, Jean Charlot y Zalce, entre otros.
CIUDAD DE MÉXICO. Registros gráficos e imaginarios sobre la diversidad. Ése es el tema de la exposición Imagografías de diversidad: el entre-medio de la cultura, que abrirá mañana en el Museo Mural Diego Rivera, con 51 obras de artistas como Pablo O’Higgins, Fernando Castro Pacheco, Adolfo Mexiac, Jean Charlot, Arnold Belkin, Irving Kreisberg, Alfredo Zalce, José Chávez Morado, entre otros.
El guion curatorial de la muestra parte del mural de Diego Rivera Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central, explica el curador Adolfo Mantilla, “ya que el mural en sí mismo es un relato visual que involucra una conciencia sobre la diversidad”.
Por ejemplo, “hay personajes que hoy día podrían entenderse como personajes en situación de vulnerabilidad o de calle, así como políticos y jerarcas religiosos, entre otros. La obra mural de Diego Rivera, particularmente ésta, es en sí misma un retrato de la diversidad y, obviamente, en su momento la hizo pensando en hacer una narrativa histórico cultural”, comentó.
Esto nos llevó a trabajar en un proyecto que retomara la vocación del mural y del museo, es decir, hacer una exposición que abordara la diversidad como tema central y para resolverlo retomamos la noción teórica de Homi K. Bhabha contenida en su libro El lugar de la cultura, de 1994, en el que plantea la expresión el entre-medio de la cultura”.
Cuando Bhabha habla del in between, abunda Mantilla, propone superar el concepto de esfera cultura. “Él decía que es necesario superar esas ideas donde estamos encerrados en una esfera cultural y tiene que ver con la interacción y con estar en lugares a la mitad de o entremedio de las culturas”, asevera.
Bhabha tiene orígenes distintos y desarrolló este planteamiento de cómo la gran mayoría de las experiencias culturales son lo que hoy entendemos como transculturales, donde los mexicanos no es que seamos occidentales ni no occidentales, sino una conexión entre occidente y la llegada de las presencias europeas y americanas”.
Así que el curador trabajó con esta idea para hacer una exposición con 51 obras gráficas de artistas mexicanos, sudamericanos, norteamericanos, europeos, centroeuropeos y orientales para dar cuenta de cómo las obras registran esos lugares híbridos.
Un ejemplo es Elizabeth Catlett, una artista afroamericana que generó en su registro gráfico formas de identificación cultural donde ella, como mujer de origen africano y norteamericana, ve procesos culturales mexicanos.
También está el caso de Arnold Belkin, Pablo O’Higgins y una serie de artistas de origen judío ruso y africano de distintos contextos, concluye.