MERCADOS DE LA CIUDAD, POTENCIALES TRANSMISORES DE LA COVID 19
|60 SEGUNDOS
RAUL GONZALEZ RIVERA
MERCADOS DE LA CIUDAD, POTENCIALES TRANSMISORES DE LA COVID 19
La tercera ola del coronavirus, bien puede propagarse más fácilmente debido a que en los mercados de abasto alimentario, se concentran diariamente decenas de comerciantes, incluidos los ambulantes que se apostan en los alrededores de aquellos y el desfile interminable de compradores de sus productos, los cuales se agolpan y sin guardar ninguna medida de protección sanitaria, realizan sus compras.
Lamentablemente este fenómeno se da y ninguna autoridad de palacio municipal dice algo, instrumenta alguna transformación o cambio en mentideros de los mercados, todos ubicados en lo que conforma el casco histórico de la otrora Atenas veracruzana, pero sin guardar ninguna medida de sanidad y menos de resguardo a la salud pública.
La propuesta que alguna vez hizo el empresario Justo Fernández, en el sentido de construir la central de abastos y reubicar allí al total de los comerciantes, fue desechada y la autoridad municipal de aquel momento, se concretó a decir que en principio, había que erradicar a los vendedores ambulantes del primer cuadro de la capital.
Xalapa, tuvo la desgracia de no haber sido diseñada para ostentarse como la capital del estado de Veracruz. Surgió de la improvisación, la puntada de los políticos que veían en la ciudad, una expectativa muy correcta, en el sentido de que aquí sobre todo verían muy bien protegidas sus vidas personales y sus patrimonios. Los pillos, tendrían pocas rúas por donde fugarse y serían fácilmente sorprendidos y aprehendidos por las fuerzas policiacas.
Así que a escasos metros a pie o en automóvil, abrieron en serie los mercados de los Sauces, San José, El Jáuregui y por supuesto la Rotonda. En total, todos cotidianamente reciben entre cinco y diez mil clientes suyos, no obstante que con la pandemia, se han visto disminuidas las afluencias de compradores de frutas, legumbres, productos cárnicos, pescados y mariscos, flores y macetones.
Igual, las calles que conforman el corazón de Xalapa, se habrían visto prácticamente asaltadas por el ambulantaje disfrazado y el otro, que se dice auténtico. Fueron decenios de que los xalapeños vivieron entre mugre, abandono, roedores, pestilencias y montones de basuras, cuando abrieron la central de abastos, se presumía que hacia allá fuera reubicado el mayor número de locatarios de los mercados, sin embargo, no fue así.
Todo lo contrario, el entorno de los mercados citados en líneas arriba, se han apostado decenas de comerciantes, dándole un giro verdaderamente preocupante a la salud pública, constituyendo en estos momentos un verdadero foco de transmisión del enemigo invisible, pero que puede ser mortal, una vez que inicia con la ola de contagios.
La sociedad xalapeña, había supuesto que con la llegada de la 4t, sus funcionarios municipales iban a tener la creatividad, talento y que asumirían la decisión de una vez por todas de limpiar el casco histórico de la vendimia, reubicando en espacios literalmente al grueso de comerciantes que ocupan como dueños los llamados mercados, hoy por hoy, transformados en potenciales trampas para la salud de los habitantes y de constantes riesgos, para el común de automovilistas, porque a la aglomeración arbitraria de cientos de automotores, estacionados en doble y triples filas, los amos de las grúas, nunca los ven. Esperemos.
HAYAN SIDO O NO LOS GRANADEROS, DEBE ACLARARSE PARA TODA LA NACIÓN
La sola presencia de presuntos granaderos, durante la golpiza a los alcaldes electos de la ciudad de México, que pretendían encontrar el diálogo con la jefa de gobierno Claudia Sheinbaum, por bien de todos, sería sustancialmente trascendente, que se aclare, porque hay quienes aseguran que no eran granaderos los policías que arremetieron y lesionaron inicialmente a Lía Limón, una de las alcaldesas de estreno.
El recuerdo de los granaderos, golpeando a estudiantes y académicos en el 68, perdura en la página negra del sexenio que cometiera delitos como genocidio o crímenes de lesa humanidad. Los golpistas de aquella época y que reaparecieron en el 71, ya bajo la administración de don Luis Echeverría Alvarez, podría advertirse que dieron jaque mate al régimen del presidencialismo exacervable, como lo calificaría más tarde el escritor Daniel Cosío Villegas. O al menos, la condena popular quedaría impresa en los anales del devenir en este país, hasta la fecha.
Mucho se escribió del temible escuadrón de los granaderos, hombres armados hasta los dientes y encubiertos para atacar de sendos escudos de acrílico, fue del conocimiento de los presidentes Gustavo Díaz Ordaz y Luis Echeverría Alvarez.
De hecho, los granaderos, fueron utilizados- cuenta la historia- por regímenes del PRI para acallar las voces de los trabajadores ferrocarrileros, así como también del movimiento de médicos, llevado a cabo años antes del 68, empero, la osadía mayor, se dio radicalmente durante la masacre estudiantil realizada en la plaza de las tres culturas de Tlatelolco.
Las embestidas de los granaderos, fue condenada de siempre por los actores políticos de la izquierda y la disidencia. Se tienen como un mal recuerdo en la vida de un país, que igual, se ufanó de convivir bajo regímenes democráticos, pero que al final, traspasaron el filo hilo que los separaba de las prácticas gubernamentales de la dictadura y la opresión.
Ojalá, por bien de la nación y particularmente de los capitalinos de la ciudad de México, se ponga en claro que ciertamente los granaderos no existen, fueron desmantelados y desaparecidos como cuerpo para ser utilizado específicamente en actos de represión. Más aún, porque los gobiernos de la 4T han dicho que jamás utilizarían la fuerza bruta, para ir en contra de los mexicanos, aun cuando se manifestara públicamente en tono de protesta.
Se cuenta en esta ocasión, que los nueve ediles que ganaron la última elección en urnas electorales, allá en la CDMX intentaban llegar a oficinas de la jefa de gobierno, con la cual buscarían entablar el diálogo, con miras a construir programas de trabajo conjuntos por los próximos tres años y que además, coincidirían-según Lía Limón, que trabajando por el bien de la sociedad ex defeña, saldría con excelentes bonos la camada de ediles de estreno, pero igualmente, se beneficiaría la imagen y las políticas instrumentadas por la jefa de gobierno Claudia Sheinbaum.
CFE RENUEVA EL ALUMBRADO PÚBLICO, LO QUE NO SE HACÍA DESDE HACE 60 AÑOS
Sin anunciarlo previamente, nomás llegan los equipos de CFE y retiran las lámparas viejas del alumbrado público, que prácticamente no alumbraban nada y en su lugar, están colocando las modernas luces, aunque la madeja de cables y alambres persiste en casi toda la ciudad lo que le da a la misma una fea imagen, de estorbo y una visión que por ningún concepto tienen los regiomontanos de la ciudad de Monterrey.
Una de las facetas del tercer mundo, como se clasifica a nuestras ciudades, es precisamente la voluminosa madeja de cables, alambres y demás, que penden de los postes, enturbia de manera horrible y antiestética la panorámica a la lejanía de árboles que se yerguen en el fondo de nuestras calles.
De los postes de vieja madera, podría en muchos casos y los postes de concreto, que se vienen instalando en nuestras arterias públicas, hay una enorme diferencia, empero, las empresas que surgieron con motivo de la nueva tecnología, se cuelgan de aquellos para instalar sus cables, convirtiendo a la ciudad en una nube de alambres, lo que dista o le resta a las capitales sobre todo de los estados del interior del país, su señorío y vergüenza cultural y educativa.
Esta medida, no aplicaba desde hace cuando sesenta años, se sabe y lo confirman vecinos de los cuatro costados de la ciudad. La avenida 20 de Noviembre, nunca ha sido motivo de atención en ese contexto, pues su alumbrado público, quedó como en el ranchito que comenzaba a sobrevivir con una de sus primeras avenidas de concreto, como la concibiera el régimen de don Antonio Mariano Quirasco.
La insólita renovación de alumbrado sobre la calle de Emilio Carranza de las colonias María Esther, Naranjos, Laureles y José Cardel, acaba de ser transformado y luce impecable, con un gran alcance, lo cual a los pillines y ladronzuelos nocturnos, ha dejado sin habla prácticamente. Esa vía sirve de acceso, o es una de las que más utilizan los diputados locales,así como los magistrados del Tribunal Superior de Justicia, para salir o arribar a sus sedes respectivas de trabajo.
En espera quedan los vecinos de las calles alternas y colindantes o que cruzan Lacalle antes mencionada, porque la CFE instaló los postes de concreto hace ya más de un año, pero el cableado que genera la energía eléctrica y por ende las luminarias de hace seis décadas, sigue siendo el mismo.
Los postes inicialmente señalados, continúan como testigos fieles de una tarea inconclusa o que como todo lo que se hace en México, debe esperar meses y años para consumarse. Bueno esto es lo que aciertan a decir habitantes de uno de los espacios habitacionales más congestionados por cables, alambres y algo más, consistente en seguir portando lámparas que no irradian su luz más allá de un metro a la redonda.
Xalapa, es una ciudad, que en mucho vive en la penumbra, una vez que caen las primeras horas de la tarde-noche, los asaltos a transeúntes y la visita de los amigos de lo ajeno, en casas habitación, en gran parte se debe a la falta de un alumbrado integral y moderno. Tal vez, esto se lo oculten al señor Manuel Bartlett Díaz, director de CFE y empeñoso funcionario- cuentan sus amigos de la “colina del ratón” de Xico- en rendir buenas cuentas al país. Es todo.