DESATINOCRACIA

DESATINOCRACIA

Por Juan Baizabal

En la columna de la semana pasada hablamos sobre la ausencia de talento juvenil dentro de la política en nuestro país, la pérdida delos conceptos vocación y honestidad dentro del servicio público, que como apuntó Max Weber, son elementos indispensables en la búsqueda de la profesionalización del propio político.

Pese al supuesto interés por parte de los partidos políticos en formar y fortalecer cuadros juveniles, la realidad habla por sí sola, han fallado, los resultados han sido mediocres, tanto que, en las elecciones de este año, las candidaturas destinadas para jóvenes no fueron las esperadas, en su mayoría prevaleció el dedazo y la imposición, lo que originó un descontento y la mínima aprobación por parte de quienes integran este sector de la población.

Ninguna de las instituciones partidistas se salva, es notable el doble discurso en esta materia.

El Partido Revolucionario Institucional (PRI) cuenta con múltiples organizaciones juveniles: Red Jóvenes por México, Juventud Popular, Mujeres Jóvenes, Expresión Juvenil Revolucionaria, Chaviza Revolucionaria, Federación de las Organizaciones Juveniles y el Movimiento Juvenil Mexicano. En el Partido Acción Nacional (PAN), la Secretaría de Acción Juvenil es la organización correspondiente.

El Partido de Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA) instauró la Secretaría Nacional de Jóvenes, mientras que el Partido de la Revolución Democrática (PRD) Juventudes de Izquierda; yJóvenes en Movimiento para el partido Movimiento Ciudadano (MC).

Sin embargo, lo asentado en sus propios estatutos, como en su planeación, dista notoriamente de las acciones y logros obtenidos.

La simulación en materia juvenil no solo yace en los órganos gubernamentales como ya se ha señalado, también se expande en los partidos políticos y lamentablemente llega a la sociedad civil, que refleja una total indiferencia. Las pocas organizaciones juveniles tienen sus propios intereses: obtener poder y dinero.

Mientras tanto, los jóvenes mexicanos quedan a la deriva. Urgen acciones que garanticen educación y salud de calidad; se debe propiciar una mayor participación juvenil social y política; generar condiciones óptimas de bienestar.

¿Qué falta? Voluntad para otorgar voz y voto a los jóvenes, claro, de manera real, no solo en papel, por el solo hecho de cumplir con lo emanado por la legislación federal y con lo establecido en los órganos internacionales.