MARIO DELGADO Y LA JALADA DE UNA COMISIÓN DE LA VERDAD

60 SEGUNDOS

RAUL GONZALEZ RIVERA

MARIO DELGADO Y LA JALADA DE UNA COMISIÓN DE LA VERDAD

                Sin una regulación constitucional, la comisión de la verdad saldría a la postre sobrando.

                Si existen elementos de prueba, retaría el expresidente Felipe Calderón, que se le haga comparecer ante tribunales judiciales y se le juzgue conforme a la ley, en un país que sigue sin llamar a rendir cuentas a un solo ex presidente de la época en que un solo partido gobernara por más de 80 años ininterrumpidamente.

                El ejercicio de la consulta constitucional, obtuvo buenos resultados, debido a que se propuso a que fueran los ciudadanos mexicanos, quienes participaran en un proceso que se proponía vincular a ex mandatarios, con la ley, con el objetivo de que se impartiera la justicia por una vez en el México posrevolucionario.

                La asistencia de poco menos de siete millones de ciudadanos a votar en las urnas electorales, obtuvo excelentes resultados, desde el punto de vista, que por esta vez hubiera mexicanos que de esta forma mostraran sus apetitos porque la justicia de los hombres, llame a rendir cuentas, como en cualquier otro país, donde se castiga a los ex funcionarios públicos corruptos.

                El viejo mal que corroe las entrañas financieras y públicas del sistema gobernante de siempre, tiene ante sí, la expectativa de que el poder judicial, pueda castigar a los responsables de haber afirmado en este país la violencia, la inseguridad, los asesinatos y las desapariciones, luego de haber declarado la guerra contra la llamada delincuencia organizada.

                Si bien la ley máxima, dejaba fuera los crímenes de lesa humanidad y el genocidio, la norma de derecho internacional aplica en todos los estados que conforman la Organización de Naciones de Unidas y en ese contexto, cualquiera de los ex mandatarios exhibidos en la intentona por vincularlos a las instancias judiciales, pueden ser llamados para que rindan lo que a ellos compete y tengan, asimismo, las herramientas jurídicas y legales, para hacer la defensa de sus casos respectivos.

         El ex presidente Luis Echeverría Álvarez, en su momento, hubo que rendir cuanto sabía y le correspondía por su responsabilidad, en cuanto a la matanza de estudiantes del 2 de octubre del 68, y fue el ex presidente quien negó haber masacrado a los universitarios, pero explicaría en su defensa que hizo lo que debía, porque se solidarizó con su jefe inmediato superior Gustavo Díaz Ordaz, en aras de realizar la defensa de la nación azteca, contra enemigos del exterior.

                Ambos delitos, genocidio y crímenes de lesa humanidad, aplicaban en su caso, pero históricamente el país no estaba del todo preparado, para llevar a cabo un castigo contra criminales desde el poder público, en esa asignatura.

                A cambio de todo este peregrinar por corrillos de la justicia, con la intención de sancionar a un ex presidente, concluyó con el auto-encierro que se dictó el propio presidente Echeverría, al refugiarse desde entonces en su residencia particular en San Jerónimo de la ciudad de México, hasta la fecha, pues cada vez que salía de su casa a un espacio público, sufriría la rechifla del pueblo. Al tiempo.

MENUDA TAREA ESPERA AL NUEVO ALCALDE RICARDO AHUED, EN XALAPA

                Una ciudad sin ningún aliento para poder decir, que se encuentra a la altura de las capitales de estados más avanzados del país, es precisamente Xalapa.

                El ir y venir de la gente, en nuestras calles, además de incesante, tiene que ver con la zozobra que causa a mayorías la hambruna, la desocupación laboral, la suma de 30 mil construcciones con letreros: se renta y se vende, lo que evidencia, que las mayorías aplastantes están ante un sombrío panorama de graves carencias hasta de los insumos elementales para poder tener una sobrevivencia digna.

                Sin una brújula que determine cuál es la mejor ruta a seguir, la ciudad, camina sola y por ende, los servicios públicos son deficientes, ausentes del entusiasmo social que le debieran imprimir los funcionarios públicos, con abandono, rezagos sociales terribles y miles experimentando la falta de justicia y satisfactores sustanciales, para poder aspirar a la vida buena, que supuesta el régimen democrático de Grecia, heredaría a los demás estados del resto del mundo.

                En la ciudad, falta una guía que dicte las directrices bajo las cuales, habrá de tomar rumbo el grueso de la ciudadanía xalapeña.

                A la ciudad, falta todo y de todo. La fraternidad entre sus pobladores, se muestra ausente y se multiplica con los efectos de una pandemia, que vino a causar enfermedad, muerte y abandono.

                Los servicios públicos son malos, se brindan a cuentagotas y sus costos, terriblemente elevados, muy por encima de los que pagaba el común de contribuyentes de la capital, a los nefastos administradores formados en el uni-partido tricolor. Calles repletas de baches, asfaltos rotos, destruidos y respirando las cuotas de la corrupción afianzadas por constructoras ladronas y servidores públicos iguales de las oficinas correspondientes a desarrollo urbano y catastro.

                Por si fuera poco, durante la campaña de la administración morenista, a cargo del sociólogo Herrero Rodríguez, las cuotas de agua potable serían reducidas, porque el régimen de las pillerías las aplicó por encima de cualquier orden jurídico y reglamentación. No es así. Hoy los usuarios del vital líquido pagan cuotas que jamás le habían cobrado en la CMAS, tomas de agua de hasta 60 mil pesos, cuando antes no rebasaban los 300 pesos y la gavilla que dirige a la comisión mencionada, mantiene calles y avenidas, repletas de hoyos, por donde supuestamente implementa nuevas ampliaciones de tuberías, por donde ha de circular el prodigioso líquido potable.

                El colmo, que la CMAS al iniciar gestiones en el trienio administrativo de turno, haya anunciado que bajaría tarifas y no lo hizo y, por otro lado, con bombo y platillos, hizo el anuncio de una denuncia penal para acusar a sus antecesores de haber cometido un fraude cercano a los 70 millones de pesos empero es la fecha, en que se ignora, si la acusación fue de pico o la fiscalía le dio fondo a su denuncia, bajo el presunto supuesto de que el robo, fraude o saqueo solo haya sido una pantomima. Esperemos.

AMBULANTES PIDEN ESPACIOS PARA VENDER, QUE YA RECONQUISTARON

                La última versión del ambulantaje en la ciudad, habría sido resguardado temporalmente- eso se dijo hace 20 años cuando menos- en los locales mal instalados del mercadito Galeana, allí sobre las calles de Madero y poeta Jesús Díaz.

                Sin embargo, el grueso del entorno al famoso Árbol de la avenida Revolución y las calles que circundan al casco histórico de la ciudad, y que habían quedado a salvo de miles de ambulantes, ahora, con la administración que está por concluir funciones públicas, el fenómeno vuelve a tomar dichas arterias, con el apapacho velado de la llamada dirección de comercio.

                Así como el país es un cementerio, igual, Xalapa, no deja de ser un amplio mercado, donde el ambulantaje, da una deplorable imagen a la capital culta del estado de Veracruz, amén de que la falta de control sanitario, las enfermedades, la mugre, las montañas de basuras, por ningún concepto se pueda decir, que son parte del rostro cultural de la mal llamada Atenas veracruzana.

                Xalapa, hasta poco antes de 30 años, no dejaba de ser una ciudad organizada, con mercados de abasto suficientes y con áreas suficientes para la vendimia diaria de verduras, frutas y otros productos comestibles. La existencia del vendedor ambulante, no se conocía, pero un día cualquiera ante la mirada cómplice de los ediles igual de malvivientes, permitieron que asumieran el control del casco histórico de la ciudad, con el arribo de comerciantes de los estados de México, Tlaxcala y Puebla.

                El primer alcalde que remedió viejos males, fijando lugares y horarios para que los comerciantes y dueños de antros se rigieran organizadamente, fue el LAE Armando Méndez de la Luz.  “La hora Méndez”, se hizo famosa, pues a ella se ciñeron los más diversos comerciantes, empero, la luna de miel de la ciudad no podía durar eternamente, sobrevinieron otros ediles y éstos, permitieron la toma del casco histórico por un comercio desleal que perdura hasta la fecha.

                Poderosos líderes comprarían a ediles facilitos, lo que permitió que el monstruo del ambulantaje creciera desmesuradamente, hasta posicionarse inclusive en las calles que desembocaban en el corazón de la ex Atenas veracruzana. Enríquez, doctor Lucio, Carrillo Puerto Revolución y la avenida Clavijero, se constituyeron en semillero y asiento de falsos representantes de comerciantes, aprovechando la explotación de los más diversos géneros del comercio y el auspicio y complicidad de los ediles municipales.

                Por algún tiempo,  la ciudad se mantuvo bajo lo que algunos calificaron como un orden ficticio, puesto que la bombita de tiempo estaría gestándose, tan solo una vez que la autoridad del momento, se prestara junto con los malos comerciantes, a hacer uso del suelo, sin importar imagen, estética y salud de las familias xalapeñas, instalándose a hurtadillas y realizando las actividades comerciales desde los puntos en que fueran desalojados y se jurara que no volverían a ocupar por asalto las calles de la capital del estado rico de Veracruz y repleto de pobres. Esperemos. Es todo.